martes, 5 de febrero de 2013

Saltar al vacío

Una mañana con gran desencanto. Comienza tarde, no me levanta mi reloj natural y aquí sigo dando vueltas a mis pensamientos. Me siento no se como. Tengo esperanzas de hacer algo nuevo pero no me cabe la tristeza por la vengadora. Ayer tuve que hacer un gran esfuerzo para salir de la tristeza. No recuerdo mi sueño, hay uno que me gustó, sobre que voy en una valija roja pequeña montada, como si fuera mi auto. Voy por la acera y tengo que detenerme a esperar que se apeen unos abuelos en su coche dorado. Cuando continúo mi camino está todo inhundado y la valija no corre, debo bajarme a empujar, pero el agua me llega a las rodillas. Me gusta soñar con agua, es seducción y me parece que viajar me estimula. No le encuentro mayor simbolo que los comunes: los abuelos son los guías, el coche dorado es un premio, la valija soy yo que me transporto pero el significado en contexto no lo encuentro. Seguramente tuvo que ver con el día anterior, o sería precognitivo pero como no hay un indicio claro, no le encuentro el para que puedo transportarme sobre una valija y a donde me puede llevar.

Al despertar me pone triste mi herramienta. Todas las mañanas al despertar le abrazo y la pongo a trabajar, a darme ánimos y a funcionar para mi. Ahora la siento ajena, extraña.

Hay un tema que debo enfrentar y no me atrevo. Hay un asunto que quiero hacer funcionar pero implica arriesgarme demasiado, implica hablar de más y tal vez recibir un no como respuesta. Eso no se me antoja. No quiero arriesgarme, trabajar para nada. No quiero esforzarme para que no reciba lo que quiero. No quiero solo palabras, quiero acciones, quiero respuestas claras de un camino claro o una negativa clara de un camino en reparación sin acceso. Quiero estar en la certeza de que estoy trabajando correctamente. Pero no lo tengo. Me da miedo aventarme.

Quiero como aquella vez un empujón, un camino en que no me quede alternativa que seguir de frente, que ir hacia donde ya no hay opción más que buscar una solución. Si es año de introspección tal vez me sirva de algo, no tiene futuro porque no lo tiene, pero quiero encontrarle un para qué el esfuerzo. Tal vez eso si me ayude a tomar la decisión y a aventarme, a quedarme sin alternativa para decidir algo nuevo.

Este es un alpinista que está en la cima de una montaña, hay mucho frío, nieva y el camino está bloqueado, si decidiera tomar cualquier ruta, se perdería, por lo que opta por irse al refugio. Allí pasa varios días esperando que pase la tormenta, pero los víveres se le terminan y debe emprender el regreso, tomar una decisión, seguir un camino, arriesgarse a moverse. De manera que como ya ha bajado la tormenta toma el camino que piensa es el correcto. Va amarrado por su cuerda, por lo menos ella le ayudará a asirse en caso necesario. De pronto cae en un precipicio. Su pie resbala y no haya la manera de asirse a alguna roca. Empieza a caer y a caer  y de pronto encuentra la cuerda que lo sostiene de la que se detiene con fuerza. Finalmente la cuerda se atora en alguna piedra. El está ahí colgado de la cuerda por horas, quiere seguir brincando, pero le teme. Pasa el tiempo y sigue colgado algo le dice que se suelte  y siga cayendo, pero esta demasiado asustado y esa cuerda que lo ha salvado le ayudará a esperar a que alguien lo venga a salvar. No se ve nada y no tiene idea si debajo de sus pies hay mas precipicio. Finalmente la patrulla lo encuentra unos días después, muerto, congelado ... a un metro del piso. Su intuición le decía que si saltaba se salvaría pero su miedo no le dejaba ver claro.

Como me gustaría que me empujaran para que no me quedara mas alternativa que caer y resolver, pero no me atrevo.

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