sábado, 23 de marzo de 2013

celebraciones

¿Las fiestas? increíble. Al prncipio fue un poco estresante, algunas piedras sin contemplar al  principio del día, otras tantas en la noche, pero en general muy accesible y desestresante.

Es increíble que todo saliera tan o mejor que planeado. No me gusta planear, el mundo se me cae antes de terminar el primer minuto, pero como había mucho día, lo organicé bien, y quedó excelente. El primero  fue el almuerzo que preparamos en la clase de cocina, que a gusto es cocinar y charlar, es enterarse de los vaivenes de cada qien, y preguntando como va el guiso, y probando, sacando fotos. Es toda una experiencia.

Las amigas para el  almuerzo todas a tiempo cada una con sus asuntos guardados para reunirnos un rato de solamente diversión. Charlar de cosas intrascendentes, y al llegar la noche los temas candentes. La noche es la que guarda los temas interesantes, los que la luz del día no puede presentar, los que con el ruido de la luz no se anima uno a contar. Las confesiones simples, nada que no se pueda decir en público, pero es el tono de voz, la luz que se va la semipenumbra en que queda, que invita a comprender cosas que con luz del sol no se comprenden. La actividad mas interesante del día es esta, es como la sobremesa de la charla.

Cuando uno esta comienndo y cuando está llegando, no hay un tema con un hilo consistente, son solo temas superficiales, es el pasapalos, es el asado, es el postre y después ya relajados viene la charla interesante, la intimaa, la que une a la gente, la que le hace a uno sentir que la comida tuvo una razón de ser. No hay tiempo que apremie, no hay horario que obligue a regresaar a la oficina, es el tiempo que pasa y camina y no hay ncesidad de ver un reloj, solo camina el tiempo y uno charla y espera que se vaya el sol para que al igual que la sobremesa de la comida, sea la sobremesa del día la que nos introduzca a los temas interesantes.


La tercera fiesta? Esa se canceló. La del cumpleaños estaba cansada, mucho estrés antes de su viaje y mejor trasladarla a otro día. Pero la gente del almuerzo todavía tenía batería y una de ellas me llamó para continuar la charla, aquella que no se pudo tomar por falta de introducción. Yo sabía que teníamos un tema pendiente, yo misma necesitaba sacar temas que no podrían surgir en el almuerzo con la luz y con la gente. Esas amigas, no comprenden, necesita uno la energía de esa persona que está conectada con uno, la de esa única amiga que sabe de que está uno hablando porque ella ya ha sentido ese rayo que comunica lo que no se dice, lo que se comprende solo en un gesto, una mirada o una mueca. Esa charla fue la mejor. Esa charla de confesiones, de presentar la cruda verdad como uno la mira, sabiendo que la otra persona no te va a juzgar, que no  va a mirarte mal porque le contás algo que no entraa en los canones de la sociedad, que no podes divulgar a cualquiera. Por eso es ese rayo especial, porque ella cmprende mas de lo que uno dice, porque ella acepta y cuenta algo que no tiene nada que ver con uno, pero tiene todo que ver. Porque ellla también tiene confesiones y no las puede divulgar y yo las comprendo y lo mejor es mirar su cara cuando le cuento lo que está sucediendo en aquél lugar que no está ella. Pareciera que nos hemos transportado a ese lugar donde están esas personas que nos importan y que no es propio visitar, allí estábamos las dos, metidas en esa historia que yo empezaba y ella continuaba, y que yo cambiaba y que ella divertida me aclaraba metiendo mas informacióon para nutrir mas el relato. No cambio esa cara de satisfacción por nada. Verla a mi amiga sonriente, sabiendo que está sucediendo lo que ella quisiera y que ella está haciendo lo correcto y mirar sus ojos brillantes de emoción de saber que lo que estoy contando no es tan inverosímil. Es lo mas maravilloso que me puede pasar. Esa charla cálida divertida, traviesa, mordaz. Son esos momentos especiales los que le dan a la vida su sal, su pimienta, su almuerzo. Es aquelllo que almuerza, que come el alma, que a uno la hace sentir que la vida tiene un sentido y un camino.

Para mi fue un momento tan especial, esa pequeña cerecita que me sacó del trance loco que había vivido. Cuando uno sabe y comprende que las cosas tienen un tiempo y un espacio, resulta cansado esperar y aunque uno sabe que van a suceder, debe continuar el viaje de la manera mas comoda y de aprendizaje, para que cuando llegue aquello que uno ya ha vislumbrado tiempo atrás, lo reciba y lo sepa hacer como corresponde, como una estación, una razón, o una nueva vida. 

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