Así decidió Manuel que haría una rutina contra la impulsividad, era lo que habían charlado y lo que tenía muy claro. Empezó la clásica rutina del gym allí se desahogan todas las primeras impresiones. Después pensó en aquellas cosas que le gustaba comer y cada día suprimiría una, o la aplazaría. El joven se sentía mas animado, el hecho de hacer otra cosa fuera de la rutina lo ilusionaba muchísimo. Por supuesto no dejaba de bajarse en cada puerto preguntando por su desaparecida mujer. Se veía muy apuesto más delgado y ejercitado, el control de si mismo le había puesto la mirada mas aguda, la personalidad más masculina. Sentía que toda la gente lo miraba diferente, toda la gente que cada día veía, lo observaba más galante.... continuará
parte cinco
Manuel iba feliz de la vida, se sentía como se veía, el aplomo de un personaje fuerte, potente seguro. Sin embargo su debilidad no pasaba desapercibida, siempre buscando a su chica adorada. Fue así como una tarde en el puerto, una de esas nubladas y aburridas, una de esas a las que hasta al hombre mas fuerte le hacen mella y la falta de sol le hace fenecer, se encontraba bebiendo desde hacía un par de horas acompañado por algunos compañeros, charlaban de todo y nada, era de esas charlas que quieres que terminen pero que mejor continúen para poder evitar la dolorosa soledad. Así todos con el alma lánguida la observaron desde lejos, era un joven con hermosa figura, fue el tema de la mesa; Manuel la vio de lejos como se acercaba, era una bella joven, ella se parecía a su perdida Doris. Entre los jóvenes la mencionaban y describían con sus palabras soeces resultantes de un rato de embriaguez...
Ella pasó a su lado altiva como quien no escucha ni ve nada, con la certeza de que esos vagos no tendrían nada en común con ella pero Manuel se armó de valor y empezó a seguirla hasta alcanzarla. -”Hola, hermosa, donde vas tan veloz? Te puedo acompañar? Se animó Manuel a decirle al estar cerca de ella. Verónica lo miró de soslayo, lo había visto alguna vez en el puerto. -”si ¿En qué te puedo ayudar?” dijo sin detener el paso, -”¡Querida Doris, ¿Donde estabas? ¡Te he buscado por todas partes!” se animo Manuel a hablarle. Esta frase la hizo detener -”mi nombre no es Doris, no creo conocerte. Me parece haberte visto aquí en el puerto” Manuel decepcionado también detuvo el paso al escuchar esta frase -”perdoname, es que eres tan hermosa, creo que te confundí” Ella lo miró con más cuidado, el joven era apuesto fuerte, con mirada segura, su porte bien plantado y cedió un poco su decidido paso -”¿Tu estabas con los jóvenes en la mesa?” -”Oh si, disculpa que te siguiera, te confundí…. Bueno, si ellos … nosotros te miramos y… “ Verónica no le permitió contestar, estaba muy molesta por la critica tan evidente de sus amigos “no digas más, los hombres alcoholizados son todos iguales, se creen con la obligación de hablarle a cada mujer que pasa por su lado” Manuel apenado por las palabras amablemente se disculpaba. -”no, no es así. No intentábamos herirte, solo decíamos que eras hermosa y queríamos invitarte una copa…. Yo inisito en que te confundí, tienes razón al molestarte por hablar de ti con los amigos, pero es que necesito hablar con e….” se corrigió rápidamente, estaba atrayendo su atención y ella se iba “contigo. Si quieres charlar conmigo aquí te acompaño a tu casa o a donde vayas.” Tras caminar un rato su enojo fue cediendo y ella encontró un joven agradable para charlar. -” yo creo que tanto caminar te habrá dado sed, ¿Quieres beber algo?” Manuel la iba ganando de a poquito, el alcohol lo hacia muy divertido, de por sí era muy ocurrente, tenía salidas divertidas que hacían sonreír a Verónica, ella le contaba cosas y el las escuchaba con cuidado, comentaba según su vasta experiencia y ella se encantaba con él. El tiempo pasaba y la noche se hacía madrugada, el cansancio los vencía, el cansancio bajaba la guardia de supervivencia, aquella que nos mantiene alertas de cualquier peligro y siendo tan agradable Manuel, Verónica se fue encantando con él. La ternura los acercaba y entre beso y beso terminaron muy cerca, -”ven, le dijo Manuel cuando el sueño lo vencía, vamos a seguir la noche, quiero estar contigo”. Verónica guardó silencio, no podía contestar, de pronto le vino el recuerdo de su anterior amor, ella estaba muy enamorada, pero no le convenía el joven. El novio anterior era muy inmaduro, muy agresivo, tuvo que cortarlo, pero todavía lo recordaba, no quería nublar su recuerdo con un joven aventurero que acababa de conocer. -”Lo siento, sera otro día. Cuando vengas por acá me buscas y si quieres seguimos charlando”. Verónica se alejó no quería empezar ni sentir nada por nadie ni con nadie. Manuel se quedó triste, había bebido tanto que ya no distinguía si era realidad esa joven o era solo un sueño que estaba viviendo mientras dormía, cuando se despidieron a Manuel le quedó el recuerdo de esa hermosa mujer.
