domingo, 21 de diciembre de 2014

ANGELINE UNA MUJER ABURRIDA


Cuenta la historia de una mujer que vivía triste y desalmada, su cara no era apacible, tampoco feliz, pero tampoco agria ni desesperada. Su cara era plana. No mostraba felicidad, ni tristeza, alegría ni pesadumbre. Ella estaba aburrida. En su mirada había la languidez de quien descansa de un reciente dolor, pero que por otro lado no hay nada que la estimule para salir de éste. Su cara plana mpstraba gran tedio por la vida, una falta total de realización personal y sin embargo un tiempo de larga lucha en su vida.

Angeline tenía un hijo llamado Eduardo. Ella estaba encantada como todas las madres, lo están de sus hijos. Eduardo era un joven apuesto, bien armado, con la mirada fija en sus objetivos y sus resultados siempre puestos en alto. Angeline estaba más que orgullosa porque su hijo le daba muchas satisfacciones, le daba muchas sonrisas. Eduardo crecía y entraba a un gran trabajo, una maravillosa transnacional que le daba todo lo que cualquier hombre necesita. Los hombres que saben escalar en una transnacional, viven muy felices, porque le dan a sus jefes lo que ellos quieren ver, y a cambio reciben bonos y apoyos extraordinarios, con los que Eduardo se vanagloriaba. Angeline estaba en verdad muy feliz. Contaba a todos sobre los logros de su hijito, y todos le aplaudían porque él era exitoso y un líder que seguir.

Un día Eduardo encontró una esposa. Angeline torció la cara, esa joven le proyectaba demasiadas cosas. Era muy parecida a ella físicamente, hablaba de las mismas cosas, y le preocupaban las mismas cosas que ella. Su hijito había encontrado quien, al igual que su madre, le aplaudiera sus logros, dejando, como corresponde, a un lado a su madre adorada. Angeline perdía la paz, miraba con espanto, cómo perdía a su hijo en manos de su rival, una igual a ella. Sin embargo, ella era la madre de ese hombre hermoso, ella había cultivado a esa criatura exitosa y no estaba dispuesta a perderlo a manos de una hermosa joven con la que él compartiera sus días. Así empezó la guerra entre Angeline y Aurora...

Aurora,  había conocido a Angeline y se impresionaba de lo bien que se llevaban. Aurora iba encantada a casa de su suegra porque hallaba en su charla la manera ideal de pasar ratos estupendos. Angeline estaba shockeada, su rival la adoraba. Pasaron los años, Eduardo y Aurora disfrutaban los primeros 3 años de matrimonio, felizmente enamorados y encantados, hacían de su matrimonio uno de esos que cualquier enamorado desea. Había comprensión, había alegría, comunicación y ambos estaban felices de encargar a su primer hijo.

Angeline vivía molesta, esa mujer ahora le daría un nieto, ahora ella tendría que cuidar al hijo de su rival, sin embargo era una linda criatura. Eduardo y Aurora vivían las desavenencias y circunstancias de todas las parejas, a ratos se enojaban, y otras se reconciliaban, viajaban juntos y disfrutaban de tiempos hermosos al lado de sus ya tres hermosos hijos. La suegra era cada vez más desagradable para Aurora. Ahora con los hijos grandes, sin más asuntos que esconder, Aurora había conocido a una suegra amarga, envidiosa, enamorada de su hijo y buscando la forma de mantener a la nuera lejos de ellos.

Angeline como todas las madres antiguas, no había desarrollado ninguna pasión, ningún hobby que le fascinara, ninguna razón por la que mandar a su hijo temprano a dormir, para que ella desarrollara aquello que más le encantaba. Angeline, como madre antigua, sólo vivía para su hijo, estaba arrobada en él, porque esa era la moda, cuidar tanto a los hijos  que uno desapareciera del mapa. Angeline vivía aburrida. Su cara era aburrida porque su única pasión, su hijo, estaba casado haciendo su vida y ella ahora sola con su propio marido, tenía que inventar qué hacer para matar todos los días de vida que le quedaban.

viernes, 19 de diciembre de 2014

TODO POR LA FAMILIA

TODO POR LA FAMILIA
Esta es la historia de José. Un hombre de alrededor de 50 años, de carácter férreo, barba y mentón bien armados, mirada fija y comprensiva, pero a la vez divertido y simpático, que decía los cuentos más amenos para ser el centro de la fiesta. Pese a ser tan simpático, vivía con un triste estigma, durante muchos años, había presenciado la infidelidad de su padre, sin él poder hacer nada para resolverlo. En sus manos no estaba el convencimiento de pedirle a su padre que respetara a su  madre. Él sabía que no estaba bien acompañarlo pero así había crecido y no conocía otra forma de actuar para con su padre. Muchas veces, mientras iban por la ciudad y pasaban por el rumbo donde vivía la amante, éste debía permanecer en la sala, mientras el padre terminaba sus tareas en el dormitorio con ella. José sentía que traicionaba a su madre, pero de igual forma cuidaba a su padre. A su manera él se percibía tranquilo, porque cumplía los deberes de un buen hijo.

Un día conoce a Blanca. Una chica deportista, ágil y divertida, sagaz y segura de sí misma, tenía la ligereza en las venas, y la inteligencia en donde corresponde. Ella llevaba en su corazón, la huella de abandono de un padre que de muy pequeña las dejó a ella, sus dos hermanas y a su madre para nunca más volver. Fuera mucho o poco el dinero que hubiera dejado, la madre tuvo que dejarlas para trabajar y traer el sustento a su casa. Ella, siendo la hija mayor  tenía la obligación de cuidar a las pequeñas, de llevar la casa y así aún siendo una niña, de pronto tuvo que crecer, como una adulta mayor, responsable.

Al conocerse Jose y Blanca encontraron aquello que el otro le haría a su vida, aquella desarmonía a la que estaban acostumbrados, él habiendo visto la infidelidad, llenaba el hueco de abandono de Blanca. Se casaron al poco tiempo, y por más intentos que hacían, la cigüeña no llegaba,  hacían pruebas y más pruebas, pero parecía que la bendición de un hijo, de un ángel en casa, no sería lo de ellos. José era el hombre de las fiestas, el hombre de las diversiones, y no importaba la ausencia de hijos, él sabía divertir a Blanca y juntos salían varios días entre la semana a divertirse. Sus amigos iban cambiando. Aquellos que se hubieron casado al mismo tiempo que ellos, ya tenían hijos, y ya no podían estar en la fiesta constante, mientras José y Blanca seguían de fiesta en fiesta contentos, y conociéndose. El hartazgo, no llegaba todavía a su matrimonio, pese al paso de los años, y a "no tener nada que los uniera", como un hijo, Blanca, con su inteligencia, lo conquistaba. El tenía curiosidad de salir con alguna otra mujer, pero Blanca lo llenaba, además el patrón que él conocía, era el de un padre infiel, y él no era padre, sólo marido.

Finalmente al paso de los años consiguieron su primer hijo. Los dos estaban felices, los dos habían logrado elevarse al grado de papás. El bebé más esperado, finalmente había llegado, lo llenaban de caricias, de amor , ternura, abrazos.... y el bebé los separaba. José no contaba con que al volverse papá, la felicidad de la fiesta, se trasladaría a las noches sin dormir por un bebé que quiere comida. Iba cada día al laburo con sus ojeras de hombre maduro, que ya tiene edad de hijos mayores, sufriendo la vigilia por ese bebé tan esperado.

Blanca por su parte, encontró en el bebé su infancia perdida. Por fin, después de tantos años, podría vivir la infancia robada por la adulta responsable, en el muñeco viviente que vino a reemplazar la muñeca consentida, que tuvo que quedar olvidada por cuidar de la casa y sus quehaceres. El pequeño Bernardo era para ella un muñeco. Lo miraba con arrobamiento, lo paseaba,. Dejó su trabajo para cuidarlo, porque ella más que nadie deseaba ser mamá como una pequeña de 3 años lo desea. Blanca no tenía más ojos que para Bernardito.

José como hombre celoso, buscaba quitar la atención del bebé a Blanca, él la invitaba a la fiesta, al bar, a cualquier lado lejos del bebé, como lo era en los viejos tiempos, pero a ella eso ya no le interesaba, aquella vida había sido un compás de espera, mientras llegaba este pequeño al que tanto había deseado. José se enojaba, ¿Qué haría para recuperar a Blanca? Le gritaba al bebé, le decía que se durmiera, que además de hacerle su vida aburrida, no lo dejaba dormir. El bebé lo miraba largamente, serio serio, aprendiendo de los gestos de su padre, le imitaba su forma de mirar, cómo fruncía los ojos, la boca. No entendía nada de lo que decía y en vez de reaccionar negativamente, con la felicidad de un bebé, le hacía ruidos con la boquita y le estiraba los brazos para que jugara con él. Esto parecía un ardid familiar en contra de él. Su esposa ya no le prestaba atención, y su hijo lo conquistaba para que se quedara con él. El deseaba a su esposa de regreso, hacer lo que antes, y parecía que eso no se le daría, él debería quedarse en casa jugando con el bebé como cualquier papá recién estrenado, y eso no le apetecía. Al ver que no podía lograr sacar a Blanca de su casa, decidió salirse él.

Un día, en una junta de negocios, le presentaron a Nieves, una hermosa rubia escultural, con voz de ángel y carisma de demonio. ¿Cómo podría este hombre, deseoso de fiesta negarse a semejante mujer? Al no poder salir con Blanca, invitaba a Nieves, y así día a día.

Inconscientemente  él estaba cumpliendo lo que su herida infantil le había mostrado: ser un padre infiel.  Nieves, con su encanto, lo conquistaba, y él deseoso de diversión, se dejaba conquistar. Blanca acompañada por su bebé, ignoraba la realidad y la soledad de su marido, ella asumía que él estaba trabajando arduamente, y aunque sí lo notaba cambiado, no sospechaba que anduviera por pasos equivocados.

Como todas las relaciones a largo plazo, la relación de José y Nieves, empezó a enfriar, él se empezaba a acostumbrar a ella, y Nieves a presionarlo para que dejara a la esposa y se fuera con ella. Ya eran dos años de relación constante y ella ya merecía por dedicación, al hombre completo. José mantenía dos casas y sus ahorros mermaban. Cada día, él resolvía los problemas financieros de su hermosa amante, y proveía con todo lo necesario para su hogar, así durante dos años, hasta que un día, la cuenta del banco se terminó. Él, que ya tenía a Blanca más tiempo, porque su pequeño Bernardo ya no la absorbía tanto,  nuevamente la miraba y convivía con la mujer inteligente con que se había casado. El enamoramiento que ella había tenido con el bebé, ya había pasado, porque además el pequeño ya era un travieso, berrinchudo y manipulador. Ella comprendió que ese no sería el camino correcto para educarlo, mientras que ahora, ya sin la venda del amor hacia el bebé, observaba la lejanía de su marido, de manera, que volvió a atender al marido, y a reprender al hijo.

José que ya estaba cansado de esa hermosa y frívola amante, un buen día decidió dejarla. Se terminaron las visitas, el dinero, las ayudas financieras, y todos los agasajos placenteros para ella. Se dio cuenta que estaba casado, y que Blanca merecía recuperar el lugar perdido. Nieves, al ver a su tesoro perdido, lo empezó a perseguir  por cada rincón del mundo. No había lugar en que él no estuviera, que no se encontraran. Y cómo no, en los últimos dos años, ella había conocido sus actividades y sus momentos al segundo, y era muy fácil hostigarlo. El hombre temía tanto que un día se le plantara en su casa, en frente de su señora, que decidió enfrentar su responsabilidad.  "Blanca", le dijo un día, y mediante le intentaba hablar, sentía que los colores se le subían a la cabeza, y las palabras se le agolpaban en la garganta "necesito hablarte". Blanca, quien ya se olía la verdad y el tema para hablar, esbozó una sonrisa, le dio la comodidad y el espacio para hablar "Si, dime José, ¿qué asunto importante tienes que decirme?" José tomó aire y lo soltó "Siento decirte, que estos años te he estado engañando, tuve una amante a la que acabo de dejar, y ahora ella me hostiga porque quiere que regresemos". Blanca abría los ojos y contenía la respiración, no decía nada, no tenía caso interrumpir aquella confesión tan dolorosa para él; ella pensaba con enojo "De manera que mientras yo cuidaba al tan esperado bebe, él se divertía con otra", pero como era mujer inteligente lo dejó terminar. Así prosiguió José "si quieres nos divorciamos, yo voy a seguir manteniendolos y prometo que nada les va a faltar, pero yo no me siento honorable de vivir con ustedes después de semejante acción". Blanca, conocía a su marido. Sabía que le gustaba la fiesta, pero también lo valioso que era. Todos estos años sin bebés, ella conoció el corazón de José y sabía que él merecía una oportunidad, además tampoco quería echarle a ésa a los brazos, el tesoro de su marido. "No quiero divorciarme, esta es tu familia y nosotros te perdonamos".

