Este día nuevamente tengo fiaca, el día ha comenzado tarde y eso sí, muy productivo. Finalmente, estoy logrando un propósito del año pasado, que es meter aire al placard. Con los años, uno va guardando chiches, que aparentemente son muy útiles, y se olvida uno que los tiene. A veces tiene uno mucho de lo mismo y cómo deshacerse de ello. Así, va uno guardando y guardando, apilando y apilando, y de pronto, ya no hay lugar para meter nuevas chiches.
Es de fiaca porque hay que remover y revisar, toma mucho tiempo y labor, pero al ver tanto aire en un espacio tan pequeño, tras terminar la labor, se siente uno muy complacida.
Es que hay cosas que en un momento fueron buenas, que en un momento fueron útiles, chiches que alguien inventa y regala y son muy lindas, pero por alguna razón ahí están y no se mueven. Sin embargo es momento de compartir. Si yo tengo tantas cosas iguales nuevas, puede haber alguien que descubra aquello que yo tengo de más, como algo maravilloso para su propia vida.
Así es como me veo empezando mi año 8. El año 8 es el del poder, de la fortuna de la riqueza material, de recibir y recolectar cosecha. Todo aquél que sus números de nacimiento y mes sumen 8, vivirán este año de riqueza. Parte de la riqueza, está en compartir.
Como he dicho tantas veces, cuando lo que se ha trabajado, ha sido espiritual, no hay manera de recolectar algo material, o sea, nada de plata, solo de amor y chiches del placard.
Es curioso, cómo la energía de cada año personal, se va dando sola. Cuando la persona se deja llevar por "la voluntad de Dios", las cosas llegan solas. El problema es que no sepas qué es lo que Dios te va a mandar. Por eso me parece más práctico esto de los números. Este año, pinta en verdad para recolectar muchas chiches, el pequeño negocio que erróneamente inicié el año pasado, va dando buenos frutos, la gente se engancha con el producto y lo compra, algo que nunca en mi vida me había pasado. Por eso comprendo que este año es material.
El próximo año será de cierres, terminar aquellas malas relaciones, aquellos malos negocios, y Dios proveerá. Seguramente quedará algún buen cliente de este año, y me quedaré con el resquicio de una buena idea, que deberé reestructurar dentro de 2 años, en mi año 1. Entonces Dios me proveerá con la creatividad, la gente y todo aquello que me ayude a plantar bien el negocio que hoy es "de papel".
El año 8 me ha quitado toda la creatividad para ver resultados, ahora llegan. Antes yo miraba un símbolo, ahora el símbolo se materializa en algo que puedo tocar y ver, que es tangible y procesable. No es suficiente lo que yo diga para que alguien comprenda de qué estoy hablando, lo único que puedo decir es que cuando una persona vive en su centro, en la confianza de que las cosas son y de que Dios no te desampara, entonces, comprenderemos que la energía material viene sola y mueve lo que debe mover.
En fin que la dispersión es lo que me esta llevando el 8, la ventaja es que al darme cuenta, tendré que mirar la forma en que yo la domine a ella, y pueda sacar beneficio.
Tampoco tengo tiempo de escribir y terminar mis relatos de viajes, ellos están en la fila, esperando a continuar.
Si empiezo a observarme, puedo decir que estoy en etapa de "vagotomía" tras mucho tiempo de stress, el cuerpo y el cerebro necesitan relajarse, y por eso no quiero escribir nada. Tal vez por esa razón, la dispersión llena mis escritos, por esa razón, vuelvo a asirme de aquello que conocía, vuelvo a extrañar a mi corazón, que hace tiempo no aparece. La dispersión personal no debería ser en un año 8, porque si no recuerdo donde he dejado las medias, no podré concentrarme para ir a levantar la cosecha, pero espero que pronto se vaya.
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