ahora dime como olvidarte
EL TERCERO EN DISCORDIA
¿Como puedo mi corazón ayudarte?
Esa noche era especial, ninguno de los dos lo sabía pero habría un tercero de visita.
Ella lo extrañaba, el se escondía, no quería que ella se acercara. Ella le robaba su energía, ella con tanto amor que le tenía se lo comía completo en cada uno de sus momentos y pensamientos. Ella disfrutaba tanto esos momentos que él ya no quería que lo encontrara. Aquello que en un principio fuera algo especial y espectacular, se fue convirtiendo para él en algo malévolo, maquiavélico, el no quería verla por ningún motivo. Sin embargo cuando dos corazones se aman, no hay poder humano que los pueda alejar, que los pueda separar. Esos corazones usaban su propia energía para encontrarse, para acercarse. El no podía controlar a su corazón y ella le daba rienda suelta. El corazón femenino viajaba por el viento, por la sangre, usaba cualquier camino para encontrarse con el corazón masculino aprisionado por su dueño.
Ella encontraba la jaula y lo ayudaba a escapar. Así juntos iban, vivendo el amor que merecían sin el permiso de quienes los poseían. Ambos corazones eran seres independientes con un cerebro propio y una emoción que se requeria mutuamente. No había manera de que los separaran.
El, una vez recuperado el corazón, sentía desfallecer, ella le había robado toda la energía. El no quería soltar su corazón para que ella no lo poseyera. Finalmente el se atrevió. Un buen día se acerco a ella, la buscó y la encontró. Los corazones al reconocerse cerca sin esfuerzo, se juntaron en un largo y sentido abrazo. Lloraban de alegría, finalmente el había cedido, su miedo había dejado a un lado y la había buscado, ya no tendrían que surcar fronteras, espacios ni distancias, juntos estarían... ¿por cuanto tiempo? Fue fugaz. Lo que dura un par de horas. El corazón aprisionando, pero sabiendose cerca no insitía en salir, ella dejando la puerta abierta, permitiendole que su corazón femenino se acercara, pero nada había que pudiera hacerse. El estaba dispuesto a salirse de allí. No le temería más, no le permitiría más quitarle su energía y así se lo hizo saber.
Los corazones lloraban. Esa puerta había cerrado uno de sus escapes. Sin embargo, el también la extrañaba. Ella su amor fugaz, ella su amor a distancia, ella su siempre e incondicional amor, la extrañó. Como hacer para estar cerca de ella sin ser el tercero en discordia? El sabía que ella era infeliz. Hacía mucho tiempo lo había adivinado, hacía mucho tiempo su corazón le había dicho que ella lloraba un infeliz y frío amor. Le describía un amor frío, desapasionado, flácido sin pasión ni erección. El la sentía triste y deseosa cuando su corazón se escapaba, no quería romper nada que no fuera su intención, el quería que ella permaneciera en ese lugar donde ella había elegido, pero quería ayudarle.
El pensó que tenía demasiada fuerza sexual y que tal vez la pudiera compartir. Fue así como llegó a él, al amor flácido. Ella dormía hacía horas pensando en como soltar su corazón, o tal vez como hacer que su corazón olvidara a aquél que había y era su dueño. El, flácido amor, con parsimonia y cansancio miraba una aburrida película. La clásica película de una actriz que quisiera llegar alto, con imágenes seductoras y provocativas mas no pornográficas. De pronto empezaba a excitarse y al voltearla a ver pensó que ella debía recibir y ser la provocadora de este sentimiento. Cuanta ternura y cuanta pasion evocada de la nada, solo con el roce, con los besos, con el amor dormido en ese amor flácido y aburrido.
Ella de pronto lo tocaba, ¿quien eres? no era su amor flácido, era otro cuerpo, otros músculos, ... de pronto hablaba, ... si era el amor flácido pero con otra energía. Finalmente el encuentro llegó a su fin; él complacido por el buen trabajo se separó hacia su lado del lecho, mientras que ella nuevamente se excitaba en una última bocanada de ola apasionada. Su corazón había venido, su corazón masculino se despedía de su amor femenino.
Ella lo sabía, finalmente su corazón amado, había sido liberado y el había intervenido en la energía de ese amor flácido para darle a ella y a ellos la pasión que siempre en los corazones amantes había existido. Ella había sentido el cuerpo de su amante corazón, y el flácido amor recibió esa energía con la dignidad de un hombre que sabe que ya no tiene alternativa mas que dejarse ayudar, so perder.
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