José quedó petrificado; su esposa, lo estaba perdonando, no le estaba reprochando su mala acción, tampoco le estaba cobrando alguna venganza, ella con inteligencia acataba su responsabilidad de esposa, la venganza vendría más adelante, pero ella no quería perder a su familia y aquello que había logrado formar. Ella tampoco sabía que este sería su boleto de supervivencia.   A los pocos meses, encargaron otro bebé y en esta ocasión, fue José quien cuidara al pequeño Bernardo, mientras Blanca se volaba con su nueva bebé. Nuevamente se perdía con ella, pero teniendo presente que también tenía otros fuera de ella, que la esperaban.

Blanca tenía la huella del abandono. Es difícil ir por la vida sin cumplir con aquello que alguna vez vivimos, y aunque nos incomodara, fue experiencia infantil, que debe recordarse y volver a vivir. Hay una enfermedad muy difícil para los hombres de aceptar, una que a la larga provoca que los ellos terminen abandonando a quien la padece: el Cáncer. Un buen día, cuando los pequeños ya hubieron crecido, cuando la vida empezaba a tornarse aburrida, le tocaba a Blanca entrar en acción a su herida infantil: el abandono. Ella se enfermó de Cáncer. José se asustó, "mi mujer tiene cáncer, no quiero que se muera, no quiero perderla, ¿quien me va a cuidar a los pequeños? Por favor Blanca, no me dejes" decía José cada día. Recordaba con pesar sus años con Nieves, y cómo Blanca le habría perdonado su error con lealtad y fortaleza, dejaba su honor femenino en favor de la familia, y él no podría quedar menos. Cada día buscaba cuidar a los chicos, darle la comodidad a Blanca, hacer todo para que ella sobreviviera, y continuaran siendo la familia que habían venido siendo.

Al cabo de unos meses, los exámenes médicos dieron negativo a todo lo enfermo de Blanca. Ella estaba curada. Qué felicidad. La vida nuevamente entraría a rutina, sólo con el fantasma semestral de revisar nuevamente los órganos para asegurarse que no había habido metástasis y la vida siguiera igual de feliz.

Llegaron los 6 meses: Resultados positivos. José se sentía desfallecer, ahora eran los pulmones y el hígado, muerte segura. Jose se sentía devastado, ¿qué haría con los hijos? Echarse a correr ahora que ella lo necesitaba, pero no, él le debía el perdón, le debía la obligación con la familia, con su responsabilidad y honor masculinos. Afortunadamente, todo había sido una falsa alarma, una interpretación errónea y en el fondo, un deseo de ella de que la abandonaran. Era su destino. Pero no la abandonaría, porque ambos habían aprendido a superar sus heridas de infancia, y ambos como adultos, se habrían hecho cargo de curarse mutuamente. Ya no tenían el temor de que los invadiera el deseo de la infidelidad, o el del abandono, como pareja, habían hallado el punto perfecto para encontrar el amor a pesar de sus imperfecciones. 

martes, 16 de diciembre de 2014

STRESS: ASESINATO DE NEURONAS

Esa mañana empezó terrible, cuando uno descubre que lo han traicionado, cuando de pronto se da cuenta que aquello que uno había desechado y había negado, aquella propuesta que le habían hecho y la había rechazado por mala, sí se lleva a acabo, que se han tomado decisiones en tu propia casa, sin tu autorización, que la gente aprovechando la prepotencia del poder, de un pequeño apoyo y la mala comunicación, las cosas se hacen sin que uno desee. Mi enojo era superlativo, no había manera de apaciguar mi malestar, y de paso, toda la gente haciendo su santa voluntad, haciendo como si uno no existiera. En verdad había una chimenea saliendo de mi cabeza.

Salí de la escena, yo no iba a aceptar  que se irrumpiera en mi casa, y los planes de un tercero salieran como ése lo había programado. Así yo enojada salí en busca de una diversión que me  calmara, no había meditación capaz de calmar mi ansiedad, capaz de hacerme funcionar. Así  entré en el club deportivo, allí encontraría algún amigo que me distrajera, que me dijera o me escuchara, entonces entré en el baño y me mire en el espejo: qué horror, mi cara hinchada, mis ojos rojos y las bolsas hinchadas, no había llorado, las lágrimas todavía no podían calmar mi ansiedad; he aprendido que  aunque las lágrimas son el elemento químico que calma el cuerpo, a mí me distrae de mi objetivo de resolver, me hacen perder tiempo valioso para tomar la decisión correcta sin embargo, mi cara sí estaba hinchada, como si hubiera llorado largamente. Mi estado era como de león enjaulado, caminaba y hacía ejercicio, tratando de deshinchar mis senos nasales, mi ojos hinchados, todo se calmaría al hacer deporte.

Mi enojo no cedía, todo era malos pensamientos y ganas de ahorcar a esa persona que había invadido mi espacio, no podía pensar, la objetividad que mi buen amanecer me había dado, ya estaba olvidada. Seguía sin poder resolver. Finalmente, me puse a escribir, tomé un poco de sol y respiré, comí algo y la sangre alimentó el cerebro, encontré lucidez y comprendí mi error, comprendí qué me molestaba más, como siempre, la falta de comunicación.

Llegó la noche, mi cara ya estaba plácida, mi cuerpo se sentía más relajado, pero mi cabeza me dolía. ¿Qué parte de mi cabeza me dolía? ¿Qué parte de la cabeza recibe los golpes emocionales? ¿Qué parte del cerebro sale a responder ante cualquier peligro? La amígdala. Así es. He aprendido tanto del cerebro, que ya comprendí qué me dolía y por qué.

Hace no mucho tiempo, escuché que en caso de estress, en caso de enojo, se mueren las neuronas de la amígdala. La amígdala es quien recibe las malas noticias, pero como no sobreviviría con tanto malo, pues mata lo peor que le ha sucedido, para no recordarlo nunca más. Si yo fuera una amígdala y quisiera cuidar a mi amigo el hipocampo, a quien le envío todos los recuerdos emocionales que me han llegado, le pasaría los menos dolorosos, los de menor estress, los que me van a afectar menos en el futuro. Por esa razón las neuronas de la amígdala se mueren, porque no quieren recordar ese estress tan desagradable que vivieron. Algunos eventos se quedarán, aquellos que involucran alguna situación emotiva que involucre alguna escena, pero los del momento que uno olvida porque son muy fuertes, esos se olvidan completamente.

Mi sensación en mi cabeza era un dolor intenso a la altura del oído, las sienes me dolían un poco, tal vez como reflejo del dolor intenso que estaba sufriendo la amígdala, pero mi pobre amígdala ha sufrido tanto, que he comprendido lo que significa quedarse tonta, quedarse sin neuronas. He matado cientos de neuronas por culpa de una situación que no he previsto, ni he sabido resolver, mis pobres neuronas murieron, y nada habrá que las resucite. Eventualmente se dice que las neuronas del hipocampo si se regeneran, si se renuevan, pero, tristemente, las de la amígdala murieron. ¿Cómo me di cuenta? Porque mi vida en general, es muy controlada. Con mis ejercicios intuitivos y cuánticos, puedo prever algunas escenas, puedo elaborarlas y tomarlas, asirlas; entonces al sentir por la noche todo mi cuerpo, noté la diferencia entre un día normal y uno como hoy. Es impresionante sentir que hasta el cerebro se puede percibir, que no por estar  debajo del hueso del cráneo y debajo de una zona que no se puede tocar, pueda uno tener la sensibilidad de comprenderlo.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL MUSEO BARROCO

Cuenta la historia de un museo, todo lo que había en él era simple, era mundano, era lo mismo que se ve en cualquier casa, cuadros, jarrones, plantas. Sin embargo el museo como tal era una belleza arquitectónica, nadie lo miraba, todos se centraban en mirar los cuadros y los objetos que éste mostraba, pero pocos sabían la enorme riqueza que este monumento tenía.  Estaba hecho en el barroco clásico, donde todos los ornamentos tenían la cantidad perfecta. No era la simpleza del clásico, con sus rayas simples y poco decoradas, tampoco la  exageración del Rococó, con sus curvas rebuscadas pintadas de dorado; era simple verlo, era bello a la vista.

Un día una persona hizo propaganda a este hermoso edificio. Cada persona que iba, le daba la explicación de algún cuarto, o algún pasillo, o algún rincón que él bien conocía. La gente iba caminando dentro de ese lugar, ignorando ahora lo mundano, ignorando los cuadros , jarrones y objetos  simples que allí se mostraba.
Ahora, todos miraban el arte en sí mismo. Miraban las curvas de los techos, las paredes talladas, y el detalle perfecto de un color neutro. Todos admiraban los pisos de mármol, con dibujos simples, tal vez con combinación de colores estilo ajedrez. El edificio como tal era una belleza. Sin embargo era sólo para conocedores, uno va al museo a mirar objetos, no techos, paredes y pisos. El museo era poco concurrido, pese a ser hermoso, a poca gente le importaba su arte perfecto, su estilo artístico estilo Bernini. Fue así como alguien se le ocurrió  cambiar la publicidad del museo, introdujo información del constructor, algunos cuadros alusivos a su obra, algunas esculturas, tal vez imitaciones que embelesaran este monumento ignorado. Así la gente pudo disfrutar de este lugar en todo su esplendor , la magnificencia de un edificio bien montado, hecho a la perfección para deleite del artista y sus contemporáneos, y también una muestra del estilo artístico del artista como tal. Al final, no importa qué haya quedado, si no se menciona la persona que lo hizo, si el monumento no tiene cara y nombre, pierde importancia, pierde valor, porque es la persona la que le da el punto de energía a cualquier arte.

jueves, 4 de diciembre de 2014

EL MISTERIO DE LA INFORMACIÓN


Cuando miro en retrospectiva, veo que ya no escribo nada, que aquello que antes me impulsaba a escribir, ahora termina en tres líneas y en temas que sólo yo comprendo. Me encanta escribir historias intuitivas, que después le dan sentido a mi vida, pero que si yo las publicara, serían una cosa sin sentido para mi lector. Por otro lado, los hits mayores  ya no lo son, siento que todos los temas ya están trillados. Todos escriben de amor, o de desamor, o de efecto positivo, y a mi eso ya me aburrió, es cansado leer una y otra vez sobre lo mismo en diferentes palabras.

Leía sobre la física cuántica, que explica por qué es este fenómeno de los temas trillados. Las partículas cuánticas,  surgen en pares, y cada una se extiende hacia un lado diferente, con la misma información transmitiéndola en otra parte permitiendo que más personas se enteren más rápido y al mismo tiempo. Habla también de que hay cualidades que si antes eran más difíciles de lograr, cuando una la ha conseguido, le "pasa" la información por vía cuántica a otra persona en otra parte del mundo. Cuenta sobre un pájaro que empieza a hacer alguna gracia, la misma que hace otro en otra parte del mundo, y este tipo de pájaro específicamente se queda a 25 metros de su casa, ni se aleja de su zona, y menos emigra. Es la física cuántica la que hace esta magia, la que extiende la información por todos lados. Ésta también indica que somos 90% energía y sólo 10% materia, por lo que todo lo que hagamos, se va a transmitir por medio de estas partículas.