A la mañana siguiente no sabía si era la pesadez de las copas en exceso o era solo un sueño haber conocido a esa bella joven. Deambulaba en su clásico andar con ese pesar en su pensamiento. Fue así como se cruzó con Gilberto. Con gusto lo saludó y por un momento se le olvidó la aventura de la noche anterior. Manuel animado le contaba como había comprendido lo de limitar los impulsos, que ejercicios hacía y lo bien que se sentía. Gilberto animado, lo escuchaba y se limitaba a sonreír y asentir, estaba muy complacido con la descripción tan cualitativa que estaba recibiendo. -”Creoq eu vamos por buen camino, mi querido Manuel, creo que estás comprendiendo todo lo que intentaba decirte. Se te ve muy bien. Pero cuéntame qué has hecho con los amigos, como va el trabajo?” -”Ah, todo bien.” fue entonces cuando la charla pasó a detalles saliendo el tema de la noche anterior. -"Por cierto, Manuel, me han dicho que sigues buscando a tu Dulcinea, que en cada puerto a cada persona le preguntas por ella, si no la conoce, si no la ha visto." -"Oh si, y anoche creí encontrarla, pero no se si solo fue un sueño porque tengo una imagen muy borrada" le comentó Manuel con duda -"¿Fuiste tu del grupo de jóvenes que llegaron tarde y haciendo mucho ruido?" -"Bueno, yo estaba con Marcelo, Claudio y los chicos bebíamos en el puerto, pero yo no regresé con ellos. No sabía qué había pasado" dijo Manuel levantando los hombros -"Yo estaba en la entrada cuando llegaron y de pasada escuché a alguno comentar algo de ti y una joven" dijo Gilberto -"Una joven?" dijo Manuel emocionado, "entonces fue verdad que la vi?" -"Cómo, no recuerdas que sucedió ayer? preguntó Gilberto con sarcasmo "y que hay del control de impulsos?" Fue cuando Manuel recordara todo de un jalón, como si con una pedrada le hubieran abierto el cerebro del recuerdo. "oh si, esa joven parecida a Doris, tan hermosa, todos la mirábamos y le decíamos cosas y luego yo me a cerqué a ella suponiendo que era ella, quise confundirla, la extraño... no se ....." decía Manuel con tristeza, melancolía, emoción, todos los sentimientos juntos llenos de dolor. Gilberto lo observaba sin juzgarlo esperando que el en algún momento dijera algo sensato. Cuando Manuel mirara en la distancia con silencio aprovechó Gilberto para recordarle la pista numero 1: ¿Que pasó con la impulsividad? Creo que no controlaste esta pista completamente, ¿no es así? -"No." -"y cómo te sientes?" -"muy mal, la extraño" -"y en cuanto a la impulsividad? ¿y a las sirenas? -"Bueno, no pasa nada, eso hacemos los jóvenes, bebemos,, vamos con mujeres, qué tiene de malo? -"Te voy a decir un sermón porque tengo ganas de perder mi tiempo, no creo que tu aprendas algo. ¿Te detuviste a pensar en las sirenas?" le dijo Gilberto enojado con los ojos muy abiertos -"¿Qué sirenas?" -"Las que te engañan y te llevan a que te ahogues". -"Para nada, estaba en tierra firme" dijo Manuel con desgano -"creo que no te interesa hablar conmigo, tú mejor que nadie sabes los riesgos de ir en busca de mujeres. Creo que esta semana tu impulsividad la tienes que centrar en la obsesión de encontrarla, te estás ahogando" y tras decir esto se dio la media vuelta y se fue, cosa que Manuel agradeció se sentía muy avergonzado de haber fallado la segunda vez con ese hombre.. ¿Pero qué mas daba? Era solo un viejo hablador, no tenía sentido buscarlo…. continuará
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