miércoles, 13 de marzo de 2013

Una estación

hay personas que están en nuestra vida por una estación

Recuerdo esta frase con tristeza, "hay personas que están en nuestra vida por una estación, es decir por 3 meses que podría durar el verano o por lo que dura una estación a la otra en el ferrocarril, después debe desaparecer porque su misión estará cumplida. Al ser de gran emoción y éxtasis uno querrá que dure mas, pero desaparece, de la misma forma en que llegó. 

Uno piensa que esto no es justo que esa persona debe quedarse mas tiempo, pero si se quedara mas tiempo no generaría el impacto que la estación genera. 

Y ¿qué reacción se tiene al perder una estación? Una gran tristeza. Un gran ahelo de repetir la sesión, de no separarse de esa persona que por azares del destino chocó contra nuestro camino, es como dos bolas de billar que chocan para ayudarse a meter y seguir su ruta giratoria. Hay una gran tristeza al comprobar que aquella estación que fue maravillosa, hoy no es mas que una persona simple que puede agradar o no. 

Cuando se reencuentra uno con aquella estación, ya no hay esa chispa, ya no hay esa espontaneidad porque las circunstancias ya no son iguales. 

Hay que entender que las estaciones se deben dejar, allí donde se quedaron, guardarlas como un bello recuerdo y no volver la página ni las pisadas, porque seguramente nos habremos hecho ilusiones vanas y sin fundamento que cuando se confronten en un reencuentro, se descubrirá que ya no es la misma persona que habíamos conocido, ya no es el mismo espacio ni la misma energía y duele mas reponerse de la ilusión perdida tapando lo maravilllosa que fue esa etapa. 

EL CAMINO DE LAS LAGRIMAS

Así después de un día de intentar escribir este pequeño párrafo y no conseguirlo observo cómo es importante vivir y dejarse llevar por el Camino de las Lágrimas. Esta mañana yo lloraba y no podía pensar, cada frase se tornaba en una lágrima, cada idea en una mas para el basurero. Ahora, por extraño que parezca, tuve la capacidad de concentrarme, llore toda una noche, gemi toda una mañana y 24 horas después la misma tristeza me ha sacado para reencontrarme con mi yo y mi destino.

¿Qué mas observo? Que hice trampa. Fui a una terapia por hipnosis de los niveles del cerebro, una técnica novedosa que sin necesidad de dormir y perder el conocimiento simplemente entrando en mi zona cerebral del sueño, he podido dialogar y encontrar el origen de mi gran tristeza. Me recuerdo ayer diciendo "que tonta, como no me di cuenta" y hoy, tras esta terapia no termino la frase, solo me digo "perdonate, no sabías lo que sabes hoy".

A cuantas personas he leido criticar el sentido de dejarse llevar por la tristeza, ellas no comprenden que el mismo camino de tristeza,  de llanto,  desesperación, lo  saca a uno de ese estado de desesperación. El cuerpo no aguanta llorar horas enteras, ni los ojos hincharse, todo el cuerpo reacciona a ese dolor y cuando el dolor pesa, el cuerpo le dice al corazón, "ya lloraste suficiente, ya me lastimaste. Ahora si calladito, a mi me toca recuperarme".

Lo que yo de esa estación aprendí fue a vivir el camino de las lágrimas, y a recorrerlo sin miedo. Al dejarme y tirarme de las lágrimas experimento una gran sanación, lo que poca gente con miedo a sufrir, no se atreve a vivir.

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