Yo sé que es algo muy extraño creer esto, pero tiene una base científica muy bien sustentada. Para los creyentes, se pensaría que Dios inspiró a varias personas para que esto se transmitiera por todo el mundo. Sin embargo, yo creo que Dios se ocupa de temas más místicos, y no de las gracias que puedan hacer los pájaros en diferentes espacios del mundo. Como sea, la física cuántica, me está gustando, me está explicando tantas cosas. De ahí que la información intuitiva tenga una explicación clara, de ahí que el hecho de que dos personas vean un símbolo, signifique lo mismo. Por ejemplo las enfermedades o males físicos: tanto Louise Hay como Deepak Chopra como otros autores, explican las mismas enfermedades por las mismas causas. Es cierto que muchos se copian, pero también se copian porque les hace sentido aquello que su intuición les mostró, y al sustentarlo uno con ciertas palabras, el otro puede comprobar su teoría. La física cuántica es en verdad algo maravilloso para el cerebro, porque éste se desarrolla, usa sus neuronas y hace a la persona crecer de una forma más amplia. Ya no es el cerebro que se queda sólo con la limitada información de su pequeño mundo, sino que ésta se puede expandir más y más. Es como si yo necesitara de Groenlandia alguna información, hablemos de cocina que funciona igual que el cerebro. Estoy preparando una torta, y requiero un sabor característico, uno que haga que mi torta sepa a aquello que mi felicidad necesita, y así, de paseo en Groenlandia, me encuentro con "eso" en el mercado. Tal vez, estoy en un restaurante y me sabe a eso que estoy buscando, hablo con el chef, y éste me dice que es una plata que crece  al por mayor en ese clima tundraico. Así puedo llevar ese ingrediente a mi casa, y hacer mi torta con el sabor que estaba deseando. La física cuántica le permite a mis células ir al mercado del mundo y encontrar aquello que mi persona necesita para crecer. Es una maravilla tan grande, es un tema tan vasto, que podría seguir explayandome por líneas y líneas, exponiendo todos los ejemplos que esta ciencia se refiere.

Estas historias intuitivas, y sus explicaciones, surgen de la física cuántica, y a mí me parece algo precioso, es como un gran regalo envuelto para mi satisfacción, completa. Posiblemente, tampoco quiero abrirme tanto que sepan mis secretos, por esta razón tampoco publico mis historias intuitivas, porque las células cuánticas, van a pasar mis secretos y mis enojos a todo el mundo, y hay información que no tengo ganas que se divulgue, aunque tal vez, al pensarla, ya alguien en otra parte del mundo, está pasando por lo mismo y sabe exactamente de lo que estoy hablando y realmente, no tengo gana de que ... No es verdad, es bueno divulgar historias intuitivas, porque tal vez mi caso le ayude a alquien más a resolver su asunto, o mejor aún, el caso de la otra persona, le dará sentido y solución al mío. En fin, creo que he aprendido mucho al escribir aquello que no tenía intención de hacer.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

MALEFICA: EL PODER DE UNA CHICA

Cuántas veces pienso lo que se nos presenta en la vida y por qué nos hace impresionarnos. El otro día miraba la película de Maléfica. Que maravilla de película, esta actriz te envuelve con su actuación, con su ternura infantil; a través de la película, vas comprendiendo la razón de su comportamiento. En el cuento original, uno no comprende por qué el hada mala está enojada con los reyes, ni tampoco por qué no la han invitado al bautismo. Simplemente es Maléfica una persona detestable, que se opone a la felicidad de esos reyes, y como ser maligno de que está hecho, vive sembrando el mal, vive oponiéndose  a todo aquél que quiera ayudar a su más férreo enemigo, no permite que nadie apoye a ese rey, que por alguna razón ella ha decidido perjudicar. Por ejemplo cuando el príncipe Felipe va al castillo a buscar a la princesa, todas las pruebas que le pone y la gran ayuda  que recibe de las tres hadas madrinas.

Aquí encuentra uno la razón de ese enojo, una jovencita engañada, una chica ingenua, que pese a ser hada, tiene corazón humano y al igual que una adolescente de 16 años humana, se ilusiona con el primer beso y con los sentimientos que a éstos arroban. Aquí la jovencita, vive enojada porque el chico le ha abandonado, y después de adulta, traicionado. Es en ese momento de la traición, cuando ella espera el momento a poder vengarse y el tiempo se lo da, cuando el joven rey, tiene a su primogénita.

Es lindo ver cómo la pequeña princesa, con su encanto, conquista a la malvada, con su ternura infantil, hace que Maléfica la cuide, la proteja, la vuelve inmune a ella, su maldad no es la fuerza que era con la venganza, aquí es la inocencia infantil, que sólo depende de un adulto que lo cuide, una pequeña que con sus propias armas, doblega a la malvada y sus planes de terminar con ella.

Algo que me llama la atención, es quitarle la fuerza al hombre. El feminismo, ha hecho añicos al machismo. Esa fuerza poderosa que Disney le había aplicado a los príncipes, sobre que eran hombres rectos, firmes, decididos y honestos, se ha transformado en seres convenencieros, serviles, abusivos y las mujeres son las que tienen todos los dones que antes tuvo el príncipe. En la película de Valiente, Mérida es la fuerte y los príncipes unos chicos flacos, sin potencia.

En cada película que meten príncipes y princesas, muestran personalidades tan tristes, tan irreales. Es verdad que la desintegración familiar ha convertido a los chicos en seres más débiles, que no confían en los hombres porque son, en general los malvados que abusan de las mujeres. También es verdad que el machismo hizo añicos a la mujer y la dejó en el ultimo rincón del maltrato y la tristeza. Sin embargo, me parece que ahora el feminismo está haciendo lo mismo que hizo el machismo en su momento, intenta terminar con los hombres y su fuerza viril.

Yo en mi simple pensamiento, creo que no es justo lo que se hacen el machismo y el feminismo, que ninguno de los dos tiene razón. Cada uno en sus características, tiene cualidades irremplazables, que ni una mujer por más fuerte que sea, puede hacer trabajos físicos pesados, ni un hombre por más delicado,  puede entender el corazón de un niño lleno de ternura y bondad, de inconsciencia y creatividad. Hay cualidades, únicas en cada género, que ningún otro lo puede reemplazar. De nada sirve un hombre oprimido por una mujer, porque éste no se va a desarrollar como le corresponde a su carácter, ni tampoco una mujer maltratada por el hombre, abusando de su debilidad emocional.

Me ha gustado mucho Maléfica, sin embargo siento que es la antítesis de la Bella Durmiente, porque al igual que el uno santifica a los hombres, la otra lo hace con las mujeres, sin ponerle su cualidad intrínseca, característica de su género. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

FISICA CUÁNTICA Y ESTADO MAGALLANES

Al empezar cada día reviso mi persona, verifico si todo está como yo lo deseo, como a mi intuición le corresponde. Así recuerdo lo que el autor de "deja de ser tu" describe en su libro sobre el estado mental de cada quien. Dice que si uno hace bien la meditación y se acomoda de la forma correcta en el mundo, no habrá situación ambiental que haga que cambies ese estado mental.

La física cuántica en el ser humano dice que éste es sólo energía,  la cual se puede modificar de la forma que uno quiera.  He estado observando, en mi propia vida, nada que ver con los grandes meditadores occidentales, o los que tienen mucha experiencia en este campo, y lo que he notado es la sincronicidad de calma. Por supuesto que hay días en que el mundo exterior, me dice que me despierte, que hay un asunto importante por resolver, que hay una zancadilla que me quieren poner, ahí mi sincronicidad es todo desorden es todo desarmonía, ruido, no hay concentración capaz de meter a la vida. Sin embargo si no hay ningún problema ajeno a mí que resolver, todo es calma, la sincronicidad es de felicidad, de ayuda externa, la gente me ayuda, me acompaña. Es precioso cómo si uno ha conectado correctamente la energía, ésta funciona para uno, como uno desea.

Otra forma de comprobarlo, me ha llegado ahora que estuve en El crucero Austral. Es en definitiva toda una experiencia mística. Como no hay nada que hacer,  uno se desconecta completamente y entra en un estado de paz o de aburimiento según uno quiera, pero yo había decidido  estar tranquila. Todo empieza cuando uno aborda el barco, te avisan que durante cuatro días, no habrá teléfono, si, no hay señal telefónica, y qué hablar del wifi, eso es para el mundo, no para ese lugar apartado. Cuando uno entra al Estrecho de Magallanes, lo único que ve son montañas, algunas nevadas, algunas áridas, o alguna más con arbolitos pequeños, el clima de la tundra hace que la naturaleza crezca muy lentamente, que la naturaleza viva discreta a su paso, sin gran exuberancia. el agua va calma, como un ancho río con pasadizos y salidas  a través de la cadena montañosa que de pronto se corta. Así pasa una hora, y pasan dos, y pasan tres, y fuera de las actividades distractoras de almorzar, conferencia y dormir, no hay nada más que hacer. En algún momento, hay expedición de flora y fauna.  Wow! quien dijera todo lo que hay que aprender en un campo de hielo, que haya tanto que saber en un espacio donde alguna vez sólo había hielo y nada de agua, sólo había tierra y agua, cubierta por hielo y glaciares.

Toda la combinación de otra rutina diferente, sin tecnología, sin ciudades que conocer, con gente de otros países con la misma curiosidad de cultura general que uno tiene, en el barco, genera un estado de paz, un estado de desarrollar las células positivas, hacer conexión de los genes correctos para que la vida funcione con felicidad, sin estrés.

Dice el libro que uno al repetir rutinas negativas, tener pensamientos contradictorios y desagradables una y otra vez, refuerza que ciertos genes y células se conecten, estamos hablando de energía, de situación etérea, de aquello que no se ve ni se conoce, de aquello que sucede sin que nuestra vista o nuestra respiración se percate. Son las conexiones sutiles que van formando la personalidad de cada uno, y que al vivir el día a día van haciendo aquello que somos.

Yo iba abierta, con mis ejercicios y mi rutina claros sobre la calma y la felicidad, y el día de hoy, lo que vine a aprender fue que al haber estado en ese lugar y recordar los paisajes, mi estado de stress, desaparece, y puedo enfocarme en lo importante. El asunto aquí es que uno pueda desconectarse, logre entrar en ese mundo de nada, de no tecnología, de pingüinos, cormoranes y guanacos, y entonces  le ayude a desconectarse de aquello que a uno le agrede, de aquello que es nocivo para uno y que no lo sabe. Uno quiere vivir en la felicidad, y es algo imposible, el cerebro no lo permite, el cerebro necesita emociones y concentración, traducido en  lo que ya conoce  porque es lo que ya le enseñamos. El cerebro interpreta este estado de calma como de el que está enamorado, o drogado. Sin embargo, al final del día, cuando uno ha confrontado los deberes, y el estrés que esto conlleva, al dormir, nuevamente se conectan los genes positivos, las células de felicidad, y nuevamente uno medita, y refuerza lo positivo, lo hermoso, lo feliz lo que a uno le genera estabilidad. Acostumbrando al cerebro que la calma es emocionante, que la calma no es la droga excesiva de las endorfinas y xerotoninas en exceso, que eso no es malo, sino es lindo, éste va cambiando y se habitúa a no producir  aquello que nos hace enojar que son otras sustancias que contraponen las xerotoninas.

Yo he hecho un tótem, me encontré un paisaje parecido al de las montañas de Tierra del Fuego, le he colocado algunas fotos, y así, al verlo cada día, recuerdo ese hermoso momento y me transporto al estado Magallanes, al estado de calma que mi vida necesita. Este estado me sirve para estar alerta, para entender mi intuición, para funcionar en mi día a día, en mi rutina y mis obligaciones. No estoy tirada, ni sentada en flor de loto mirando árboles, estoy viviendo, con la presteza y la certeza de quien no se equivoca. 

jueves, 30 de octubre de 2014

ESTADO MAGALLANES.

En este día la vida me sonríe, en este día la calma es mi guía. Todavía vivo de subida, todavía permanezco en ese crucero en Tierra del Fuego, mirando montañas, mirando picos nevados, glaciares y naturaleza incipiente. Vivo con la felicidad de quien tiene todo resuelto, de quien confía en que Dios está con ella y no tiene nada que lo preocupe. Es ese estado que uno no quiere dejar más, que uno quisiera que permaneciera por siempre, como un activo fijo, sí es posibe lograrlo, pero ¿a qué precio?

