viernes, 1 de marzo de 2013

La fisura en el cántaro

Hoy es de esos días en que uno debe hacer un alto porque las cosas de pronto salen mal.
Todo empezó el martes. Yo estaba ansiosa, emocionada, sentía que algo importante estaba por suceder y abrí mi entendimiento, mi energía o algo que no alcanzo a recordar. Pasaban las horas, y nada sucedía, me decido a enviar un mensaje, pero no alcanzo a recibir la respuesta dado que mi cansancio era excesivo. Me duermo temprano alrededor de las 8 de la noche, y pese a dormir temprano, no me levanto de madrugada, mala señal. Al día siguiente había tantas actividades, visitar amigos, reuniones en oficina, en fin demasiada actividad para recordar el mensaje. Por supuesto que a la noche, mi agotamiento era parecido al del día anterior, cansancio¡que!, pensé que debía tomar agua porque ella hidrata las células y recompone el humor ayudando al cuerpo a eqilibrarse. Finalmente jueves, estaba muy animada por una cita de belleza. Esas citas son lo máximo, el consentirse y quedar bella es algo que nos encanta, ¿que mujer no queda encantada con un día de consentirse? Así dieron las dos de la tarde y la parte interesante llegaba.

Esa persona se vino a instalar a mi coche, no ella, su energía, yo sentía que charlaba, le mostraba la ciudad, íbamos en el tráfico, llegábamos a casa, almorzábamos. En fin, una compañía bastante agradable para un jueves en la tarde. Sin embargo, mi energía empezaba a mermar. Veo unos jóvenes parecidos a aquellos de quienes hablo, uno de ellos estaba en mi auto, a partir de allí me empezaba a desmayar. Ya no funcionaba mi cerebro, parecía como si una fuga de energía hubiera roto mi cuerpo, me sentí un cántaro con una fisura, y por ella iba saliendo toda el agua que lleva el cántaro. Eran solamente las 5 de la tarde y yo ya estaba que me quería morir. Me fui a dormir, me fui a relajar toda mi persona, a recorrer cada uno de los lugares de ese día, alguno que me pudiera haber hecho la fisura en el cuerpo. Y nada, yo me había quedado con ganas de charlar de numerología, pero por telepatía resolví el asunto con esa persona. Decidí irme a hace 1 mes, cuando el amor etéreo empezó a atacarme. Iba recuperando todas mis partes, reconociendo todos los lugares que desde entonces he estado. Nada me traía a la fuerza.

Entonces recordé. Hace unos años, precisamente un jueves, de una forma extraña me quedé sin energía. De pronto no podía caminar, no podía quedarme parada, solo quería estar recostada, las piernas no me respondían y ni el jugo de naranja me reponía. Mi presión estaba normal. Algo extraño pasaba. Así como aquella vez, hoy le dije a ese ladrón de energía, que me la devolviera. Aquella vez le pedí amablemente que yo necesitaba esa energía, que por favor viniera a devolverla, y de a poquito me iba sintiendo bien. Así lo hice ayer. Calmadamente me fui al martes y al miercoles y al jueves y fui recuperando todo lo mío. Entonces recordé el mensaje del martes, ya estaba respondido. Cuanta frialdad. Yo no comprendí, pero si me dio sentido. Esa persona que me roba la energía es con quien convivo, cuando está muy estresada me jala pero no se ha dado cuenta y yo trato de acercarme físicamente, pero me rechaza, porque su estrés no le permite aceptar mi ayuda. Es algo tan raro, tan etereo, solo un especialista en energía sabe de lo que hablo y lo podría explicar bien. Es como si se le terminara la nafta y toma la de mi auto, dejandome en ceros y yo no me doy cuenta que debo ir a la estación para recargar el tanque hasta que de pronto el marcador me dice "ya no tienes nada, estás en la reserva".

Ya me siento mejor, el dolor del hombro izquierdo me lastima, pero solo por un momento, ya ahora no me duele más. Ya respiro bien, ya pasó lo peor. Solo mi corazón es quien gime quien sufre porque las cosas no son como quiere.

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