EN ESE LUGAR Y A ESA HORA
Pasan las horas, y ahora como entonces pienso en ti. No puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de pensar en que hoy hace unos meses a esta misma hora tu y yo nos encontraríamos. Tanto tiempo anhelando este momento y blaff pasó como un destello, un destello que hoy me deja así como empezó en la soledad de mi casa, de mi cuarto, de mi vida. Esa soledad que tu en un instante llenaste, y de la misma forma vaciaste. Yo te sigo pensando. Yo se que ese rayo fue el último de nuestra existencia, Yo se que ese instante fue lo último que hubo entre nosotros, pero ese rayo se prolonga eternamente. Siempre a esa hora, en ese lugar tu me recordaras, las cosas más extrañas vivirás, y ni tu ni yo sabremos que ellas se refieren a nosotros dos. Tu las verás como destino, como espectáculo, como opción de vida, tal vez yo de ellas ni me entere y viviré siempre en la ignorancia de todas las cosas que sucedieron festejando ese encuentro. Mientras tu, en ese lugar a esa hora te encuentres, siempre habrá un mensaje que te haga recordarme, que te haga saber que allí me quedé. Alli nos quedamos. Alli se quedó un amor que empezó de la forma que nadie acepta, de la forma que no es natural del amor de ser, de la forma que nunca nadie aceptará que es amor, porque el amor tiene su tiempo, su espacio, su forma, su deseo, y aquello que sucediera, fue solo un rayo, un rayo que no llegó a formar un corazón ni un sentimiento, ni el tiempo de la espera. Simplemente fue un rayo de esperanza que allí congelado quedó, que allí perdido en el espacio y el tiempo esperando a ser rescatado quedó.
No tenía sentido rescatar algo que no tenía fundamento, algo que solo tenía un lado, algo que solo para mi era importante. Sin embargo siempre en ese lugar y a esa hora, un mensaje de mi te llegará, en donde recordarás todo lo que ahí quedó y que como un rayo de luz se esfumó.
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