Es entonces cuando siento tu mirada, cuando en mi loco deseo busco algo que me acerque a ti, algo que mi mente consiga para que tu persona esté mas cercana a mi., quiero acercarme a tu persona quiero permanecer cerca de ella, pese a que se que no estás, pese a que se que estás muy lejos, en tu espacio vital, en el espacio en que nada te hiere, que no te encontrás expuesto, allí donde hay que acercarse.  Quisiera vivir allí, en todo el tiempo, en cada momento, pero me percato, que es inútil y fútil mi intento, porque mientras más me acerco, más te proteges, no se trata de mi, se trata de vos, se trata de un lugar de seguridad donde te encuentres a salvo, donde no tengas que agobiarte y que tu conciencia, así tranquila permanezca, aunque tu deseo y tu cuerpo vibren en otro sentido. Ya he sufrido con tu ausencia, ya he sufrido con tu lejanía, y no tiene sentido traerla a mi. Yo sé que lo conseguiría, mas ¿por cuánto tiempo? ¿Cuanta energía me robarías al hacerlo? No tiene sentido, te dejo ir, dejo tu energía para que sola, sin esfuerzo, sin oponerse a tu voluntad, sin intentarlo con todas mis fuerzas, sólo se de. Sin esmerarme a que estés aquí, te suelto, sabiendo que  no estás, sabiendo que  te mantendrás en tu espacio aislado para tu seguridad para tu vida que nunca cede, que nunca se acerca que lejos permanece.
Así es como quiero permanecer, así en ese estado de ingravidez, en ese sentido de quien vive encantada y perdida, donde nada me puede dañar, ni nada me puede dejar expuesta porque el estrés trae reacciones desagradables para mi, reacciones que me recuerdan que ya no estoy en ese hermoso y relajado lugar, sino que estoy en mi rutina, en mi diario vivir, donde aquél pensamiento ya no va.

Dicen los neurólogos que el cerebro va archivando todo lo pasado, aquello que alguna vez fue hermoso y delicado, aquello que alguna vez nos consternó los sentidos, se queda en el pasado, en aquél espacio que no es presente, que igualmente no sube la xerotonina, ni la  oxitocina. Todo lo presente hermoso, se queda en el pasado, aunque yo no lo quiera, aunque yo me esmere en que sea diferente, mi cerebro manda a todo el cuerpo. Mi corazón, por más que tenga decisiones, no puede contra el mazo del cerebro que  sabe lo que es mejor para todo el cuerpo, para mi bienestar.

Así, doy un paso al pasado, y  un escalón arriba me separa de él. Por más que yo quiera y me esfuerce por permanecer, allí, donde mi menta flota ligera, donde mi felicidad respira controlando todo el terreno, mi presente me dice que no es posible. Yo intento, con todas mis fuerzas, con todo mi ser, comerme ese paisaje relajante, ese estado para que permanezca en mi día a día, para que aún viviendo en mi vida rutinaria, pueda controlar el estado de ánimo que me  pone mal y que en otro momento me fue muy agradable. Yo en mi rutina diaria, intento permanecer en estado Magallanes, en estado relajante metida en un crucero en una porción ínfima del mapa terrestre.

sábado, 11 de octubre de 2014

SANTIAGO DE CHILE: UNA FUERTE EXPERIENCIA

Finalmente en Chile, aquí mirando la cordillera, en tres horizontes, aquello que limita y no permite ningún cambio, la modernidad de los edificios  que resumen a toda la población en un espacio reducido, y algunos árboles que intentan dejar algo del origen de lo que fue este lugar. Intentan dejar algo de frescura y área verde donde sólo debería haber  edificios, mayor ganancia para algunos. Sin embargo los límites de su cordillera, les recuerdan sus orígenes, su influencia germana que se refiere al orden y a la armonía, la incapacidad de hacer algo correctamente  sin necesidad de salirse de los límites latinos. Es todo en uno, es una ventana abierta, mostrando la primavera, el calor de un clima que se espera ardiente, y la cerrazón de aquello que no se puede cambiar, de aquello que debe aceptarse, porque así fue decidido.

Yo he llegado distraída, con la predisposición que me dieron:  "cuando vas de viaje,  hay que tomar pastillas de energía, para que  esté uno despierta, que esté una al tiro sin que alguien te vea la cara". Así, en cuanto me he instalado en el hotel, y notar mis deficiencias, me he recordado mis células chilenas, y de habla inglesa, todo aquello que me hiciera funcionar correctamente como local, en el ambiente a que he sido llamada; es tan importante que tus movimientos sean como del lugar. Sin embargo, me ha sucedido lo que nunca: me han robado la cartera. Un carterista especializado, me ha dado una nalgada, yo pensaba que era mi bolso que al movimiento me había golpeado, mi guardia baja no me permitió mirar más allá de lo que era mi imaginación. Sin embargo al intentar pagar, me he descubierto despojada de aquello que hacía unas horas, yo tenía en mi poder. Cuanta tristeza, yo siempre tan segura por la vida, siempre imperturbable, todo controlado, al recibir genes chilenos, me robaron. En el shopping, los guardias y la gente a la que preguntaba, todos ponían cara sin expresión, tal vez sea algo común, pero me hicieron creer que no lo es, su expresión era parca, simple, seria, como quien intenta dar tranquilidad a su interlocutor, o sea yo. Sólo me pregunto ¿qué tan común es que a una chilena le quiten la cartera de su bolso? ¿Estaría yo tan distraída que me vi presa fácil? Tal vez al atraer la seguridad de un local, mi persona guardó las antenas que un extranjero  lleva en cualquier lugar. El de mirar alrededor, y estar alerta. Sin embargo, yo no estoy acostumbrada a estar rodeada de gente, de salir en grupo, cambiando de un lugar a otro, esperando darle gusto a todos. Tal vez el hecho de estar en un espacio al que no estoy acostumbrada, me haya bajado las antenas. No es el adquirir seguridad de local, es el estar en un ambiente ajeno a mi seguridad. Mi seguridad es ir sola o con mi familia, yo estar al pendiente y que estén al pendiente de mi, un intercambio de miradas, que aquí no había, porque eran todos extraños a este lugar. Tal vez fuera yo la más segura, pero su compañía e incertidumbre bajaron mis antenas.

De pronto tengo que ir al baño, la manifestación más simple del miedo me tomó, y lo más básico de control se relajó. No pudo guardar lo que debe, lo que acostumbra, lo que le da seguridad. Mi cuerpo ha quedado expuesto, ante lo inevitable, el saber que la incertidumbre de un líder distraído, se me ha pegado, me ha traído la mala suerte de verme vulnerable y más simple víctima.

El ladrón respeta a los hombres viejos, pero no a las mujeres, piensa que un anciano es para cuidarse, y que  la chica que está con él, está tranquila porque se siente protegida por él, y por default la siente y la sabe vulnerable. No es el grupo lo que me bajó la guardia, es la visión del ladrón, que sabe que si el líder abuelo, no está al pendiente, le pasa la incertidumbre al ente más vulnerable del grupo, aquél que el menos respeta. Era un hombre joven  que está molesto con su madre a quien le tiene mucho enojo y a quien está acostumbrado a sacar la plata.  Un joven introvertido y observador quien su abuelo ha sido una figura importante, y a quien respeta, por lo que son las mujeres que lo acompañan, quien merecen su atraco.

Mis historias creativas solo sirven para darme tranquilidad, para mostrarme que siempre hay alguien adelante de mi, que aunque yo esté segura, tengo que compartir aquello que me sobra, aquello que tengo para mi. Aquello que he perdido debí regalarlo con desapego, desear que esa plata que se me ha hurtado,  se le haya dado un buen uso, y que yo no me quedo más pobre, sólo me da la oportunidad de encontrar el motivo de mi desvelo, para seguir adelante, compartiendo lo poco o mucho que pueda tener. Tal vez, sea un recuerdo de mi año 8, el año de recoger frutos, de compartir los frutos remunerados de mi ciclo de laburo que está por terminar. El año 8 es sólo de recibir plata, y efectivamente, la he recibido, y es para mi bien, compartirla, aunque sea obligada.

martes, 30 de septiembre de 2014

EL MOLINO DE VOLENDAM

Esta mañana ha sido especialmente difícil, me estoy acostumbrando a  sentirme sin un apoyo o sin mirar un camino directo. Así la reacción más lógica es la de sencillamente es ir enojada por la ruta, aventando el auto y solicitando el paso porque las cosas no son como uno espera, porque por más que uno se esmere, no hay vuelta para ningún lado, no hay camino opcional hacia otro sentido. ¿Por qué? ¿por qué por más que intento cambiar la ruta, el final tiene la misma cara?

La sincronicidad no se dejó esperar, de pronto me encontré con un accidente, dos mujeres detenían el tránsito, sus autos habían impactado y la una, desesperada le exigía, le demandaba a la otra la razón de su mal manejo, la razón que la había hecho que se accidentaran. Finalmente el enojo se dispersaba, pero más sincronicidad me mostraba el mundo que estaba atrayendo hacia mi, más mujeres enojadas, que manejando en sentido argumentativo, iban por la ruta, resaltando y llamando la atención de la policía. Ahí he comprendido la importancia de la sincronicidad. Cuando me he levantado molesta, enojada, colérica, he visto mi actitud proyectada en la sociedad que me rodea. He visto que tristemente, nadie gana al uno salir colérico al laburo, al uno poner un pie enojado en el mundo, el mundo sólo regresa lo que uno siembra, y por un sólo minuto o un par de horas, me ha mostrado aquello que he sembrado.

Yo sé que es complicado que alguien que me lea, comprenda a qué me refiero, porque no ha estado en mi auto conduciendo conmigo, ni tampoco ha visto con mis ojos, ni ha comprendido con mi cerebro aquello de lo que hablo.

Cuando el mundo vive en armonía conmigo, es sencillo que lo único que yo vea y lo único que detenga mi caminar y mi certeza en mi camino, sea solo como una película que me acompaña poniendo ejemplos de cada cosa que voy viviendo. El mundo alrededor, sólo me muestra lo que sucede cuando voy en cierto estado de ánimo. He visto, como en una película, aquello que he provocado.

Cuán distinto es cuando salgo feliz, salgo tranquila, salgo contenta, cuando el frío de la primavera me muestra que sólo en constante movimiento, conseguiré llegar salva a mi destino. Yo sé que esto es uno de tantos clichés, pero si todos los días sumo una sonrisa, el día que vea una lágrima, me disgustará de tal forma, que me llevará a buscar nuevamente la sonrisa.

Sin embargo, a veces esa sonrisa puede ser falsa. Porque aunque el sol brille, aunque mi sonrisa me ayude a caminar con mayor tranquilidad, y calma, eso no esconderá la triste realidad que me ha hecho amanecer enojada, molesta, angustiada. Esa realidad no me ha amanecido, no me ha seguido. No he visto una mujer llorando desconsolada, tampoco un hombre molesto porque no ha cerrado el negocio que esperaba, nada de esto ha sucedido. La sincronicidad sólo me ha llevado a la agresión, que es sólo el disfraz de la impotencia, de la tristeza de caminar sin conseguir, que aquéllo con lo que más lucho cada día, se mueva. Mi punto es el siguiente, mi actitud es la que ha hecho sincronicidad, más no mi realidad. Aquella realidad que cada día me acecha, no aparece en sincronicidad, el laburo diario, la carga diaria, ésa no se manifiesta. ¿Será que es sólo un camino? ¿Será que el destino final es muy diferente a lo que veo en la diapositiva que el día de hoy me está mostrando?

Esto es serio. La sincronicidad siempre me muestra una película, un camino de mi realidad, sin embargo hoy no la veo con esa claridad. Tal vez sea sólo una estación en el camino, o una razón, algo que tengo que aprender, pero no es real,  por eso no se muestra como tal. Quisiera saber cuánto tiempo durará esta batalla.

Cuenta la historia de un molino de viento, era Volendam, Holanda, aquellas hermosas planicies soleadas, ventosas, aquellos espacios eternamente planos, llenos de esa simple vegetación tan acuática. Volendam y el molino vivían juntos, el molino sacaba el agua que inundaba la ciudad. Las lluvias constantes, subían el nivel de las aguas del mar, de los mantos acuíferos y la única forma de mantener la ciudad seca y funcional, era usando un molino como éstos. Sin embargo, no todo era felicidad para el molino, éste envejecía: el tiempo y las temperaturas diversas, lo mermaban, primero las partes metálicas, no hay salvación para éllas con el viento salado del mar, con frecuencia se lo daba mantenimiento, los rulemanes seguían girando, dando lugar a que el trabajo se realizara. El molino se acababa, ahora ya no sólo eran las partes metálicas, ahora era también su sostén. Era un viejo molino de aquellos construidos con el nacimiento de Holanda. Sin embargo su trabajo no moriría. Ahora se había descubierto que su fuerza podría generar electricidad eólica e hidráulica, ahora su trabajo no era sólo de salvamento, su laburo era de apoyo y ayuda. Fue cambiado el viejo molino, fue construido uno en imitación a este hermoso y antiguo un emblema conmemorativo, pero en su lugar, fue suplantado por uno moderno y fuerte; por uno actualizado que hacía el laburo de tres de estos antiguos, así, la ciudad de Volendam podría seguir produciendo la subsistencia para todo el país. Todos ellos dependerían de la fuerza energética que esta ciudad proporcionara. De ese molino viejo por funcionar correctamente, por ser el motor para un desarrollo sustentable, que le dio iniciativas a muchas otras ideas a partir de la idea de un antiguo habitante que buscaba el bien para su ciudad.

Es una vida.

martes, 16 de septiembre de 2014

PREPOTENCIA: LA LEY DE HERODES

Hoy me descubro triste, un día más en que no  puedo disimular que la tristeza me está llevando. Al observar la razón, veo que no hay más que la falta de escribir. Vivir en un año 8 no me inspira para escribir, sólo me dan ganas de hacer otras cosas, de crecer de otras formas, pero no me da deseo, o tengo estímulo para escribir. Sin embargo es muy difícil no hacerlo, el escribir le da alas a mi espíritu, le da emoción a mi vida, le da placer a mi existencia. Ha tantas cosas que la imaginación y el autocontrol consiguen, tantas otras que la autoprogramación realizan, es el ver que hay motores muy poderosos que el cerebro enciende, y sin embargo, no me llenan de felicidad como el plasmar mis pensamientos en un papel.

Pero ¿Qué me está provocando esta tristeza? La prepotencia. De pronto me enoja ver cómo un presidente cambia las reglas, se enriquece con los impuestos, y el pueblo acostumbrado a recibir cosas lindas de su propio trabajo, de su gran esfuerzo, de pronto, ve mermado todo eso que se había logrado. Me recuerda una película mexicana, "La Ley de Herodes" que estuvo mucho tiempo prohibida en ese país. Habla de un presidente municipal que llega a un pueblo perdido en algún estado. Es un lugar abandonado, tanto por sus habitantes, como por sus gobernantes. Él viene a querer hacer cosas, pero nadie lo apoya, pide dinero, y nadie da nada. Finalmente decide poner en prácica la constitución, viene a poner orden según las leyes del país. Empieza a cobrar coimas e impuestos extra a cada ciudadano.  El resultado es que en vez de que el dinero se aplique en beneficio de la ciudad, de mejorar el estado de abandono del pueblo, el hombre se enriquece  más y más. Hace negocios con algunos importantes, mata a los que quieren justicia.

Cuando él había llegado a este pueblo, él venía con una esposa que lo apoyaba, que estaba con él en todo momento. Él como persona, era noble, amable con la gente y de carácter gentil y generoso. Al final de la película, el hombre se vuelve prepotente, abusa del poder, se burla de los buenos y bien pensados. Su esposa, por otro lado, encuentra un amante, ya no lo respeta ni lo apoya. El pueblo donde él rige, sigue abandonado, pero él muy rico con todo el dinero del pueblo.

Yo me encuentro del lado del pueblo abusado, del lado de quien, haciendo lo que debe, no encuentra justicia social, ni apoyo moral. Quien no encuentra razón para luchar por una vida mejor, sabiendo que ese gobernante prepotente se llevará todo, sabiendo que aquello que consiga y por lo que luche, sólo se irá a la basura porque alguien más se beneficiará de ello. Mi tristeza tiene razón de ser, mi tristeza tiene una vigencia. Sin embargo pienso ¿qué sentido tiene salir de ella, si al lograr estar feliz, me encontraré en este régimen abusivo? Tal vez a este presidente abusivo le de una enfermedad letal, tal vez le de cáncer, o tal vez le dé un síncope que lo deje idiota, pero su prepotencia prevalece, su preptotencia hace que yo no tenga deseos de lograr algo mejor para mi futuro, mi supervivencia y mi superación. Si yo consigo uno o diez pesos, con mucho o poco esfuerzo, mejor consigo uno sin esfuerzo, pero yo sé que esta falta de esfuerzo, mañana me perjudicará, mañana no me proveerá mi sustento, y si tengo diez, que mañana me ayudarán a ello, hoy se los llevará la prepotencia de un presidente que sólo piensa en cómo arruinar al pueblo para su beneficio personal. Vivir en la tristeza sólo me afecta a mi, pero vivir en la alegría  hace que el prepotente presidencte que dirige mi país, se quede con aquello que estoy laburando, con aquello que mi propio esfuerzo me ha dado.

Ya me siento más feliz, por lo menos estas líneas me quitarán la gripe en la que he caído, y el desánimo que maneja mi diario vivir. 

martes, 9 de septiembre de 2014

MEMORIAS DE UNA GEISHA

Acabo de terminar un libro nuevo para mi, "memorias de una Geisha" es uno muy antigüo, yo diría ya es un clásico, porque pese a que es una historia de la segunda guerra mundial, todavía sigue vivo, aún habemos mujeres interesadas en leerlo. Tristemente lo he terminado, y me quedo abrumada, porque nuevamente el personaje me ha conquistado, me ha introducido hasta toda su intimidad y, ahora que ya no está en mi día a día, de pronto extraño toda la historia, toda la emoción que ésta me despertaba. La curiosidad diaria de pensar en qué seguiría la historia y cómo resolvería la japonesita la situación en que me había quedado.

Debo confesar que  la razón que lo inicié, fue por curiosidad cultural. En el mundo occidental no veo la razón de que una geisha venga a entretener a los maridos. No me da ningún razonamiento lógico el que una mujer muy suave y delicada, pueda tener el don de bailar, tocar música, y además servir sake con tal delicadeza que pudiera ser más importante que la esposa. Por supuesto que siempre hay quien se encuentra su amante que le proporcione estos favores, pero no existe esta cultura de aceptar a otra mujer que venga a hacer las veces de animadora, de algún marido aburrido en casa.

El autor, conviene en que la persona que le dictó el libro, le pidió que antes de publicarlo, pasaran algunos años, para dar tiempo a que murieran todos los nombrados en el libro. Tras leer toda la historia y en la última página, al final de éste dice que los personajes no existen, y que todos lo ha inventado él, que no hay tal geisha Sayuri y que sólamente su amiga japonesa geisha, le ha ayudado a escribir la forma correcta de mirar a una geisha.

Sin embargo, yo no estoy de acuerdo ni le creo nada, yo, tras leer el libro y meterme en él, creo que la japonesa le ha dictado el libro y algunas partes, él las interpreta en su forma occidental, y las acomoda en la forma novelesca. El libro tiene tantos adjetivos tan creativos y femeninos, que me parece casi imposible que un hombre pueda describir con tal precisión atractiva. La cultura japonesa, tiene el don y la paciencia de colocar los adjetivos correctos y pertinentes a la frase que desea expresar, porque ellos son así. Los orientales, tienen la paciencia de observar una flor del cerezo día tras día, hasta que éste florece. Tienen la paciencia de caminar en silencio con parsimonia tal, que a cualquier occidental nos puede enervar.

El uso de adjetivos es tan delicada y deliciosa como la que sigue: "yo nací en Yoroido, en una casita de puntitas. Estaba casi por caerse del risco, toda inclinada como asomándose, esperando que alguna ráfaga de viento la empujara y le quitara el equilibrio". Todo su trabajo es una metáfora tras otra,  metiendo toda la emoción en la explicación de cada suceso.
Mi interpretación del libro es la siguiente: El Sr. Arthur Golden vivía en Nueva York, y un día conoció a Nitta Sayuri. La mujer japonesa, llevaba un kimono. Ella esperaba en una esquina a la misma hora en que él todos los días pasaba por allí. Un buen día el destino lo llevó a hablarle, y fue así como ella lo invitó a su casa de thé. Ella, hacía varios años había venido desde Japón a Nueva York, con la emoción de poner una casa de thé como las que ella conocía y atendía en Japón, pero que las circunstancias la alejaron de ella. Fue así como la curiosidad lo llevó al autor a la casa de thé, donde él encantando encontró no sólo a Sayuri, sino a otras muchas geishas sirviendo thé, sake y algunos platos japoneses. Las admiraba bailar sus bailes tristes, al sonido del shamisen; la forma delicada de mover su cuerpo y manos. Todas ellas, bellas y como muñecas delicadas, atendiendo y contando historias para su diversión. Fue tras varios años, de conocerla que él viajó a Japón, buscó Gion como se lo habría contado Sayuri, y para su tristeza, no era lo que él se había imaginado tras las historias de ésta. Sin embargo, él no podía quedarse con esas historias en la mente, era menester ponerlas en movimiento y fue así como Sayuri le dictara el libro. Ella con su imaginación siempre infantil, le describía todos los hechos con lujo de detalles, con aquellos que a él sublimaban y transportaban a Gion.

Es maravilloso, cómo describe  ella las cosas, "su padre era un hombre mayor, y su madre estaba agonizando desde hacía algunos meses. Ella iba y venía desde su casa en el risco hasta el pueblo que quedaba a algunas millas de distancia, pese a ello, ella, como pequeña de 7 años, no le quedaba más remedio que hacer ese trabajo. Había una fábrica que envasaba la pesca de Yoroido, y cuenta que había un señor Tanaka que a ella le llamaba mucho la atención. Tal vez era su caminar, o sus cejas levantadas, pero a ella le gustaba mirar a ese hombre cada vez que podía. Un día éste, señor Tanaka, la encuentra en mal estado, y la lleva a la pescadería a revisar, allí la conoce y la descubre inteligente y divertida; su forma de hablar, de describir su casa y de mostrar la forma en que ella veía la vida, lo conquistan y lo hace pensar que él puede ayudarle a esta pequeña a encontrar una forma de vida más feliz que la de un simple pueblo pesquero en Japón. Él le explica que cuando su mamá muera y su papá después, nadie podrá cuidar de ella, y le hace pensar que él la adoptará, a ella y a su hermana. Sayuri, que entonces se llamaba Chiyo, confiada, acepta todo lo que proviene de ese hombre maravilloso llamado Señor Tanaka. Una noche él las invita a dormir a ella y a su hermana, pero con la intención de hacerlas revisar por una buscadora de geishas. Sayuri observa con desagrado a la mujer cómo mira a su hermana, cómo la revisa y cómo al pellizcarle la entrepierna, le hace "sacar un río de agua". Hace lo mismo con ella, la revisa y tras hacerlo le dice que se vista. Sayuri perpleja se pregunta "¿cómo podría yo vestirme con ese río de agua que salía de mi?".

Cuenta que su hermana, era un poco mayor que ella, pero más fea, no se parecían, ya que Sayuri tenía los ojos azules y la hermana oscuros, la hermana era simple, incluso tonta, no sabía hacer thé, mientras que ella era muy lista y atractiva con esos ojos claros como agua. Ella, es llevada a una casa de geishas, llamada Okiya, mientras que su hermana es transportada a otra zona, de simples prostitutas. La mujer había pagado por ambas niñas  sabiendo que sólo una sería aceptada como geisha. Aquí me detengo a pensar ¿Qué le pudo decir el señor Tanaka al padre de las niñas que lo convenciera de venderlas?  "¿Quien cuidará de tus hijas cuando ambos mueran?" ¿Acaso el padre sabía al lugar que las estaba mandando? ¿Cómo un padre se deshace de sus hijas aún antes de que la madre haya muerto, antes de que ellas se puedan despedir formalmente de su madre moribunda, de él mismo, que aunque viejo, era su padre? Yo sé que es una novela, pero seguramente retrata con precisión una cultura obediente, que le da importancia a la persona que la ve más letrada que ella, porque el papá de Sayuri era un pescador, mientras que el Sr. Tanaka era todo un empresario envasador de pescado. Si yo lo tradujera al punto de vista occidental, diría que  "es una cultura que piensa que es un honor enviar a su hija a hacerse geisha, suponiendo que esa vida es hermosa o por lo menos más elegante, que la de un pueblo pesquero. Es como darle más clase a la pobre vida a la que estaría destinada en ese pequeño pueblo".

Ella nunca lo dice abiertamente, pero entre líneas uno entiende que toda su vida le guarda rencor al Sr. Tanaka por engañarla sin explicarle que sería enviada a Kyoto y nunca más vería a sus padres, o a su hermana. No le perdona la obsesión de engañarla y no permitirle cerrar el círculo familiar que corresponde a una niña de 7 años.  Por otro lado, ser geisha nace desde la más tierna infancia, se respira y se vive para que ella sea en verdad una geisha atractiva,  y si esperaba a que fuera más grande, tal vez el objetivo de hacerla "geisha de nacimiento" y la "mejor geisha de Japón" se perdería si se inicara a una edad mayor.

Continuando con la historia "Es  maravilloso adentrarse en el kimono, en las diferentes capas que lleva debajo y las diferentes partes de que está compuesto. Los imágenes que lleva la tela y los diferentes motivos que en ellos aplican. El significado de los colores, que si es aprendiz lleva un simple kimono negro y el pelo de cierta forma, y si es su hermana mayor, o sea una geisha "graduada" describe el tipo de kimono y mientras más elaborado, se ve mucho más fino y elegante".

Una parte divertida es cuando presenta a su hermana mayor, Mameha. Esta geisha es hermosa, tiene una cara de óvalo perfecta lo que aparentemente en la belleza japonesa es especial, lo demás no lo describe como hermoso, ni los ojos, ni las cejas, ni la voz. Ella es sumamente inteligente, le da tips para que se cotice alto, para llamar la atención de lo hombres, incluso para controlar a su peor enemiga, la geisha mayor que vive en su misma okiya y que la ve como una rival funesta. Mameha, le dice cómo controlarse contra la geisha enemiga; también cómo hacerla cotizada para que la dueña del okiya la adopte como hija y heredera de la casa y del negocio que ésta dirige.  Uno piensa que ellas son sólamente animadoras de los hombres, pero Mameha muestra cómo puede ella elegir al danna o amante, que la mantenga. Ella le aconseja cómo comportarse con cierto caballero que pretende conquistarla y que a ella, a Sayuri le disgusta. Aparentemente, las más cotizadas, son invitadas constantemente a las diferentes casas de thé cada noche. La gente que las alquila, les paga a las diferentes representantes de la geisha, pero nunca a la geisha directamente. Ella es como una muñeca, no sabe de finanzas, ni de compras, si va a una tienda, ella elige y la tienda envía la nota al okiya para que se le salde. Es un mundo de misterio, detrás de esa máscara de maquillaje blanco, debajo de ese peinado complicado.

La única parte que me parece novela, pero con ciertas dudas, es la parte romántica. Ella, siendo muy joven y todavía sirvienta del okiya,  conoce a un hombre que todos nombran como el presidente. Éste la trata con tanta amabilidad, que ella quiere hacerse geisha sólo para conocerlo y animarlo como le corresponde a una geisha. A través de la novela te da la idea de que el presidente la ignora, que no le interesa más que cualquier otra geisha. Él en efecto se cruza con ella porque Mameha , la hermana mayor de Sayuri, los presenta. Él en ningún momento parece interesado en ella ni como mujer, ni como animadora, sólamente la trata con la cortesía que un caballero trata a una hermosa dama. Ella lo describe como "ese hombre con la tez suave, con cutis terso y aroma de talco". En ningún momento puede acercarse a él, porque otro hombre de la compañía donde éste trabaja, y a quien el presidente le debe mucho, la busca mucho y ella no le queda más remedio que ignorar a su amor y atender al otro, un tal Sr. Nobu, quien se siente inferior porque pese a que es un héroe de guerra, ha quedado físicamente maltrecho: le falta un brazo y tiene la piel manchada por unas quemaduras; no se siente digno de ser danna o amante de una chica tan linda y cotizada como Sayuri. Toda la novela te muestra a una Sayuri que no quiere a Nobu como su danna, y parece que el destino se lo tiene reservado. Sin embargo entra la occidentalización de la obra y Sayuri lo traiciona, como lo haría cualquier occidental. Me dejó perpleja que ella, tan oriental y seguidora de esas costumbres, escapara una y ora vez de confrontar la realidad y decir abiertamente que él no le gustaba para danna.  Al final el amor que ella quería se la lleva a Nueva York donde ella pone su casa de the, al estilo Gion y se queda a vivir con su danna el presidente.

Asumo que Sayuri llego a Nueva York con otro danna que no era el presidente, pero para darle el final feliz que todas las novelas tienen, el autor le cambia al danna que la lleva a su destino lejos de Japón.

Me ha costado trabajo publicar esta crítica, porque es involucrarme con una obra importante en su género, con un autor desconocido por mi, pero tal vez importante en su época. Sin embargo me ha llamado la atención la doble personalidad de ésta, mi curiosidad intuitiva ha querido saber la verdadera historia detrás de esta afamada obra. Finalmente tras elaborarla, sea cierta o no, a mi me deja satisfecha. Tal vez en algún escrito posterior alguien haya explicado lo que a mi me atrae, pero como no la conozco ni la he leído es que me atrevo a presentar esto. 

sábado, 6 de septiembre de 2014

ATRACCION FATAL

Esa mañana amanecí traviesa, yo quería algo diferente. Hacía días que tenía ganas de hacer lo prohibido, pero no sabía cómo sucedería. Me lleva a la tema central de la película francesa "EL ULTIMO DIAMANTE": ella acaba de perder a su madre, quien subastaba un diamante de la familia y por razones desconocidas, muere. Algunos ladrones quieren ese diamante y envían al más apuesto y que se especializa en abrir cajas fuertes, con ella. Él se presenta apuesto, como hombre serio, representa la compañía de seguridad que su madre hubiera contratado años atrás. El ha estudiado la carrera laboral de su madre, y le menciona algunos eventos importantes en su carrera, por lo que ella baja la guardia y confía en el hombre. Sin embargo hay algo más. Ella acaba de salir de una relación y él de la cárcel. Los dos buscan algo que los haga sentirse vivos, buscan aquello que el ser humano tiene instintivamente: la procreación. El instinto de conservación de la especie, es el culpable de que las personas se busquen y se besen, que se vayan a la cama y se apareen, es un tema de simple conservación. Así, ambos levantan las antenas, se atraen, se flirtean, Él labura, busca planos y  llaves dobles y la mira hermosa; ella labura, prepara los papeles y los últimos detalles para llevar a cabo la subasta y lo mira apuesto. Él tiene esa mirada de perrito tierno, el porte de hombre galante, el clásico de un ladrón que ha sabido cumplir varias condenas, y no se ha dejado doblegar. Su personalidad es interesante, tierna, varonil. Ella está triste, siente que su madre, recién muerta, la está cuidando, la está acompañando al mostrarle a este joven que intenta protegerla. Ella, instintivamente encuentra lo que toda mujer; un hombre apuesto, varonil, seguro, que además quiere protegerla. Es la pareja perfecta que el instinto necesita para decir "a la carga". Ella lo invita a una sesión de fotos, los dos se miran en una foto en pareja, cómo él tan apuesto caballero, es abrazado gentilmente por una bella dama "detrás de un gran hombre, hay una gran mujer"  y así su instinto y sus endorfinas se ponen a trabajar. Ambos quieren amor, placer y todo está mostrando que de hecho lo hay. Sin embargo ella no ha dejado actuar al cerebro, ella desconoce su verdadera personalidad, desconoce que es un exconvicto en libertad condicional, desconoce que él realmente quiere defraudarla, entonces, al desconocer los detalles de su vida personal pero aparentar la protección tan anhelada por el instinto femenino, las endorfinas femeninas del cerebro, salen emocionadas, todo el cerebro la parte hipocampal, y amigdaliana, se llenan de placer al estar en esta peligrosa situación". Esa relación es la más emocionante, cuando la persona te atrae, cuando no conoces la verdadera identidad de ese hombre que se te acaba de acercar, y simplemente el cuerpo pide, placer, pide instinto.

Sin embargo, al pensar que ese hombre que casualmente se cruza en mi camino, sea casualmente un defraudador, un ladrón o alguien que quiere de mi no sólo mi compañía y satisfacer su instinto, me llena de temor. Siempre el cerebro reptiliano, tiende a cuidarse, a desconfiar. Es necesario que la persona con la que estoy, aplaque ese cerebro que cuida, ése que me pone a la defensiva. En la película, el hombre aplaca la desconfianza de ella, al decirle que conoce a su madre, y decirle detalles que él sabe se pasan por alto en una conversación. Alude a temas antiguos, cuando la mujer era aún muy joven, y pudo no mencionarse el tema del sistema de seguridad que tenía la madre para su laburo. Él da poca información, certera y correcta, el cerebro reptiliano se aplaca. Cuando uno conoce a alguien que la quiere defraudar, la persona empieza a inventar situaciones, y sólo a través de una larga charla, cuando la verdad sale a la luz, es a través de detalles, donde cada día la historia se va formando, pero también son las mismas frases e historias repetitivas cuando  el cerebro comprueba que efectivamente, la historia es verdadera o falsa. Por eso, los encuentros de un día son tan peligrosos. El instinto, me pide apareamiento, y no quiere ni le importa toda la historia el  sólo quiere instinto. Así, yo pienso un momento, ¿vale la pena arriesgarse un momento para sufrir el resto de mi vida? ¿Es acaso este hombre tan importante para que yo de rienda suelta a mi instinto y lo deje sentir? Unas cuantas copas harán que mi instinto de supervivencia se deje engañar, y lo controle el instinto de conservación de la especie. Yo quiero aparearme con ese hombre con unas copas encima, y esa precaución inicial, ya no existe, y me dejo llevar por los sentidos.

Cuando finalmente es lunes y ése que ha encontrado con quien aparearse, y se siente feliz y enamorada, con el trato, descubre que esa persona no es de su gusto, y debe retirarse. La desilusión constante suele ser tan grande, que va mermando la confianza de la gente para entregarse. Así ve uno que hombres y mujeres, salen en busca de un con quien, como yo me siento hoy, lo encuentran, pero hacen lo que se ve en las películas, viven una hermosa y divertida aventura, que sólo dura un par de meses, para nuevamente separarse. Tras pasar los meses o los días, el cerebro ha bajado todas las endorfinas y xerotonina que hacía que uno viera a ese ser humano como algo hermoso, y al descubrirlo inadecuado, uno se retira, con su corazón lacerado, con su confianza lastimada, con su vida averiada. Todos buscamos una vida feliz, pero hay que considerar que es el tiempo y el trato constante con la gente, la que nos dará la estabilidad mental, la que no mermará la confianza,  la seguridad de uno. Una sola pareja, es aburrida y desgastaste, pero es una sola pareja, como se ha escrito desde siempre, la que nos hará crecer, ser mejores humanos, y de pronto encontrar la felicidad.

Cuando veo en los países europeos tanta soledad de ancianos, tanta individualidad entre ellos, sólo pienso que pasaron su vida juvenil, buscando una pareja, como abejas, polinizando todas las flores, para que al estar ancianos, verse feos y arrugados, y ya no más atractivos e incapaces de encontrar parejas, dan como resultado el encontrarse  solos.

Así es que en mi pensamiento de travesura,  voy a un bar, miro algunos buenos mozos, con cara de exconvictos, charlamos, nos besamos y me retiro a casa con mi confianza entera, un exconvicto no me robará mi paz mental.    

martes, 26 de agosto de 2014

La mesa de apoyo

Uno quisiera cambiar su vida incesantemente, cambiar todo aquello que le molesta,sin pensar si  tiene o no sentido ese cambio . Sin embargo todo tiene su tiempo, todo en la vida tiene un espacio de maduración.

Cuenta la historia de  una mesa vieja, ella cambiaba de color de acuerdo a la decoración, primero había sido marrón, luego verde, luego blanca. Ella por sí misma era sólo una mesa, un apoyo necesario para servir en donde vivía. No había nada que le cambiara el destino, su único sentido podría ser cambiar de color, pero su uso siempre sería el de una mesa, un apoyo. A veces un estorbo. Una mesa que está en el paso, que se mueve de un espacio a otro porque no se ve linda en ningún lado que se la ponga es un estorbo en el paso, hasta que un día nuevamente se la encuentra útil. No importaba si era funcional o estorbaba pero su función era esa, ser un apoyo.

Un día la mesa se rompió. Su vidrio transparente, que era realmente el apoyo, sufrió un accidente, se rompió de lado a lado, fue entoncess cuando la miraron, ya no era un objeto hermoso. Sin embargo, no había necesidad de cambiarlo, con pintarla y cambiarle el vidrio sería todavía de utilidad. Las cosas no requieren cambio si cumplen su función, pueden pasar los años y los usos y costumbres, pero cuando un objeto funciona para lo que corrresponde, no tiene sentido cambiarlo.

La mesa seguía allí, ocupando su lugar, el mueble era como el juego de palitos chinos, como el juego de jenga, piezas de madera colocadas estratégicamente para que funcionara de base. No era necesario mucho material, era sólo unos cuantos palos de madera colocados a manera de palitos chinos,  haciendo un círculo. Más bien era una jenga, ese juego que muestra la fuerza de la física, donde el movimiento de las fuerzas se apoyan en diferente parte, dependiendo  de las piezas que falten. Al igual que la jenga, cuyos espacios faltantes hacen apoyo en alguna parte de ella, de igual forma se sostenía esta mesa. La mesa desgastada, repintada una y otra vez dependiendo del lugar de la casa donde se requiriera.

Los objetos de valor, son siempre útiles sin importar si éstos se usan o no. Los objetos son valiosos por sí mismos, no importa si son decorativos modernos o antiguos, cada objeto se hizo para cumplir alguna función ésta permanece y cumplirá su función, no importando la apariencia. El punto importante es que ella funcione como apoyo pero sobe todo que no sea olvidada, que no sea un estorbo en el paso. 

viernes, 22 de agosto de 2014

EL OFICIAL ARROLLADO

¿Qué es para mi la autoridad? Veo a un policía dirigiendo el tráfico. Recuerdo aquella vez que habiendo una manifestación, estaba la Av.Libertador detenida, no había manera de circular. Extrañamente, ese día tenía auto, lo saqué porque tenía fiaca de tomar el colectivo e ir hasta Pueyrredón. De pronto la circulación se detuvo, yo debía dar vuelta en U para después tomar la ruta correcta.  Había en mi carril, un policía en una esquin, me pareció muy simple pasar por ese carril y después subir por Esmeralda o alguna que me permitiera hacer mi maniobra; aunque vi al policía, como buena mujer, no supe calcular el espacio en donde estaba él y por donde pasaría mi auto. Cuando me di cuenta el policía había sido arrollado por mi espejo lateral. Yo me quedé pálida tragué saliva y me tuve que detener, sin embargo para mi suerte, el carril caminó y seguí de frente. Cuando me doy cuenta estaba el policía detrás mío enojadísimo en su motocicleta. ¡Qué susto! ¿Qué podría hacer yo, sola e indefensa, recién llegada a Buenos Aires?  Finalmente el oficial me alcanzó y muy enojado me pidió que bajara la ventanilla. Yo no sabía qué cara poner, entre la angustia, el dolor, la preocupación, todos los sentimientos se me juntaron en un instante que el oficial me miraba con su gesto.... ¡Qué gesto! No enojado FRENETICO. ME pidió los papeles y enojado me dijo que se llevaría mi auto detenido por arrollar a la autoridad. Yo no estaba dispuesta a soltar mi auto en una ciudad desconocida, con otra cultura desconocida a la mía.  Con mi cara de susto, miré al oficial que con sus ojos argentinos y su sonrisa hecha un témpano, me hablaba. Yo lo miré con cuidado, y lo encontré muy buen mozo. Esa autoridad y disciplina colocada en su rostro, el uniforme apretado en todo el cuerpo, y así calladita lo miraba a los ojos, con mi carita de cachorrito indefenso, admiraba su personalidad esperando clemencia del apuesto oficial. Al cabo de unos segundos, al descubrirse admirado por mi nada discreta mirada, se ablandó, miró mis ojos y escuchó mi voz extranjera. Seguramente me encontró también linda porque su enojo redujo la gran cantidad de tensión en su cuerpo. Así con el hombre apuesto que yo tenía enfrente, ya era posible conversar, parecía que no le interesaba tanto mi auto, sino mi propia carrocería. Entonces ya me preocupé, una sencilla arrollada implicaría presentar mi carrocería? Era una coima demasiado alta. Yo seguía temblando, me imaginaba en esa situación complicada en la que ya no hay una salida más que pagar, y, eso no se me antojaba. Así que saqué mi monedero. Afortunadamente nunca llevo mucha plata conmigo, o por lo menos no que se descubra aparente, y así le ofrecí una pequeña coima de 30 pesos. El oficial me miró enojado "¿30 pesos? Amerita tan poco el haber arrollado a la autoridad y escapar?" Nuevamente ciñó el ceño y se puso tieso, al recordar mi grave falta. Nuevamente me encontraba perdida, y regresábamos al punto inicial. Ya no valdría el flirt que habíamos tenido, ya mi carrocería no era más hermosa. Así llegamos a un acuerdo, me dejó con sólamente 10 pesos en el bolso, y se llevó todo lo que yo llevaba conmigo. Sin embargo, salvé mi auto y mi carrocería.

¿Es toda la autorida una coima? Si. No hay autoridad laxa como la latina. Nuestra cultura tan amable, siempre piensa en la persona, más que en cumplir la ley. Siempre hay un arreglo antes que hacer pasar al autorizado, un mal rato. 

lunes, 18 de agosto de 2014

EL PASADO REINCIDENTE

Esta mañana una vez más regreso al pasado, ése que no se puede apartar porque se ha quedado suspendido en un hilo, como el péndulo de un reloj que se mueve de un lado al otro sin sentir, sin saber el por qué, simplemente por esa razón porque para eso fue hecho. Es ese pasado que se ha quedado bloqueado,  encerrado porque dolía, porque el simple pensamiento le daba alas a una persona que yo no quería darle. Sin embargo  una y otra vez ese pasado regresa a mi puerta, golpea y se queda esperando, por ver si ahora sí abro. Sin embargo todavía dudo si conviene abrir. Porque yo sé que si abro, demasiadas emociones regresarán, y eso no quiero.

Dicen los neurólogos que al cerebro no le gusta el estado de drogadicción. El recibir estimulantes, lo hace trabajar mas fuerte para deshacerse de ellos, y por eso los drogadictos, buscan dosis más altas para seguir sintiendo ese placer de vivir en las nubes. El cerebro cada vez con más fuerza se deshace de ese estado que le han provocado los enervantes. Por increíble que parezca, el cerebro enamorado le sucede lo mismo que al cerebro drogado, está lleno de endorfinas y Xerotoninas y el cerebro no puede lidiar con tantas sustancias tan emotivas. el cerebro requiere estabilidad, justicia, como si le molestara que una sustancia estuviera más alta que la otra, y en busca de equilibrio metiera las otras que nos ponen a llorar. Así, el corazón enamorado, de pronto se encuentra llorando sin comprender por qué ahora, ya no tiene esa sensación deliciosa de vivir en el aire. El cerebro ha rechazado esa sensación de placer y trae al cuerpo a la tierra nuevamente para sentirse con la triste realidad que intentaba evadir, que intentaba ponerlo flotando de amor por esa persona dueña de sus pensamientos.

Esa sensación tan amorosa es aquella del pasado que tanto quiero evadir, pero que necesito tan urgentemente, que, al igual que un drogadicto, miro y observo, con deseo de recaer en esa sensación maravillosa, pero unos instantes después algo sucede, que me encuentro haciendo algo más provechoso que llenar mi cerebro de endorfinas, que llenar mi cabeza de pensamientos amorosos y regreso nuevamente a anhelar el sentimiento de extrañeza. Es como una rueda de la fortuna, que regresa una y otra vez a su estado inicial, al estado que me hacía llevar aquella sensación maravillosa para después sacarla y olvidar esa intención. Por más que quiero comprender y extraño ese amor etéreo, ya no lo quiero, ya no me transporto hasta ese espacio en que mi mente flota, sin embargo sólo extraño una cosa: saber si todo aquello que di, que comprendí, fue verdad; si llegó a la persona indicada, o simplemente se fue volando por el viento, perdido como una moneda que aparece en el piso y uno la levanta contento sintiendose afortunado por haberla encontrado.  Pienso tanto, revuelvo tanto esos pensamientos perdidos, aquellos que nunca tuvieron una respuesta confortable, sensata, feliz. Aquellos, son los únicos que me quedan en la mente enamorada, son aquellos en los que me transporto, cada vez que cualquier símbolo, ya sea en forma de música, de olor, de imagen, me viene a atacar la mente del deseo y del recuerdo. Con añoranza y tristeza, deseo que esto alguna vez me sea respondido, alguna vez tenga una respuesta real, que no sea sólo la intuición la que me responde y me dice que esas monedas, de amor, de buenos deseos fueron levantadas, por no sabemos quien, sino que efectivamente fueron un fruto de todo ese trabajo que alguna vez hice y que llegaron a la persona indicada. Creo que eso es lo que más dolor me provoca, la incertidumbre de ese fin fatal, de ese fin que no quiero aceptar porque es muy triste, porque no me gusta, y deseo pensar como alguien, como mi amigo poeta me dijera alguna vez "eso que deseas sí existe". 

viernes, 18 de julio de 2014

BUSCANDO UN HEROE

Cuán rápido pasa el tiempo, cuán rápido sucede lo esperado para después verlo lejano y perdido en el tiempo. Así como el mundial de fútbol, lo esperábamos en los comerciales de los medios, y de pronto, ya  terminó. Al hablar de este tema me viene al recuerdo el   deseo de buscar héroes. Todo un país, vive atento a un equipo de sólament 22 jugadores que según su preparación, astucia y juego, avanzarán en el camino para recibir el tan anhelado premio de la copa de fútbol. Todo un país detiene sus actividades, y hace planes para ver jugar a su equipo de héroes que al menos en esta materia le mostrará que la vida tiene sentido, que no hay por qué agobiarse por todo lo demás, si por lo menos los 22 jugadores o los 11 en la cancha, llegan al triunfo que nosotros no. Yo vi este mundial con otros ojos. Vi a países africanos llegar lejos como nunca antes, a latinoamericanos dar la sorpresa. Ellos son los que más deseaban que su equipo tuviera un juego de semifinal, ellos, más que los ganadores de siempre se apoyaban en su equipo esperando el héroe que no existe en su país.

Si el país de uno está lleno de corrupción, ver ganar al equipo de fútbol, le hace olvidarla, observar, que por lo menos una pequeña sección de éste si está progresando, que por lo menos en el deporte sí funcionan las personas.
Si el  negocio va muy mal, si el laburo o el jefe son horribles, por lo menos este héroe deportista, me hace olvidar toda esta situación personal.
Son tantos los pretextos que nos hacen ver a aquellos que han triunfado como héroes, que los jugadores que pierden, se sienten doblemente mal: porque han sido eliminados de la competencia y porque han defraudado a cada uno de los habitantes de su país.  Se sentirán avergonzados, porque en esa conferencia de prensa, habrá que declarar algo que no importando qué se diga, bueno o malo, o razonado, nunca será la respuesta que el público deseaba.

Buscar héroes. Qué sencillo y qué trillado suena esta situación. Cada frase que escuchamos de cada uno de nuestros amigos es: "Vos sos tu héroe", "no dependas de nadie para ser feliz", y así me miro a mi mismo, miro mi situación personal en cada una de mis circunstancias, y mejor doy vuelta a la hoja Nada me complace en mi, por eso prefiero mirar al héroe promisorio que ha llegado hasta el otro lado del mundo para, por lo menos, aparecer en la TV. Es verdad que el héroe está en cada uno de nosotros, esas frases trilladas tienen razón, no hay mejor héroe que yo mismo, nada mejor que aquello que yo quiero forjar. Sin embargo yo creo que el héroe sólo se formará si tengo paciencia.

Cuenta la historia de un joven estresado. Vivía apurado cada día. Cada mañana al despertar, no tenía tiempo ni de mirarse en un espejo, sólo era levantarse, vestirse comer cualquier cosa e irse a vivir. ¿En qué laburaba? Que más dá.Tal vez fuera carpintero o ejecutivo, tal vez obrero o fuera desempleado. No importaba su condición, él, sólo salía a toda velocidad sin mirar qué había al lado, o quién lo había mirado a él. No sabía tampoco que tenía las horas contadas, que llevaba en su piel un polvo que se tiraba a la mayor velocidad que él caminara. Un día cuando su polvo de vida estaba muy mermado, finalmente se sentó en la acera, enojado, molesto porque no podía hacer nada, porque su condición de vivir apurado no se estaba cumpliendo. Sentado en la acera, miró a otros jóvenes, que como él, también iban a toda velocidad en pos de "algo". Había un viejo sentado en una banca frente a la acera en que se encontraba el joven. El abuelo lo llamó. El chico, cansado y desconfiado, al principio lo ignoró, pero al notar la insistencia con que lo llamaba, picó su curiosidad, y se levantó a su encuentro. -"¿Qué pasa con vos, joven? ¿Por qué no corrés como los demás de tu edad?" -"No lo sé", contestó el joven "de pronto me he quedado sin energía" -"¿Por que pensás que esto te ha sucedido?" -"No lo sé", volvió a responder el joven, esta vez molesto y enfurecido por la insistencia del abuelo. -"Mostrame tu mano" le dijo el abuelo. El chico altanero, se la mostró. Tras un rato de mirar su mano de uno y otro lado, tras observar su cara y sus ojos cansados, finalmente le explicó el abuelo "hijo, temo informarte que estás a punto de morir". El joven impresionado quedó sin respiración y confundido lo miró fijamente -"¿Qué decís? ¿Por qué me voy a morir? ¿Acaso mi mano tiene una inscripción?" El abuelo lo miró en silencio, sabía que no estaba preparado para esta noticia ni tampoco para recibir la explicación. el joven insistente volvió a preguntar iracundo, y la respuesta del abuelo fue la misma, el silencio. El joven aturdido, intentó levantarse, aquella información seguramente era falsa, el abuelo solamente quería gastarle una mala broma. Como no tenía energía para ponerse de pie, ni para enojarse más, se quedó ahí sentado. Cuando el abuelo, observó que su estado ya era el correcto,procedió a explicarle; vos estás hecho de polvo, y como vas tan apurado, has ido tirando el polvo a toda velocidad, y no te ha dado tiempo de recolectar más polvo para continuar viviendo. La paciencia, será la que te devuela la vida, mirar a quien tenés al lado, ayudar al prójimo, hará que tu piel vuelva a tener el olvo que necesita para vivir, de otra forma morirás cuando menos lo esperes. La paciencia, te ayudará a descubir los mejores días que te ayuden a observar tu mejor circunstancia y tu mejor situación para que cultives, la mejor parte que hay en vos.  Aquellos días en que quieras apurar porque tu desesperación juvenil así te o solicita, hazlo, pero los otros días , tomate el tiempo de mirar aa tu prójimo, para que sepas el tipo de héroe en que podés convertirte. 

jueves, 19 de junio de 2014

EL BOSQUE

S. K´s en esta templada mañana los pájaros cantan me cuentan historias armónicas, sus cantos calman mi desbocado pensamiento, me centran en un terreno que debiera ser fructífero y de desarrollo. Me voy al bosque respiro el aire puro, y los diviso cantando . Entre las ramas obbservo algunos que brincan, cantan, guardan silencio y vuelan en otro sentido. Nunca hay algo que los detenga, cada día en su rutina de cantar y saltar de rama en rama. Son simples canarios, no sé de pájaros, ni de nombres, sólo son aquellos parditos, cafés, grisáceos, que al aparecerse de la nada pueden parecer roedores pequeños, que al igual que ellos, son los habitantes principales del bosque. Estos pájaros pardos son los pobres de la familia de los pájaros. En cada sociedad hay un pobre, un rico, un listo, un aguzado. Los ricos son los pavorreales, los aguzados, las águilas, y los pobres, estos chiquitos, que son muchos, los ve uno volando para uno y otro lado, sin saber si aquél era éste o es uno más de su especie que se ha venido a presentar.

Recuerdo aquella época en que esperaba el autobús de la escuela, miraba algunos pequeños, que habían nacido en la primavera, al cabo de unos meses ya no se distinguían de los demás, porque estos pequeños ya habían crecido, ya laburaban y buscaban alimento con los otros, ya no eran más los pequeños que aprendían a volar.

Esto tan natural ¿a dónde me lleva? a mi dolor de cuello, al exceso de trabajo que el pobre cuello debe realizar, a que tal vez me he apoyado demasiado de ese lado al hacer ejercicio, y ahora vive contracturado. Yo quiero deshacerme de ese dolor, y me voy nuevamente a mi casa intuitiva, aquella en el campo de flores violetas, con aroma a viejo, con aroma a casa de la nona, aquellas lavandas hermosas. Este aroma renovado, me transporta a mi camino que me relaja, donde suelto mis tensiones en forma de árbol, me dejo ir con el agua  que fluye deliciosa entre mis manos, y el viento que entra a mi sistema respiratorio, limpiando toda la tensión que mi cuello tiene. Allí en el camino me encuentro a un personaje del cuento de las ninfas, aquél joven cómodo que prefería quedarse a la sombra de un árbol  distrayendo a las ninfas de su diaria labor. Mi personaje que no ha cambiado mucho, allí permanece, ya no está más bajo el árbol, he conseguido que se levante y haga algo por si mismo, pero está detenido en el tiempo todavía es invierno, un año ya ha pasado y mi personaje, sigue, vestido de invierno, mirando las ninfas de colores. Cómo adoro a mis personajes, se convierten en parte de mi, de mi escencia, de mi distracción. Sigo mi camino y me encuentro a Gene Hackmann, con su personalidad tramposa, siempre buscando a quien estafar. Me pregunto si este personaje que acaba de aparecer, es la representación de un estafador, tal vez mi joven personaje, sea en verdad un estafador, a quien no he terminado de conocer.

Podría pasarme horas encontrando el significado de Gene Hackmann en mi vida, pero, lo dejo pasar, no puede un estafador ser parte de mi mundo, yo llego a mi campo de flores, encuentro mi casa de piedra francesa, y me encuentro a mi maestra de siempre, aquella que me ha decepcionado, y a mi amor de siempre, a mi Corazón tan olvidado, a mi corazón que siempre, en traje de gala llenará mi alma, mi sonrisa, mis ojos de lagrimas,mi corazón de alegría, aunque ya no sea más un activo en mi vida, sólo un recuerdo de aquello que fué. Así en mi hermosa e iluminada casa, yo me quedo, disfrutando de las lavandas en flor perenne, como una fotografía que así, congelada la imagen, donde no hay estaciones sólo aroma y verano cálido de lavandas en flor. 

viernes, 13 de junio de 2014

UN RINCÓN EN EL TIEMPO

Veo una esquina, un rincón donde se juntan dos líneas. Todo empieza en una paralela, que termina en un giro, un giro que de quedare allí, no hallaré mayor salida, allí me quedaré sentada esperando a que algo vuelva a abrir ese paso. Queda poco tiempo y debo dar ese paso antes de que la esquina se cierre. Sin embargo la esquina es tan maleable como yo quiera, pero no. Es un laberinto que me ha llevado al camino equivocado y ahora debo buscar otro.

Hay una canción que dice "los caminos de la vida, no son lo que yo pensaba, no son lo que imaginaba" y no recuerdo más. Son aquelllas opciones que se nos presentan, que no sabemos la razón, pero allí están. Quiero saber la razón de mi cansancio excesivo. Leía en el libro de Dispenza, que al meditar uno puede entrar en el terreno zeta, o delta del sueño profundo si uno hace el suficiente esfuerzo, en este lugar ya no hay tiempo ni espacio, uno simplemente crea. Pero tal vez el cansancio excesivo sea sólo el resultado de crear demasiado, extenuar el cerebro y la creatividad, para lograr algo impresionante y bello. Cuando uno entra en este espacio, ya no hay tiempo, uno es parte de este juego, de este espacio y uno queda indefinidamente introducido en esto, hasta que algo te saca, algo te mueve a salir y a no poder continuar. Veo ese cuadro de Van Gogh, que son solo rayas horizontales, como olas del viento en color verde menta. Yo en cierto momento, mientras veo este cuadro, la ilusión óptica, me lleva a meterme en él. Asumo que esto le sucedió a Van Gogh al pintarlo, él simplemente se introudjo por una de las líneas, era como parte del viento, sus células quánticas se volvieron parte del mismo cuadro, y por esa razón es algo tan maravilloso. Por eso tenía la capacidad de pintar surrealismo, porque podía introducirse en su obra pintar desde dentro. Esa abstracción lo hacía cometer locuras, como cortarse la oreja. Tal vez no cabía en un cuadro y al intentar meterse, es que decidió cortarse; la oreja sobresalía demasiado y estorbaba para la creación del uno, de la obra total como tal.

Sin embargo, el volverse un quanto en el espacio, lo lleva a uno a crear, no a perderse en el tiempo y a drenarse formando parte de la ineficiencia, de la inacción y de no hacer nada al final. Pienso que el sueño de esa noche quiso comprender cómo ser parte del tiempo y  espacio, y esa fue la manifestación. El tiempo no corría, yo dormía como parte del espacio, intentando comprender una idea tan creativa como retadora de realizar. 

jueves, 5 de junio de 2014

CORTEZA PREFRONTAL: DÉFICIT DE ATENCIÓN

Cuando hablamos del cerebro nos imaginamos una gran masa llena de cavernas y túneles, de caminos sinuosos que nos llevan a alguna parte, pero no sabemos dónde. Cada pieza, al igual que el resto del cuerpo tiene su propia función. Así como tenemos cabeza, manos y pies, el cerebro así de concreto y sintetizado maneja sus funciones en cada espacio.

La corteza prefrontal es la parte inteligente de nuestra cabeza. Está en medio al frente. La función de esta parte es: todo lo que conforma nuestra inteligencia. Con ella pensamos, planeamos, recordamos. Su función es muy importante porque cuando ella no funciona correctamente, somos como un papalote en el viento. Cuántas veces amanecemos con el cerebro dormido, damos vueltas y vueltas porque no hemos podido planear qué necesitamos para el día y regresamos al mismo punto una y otra vez.

Cuando hay displacia cortical en la corteza prefrontal, aunque sea leve, provoca el llamado Trastorno por Déficit de Atención (TDA o ADD en inglés). Como las neuronas no están bien armadas, no hacen las sinapsis correctas, y así la persona tendrá problemas de concentración.Tal vez la química como endorfinas, orexinas, provoquen este defecto.  La concentración no tiene nada que ver con la inteligencia, Einstein tenía ADD y éste no le privó de descubrir la materia, su fórmula y aquella parte científica que nos explica qué somos y qué es el mundo que nos rodea.

Podría decirse que viven en una especie de autismo, arman su mundo a su manera. Aquello que atrae su atención, los absorbe, puede ser una mosca volando y al observarla de cerca mirará sus alas y su pequeño cuerpo. Entonces con la tapa de una birome en su dedo, imaginará que es como la mosca que se posa donde quiere. Al mirar la tapa, con su forma puntiaguda, y las alas de mosca, observará que en verdad es un cohete o una ametralladora y jugará con esa pequeña tapa como si fuera un artículo grande, real. Esta gente metida en su mundo, es la que más molesta en la escuela, que la maestra no le pregunte de qué está hablando porque entre la mosca, las alas y el cohete, la ametralladora y todo lo que le sigue, no habrá comprendido nada de lo explicado. El pobre chico vivirá en un mundo triste, de críticas, la maestra desesperada de observar al pequeño que no ha puesto atención, lo tildará de tonto y sus compañeros lo aislarán por la misma razón, porque la maestra les ha mostrado cómo se trata a un chico desobediente y juguetón.

Dicen que a estos chicos hay que administrarles ansiolíticos que les ayuden a conservar su atención y concentración en lo que corresponde. En efecto el chico vivirá callado, mirando a la docente explicar la lección, pero su concentración estará dividida entre la lección y la mosca y el efecto será el mismo. Tal vez esté en silencio, pero sus grados no serán los mejores porque no le interesa. Una persona con TDA requiere motivación, porque todo es aburrido, pierde su emoción con la velocidad de un rayo. La motivación que genera un ser vivo como una mosca, puede hacer que la persona se concentre y funcione como lo requiere el salón de clases.

El problema en su corteza cerebral, lo hará inteligentísimo, y algún día hará un nuevo computador, o un suplente de electricidad, una forma de comunicación que no dependa del wi-fi, o algo especial que su mente creativa le ayude a construir.