lunes, 2 de diciembre de 2013

Eneagrama: jovial y saturnino

Hay temporadas como ésta con gran frecuencia, que nada sucede que todo es esfuerzo y nada surge solo. Entonces pienso si ganar es todo en la vida, pienso si me estoy equivocando al no hacer el proyecto del 7 y meterme en el del 8 o del 1. Esta es mi gran duda, pero es que realmente estoy aburrida. Cuando una persona está aburrida hace cosas tontas, y en vez de involucrarme en aquello que después me arrepentiré, mejor hago algo que sea mas productivo. Sin embargo me desespera que no haya nada que estimule hacia arriba el proyecto. Yo se que no debería estar haciendo esto, que debería solo dedicarme a una cosa, pero  no quiero encontrarme apanicada en medio de nada.

Ya lo se es la última línea, el último jalón. Solo un poco mas adelante y llego al final. Eso siempre me sucede.

Cuando aprendí el eneagrama el eneagrama me contaba mi amiga jovial que una cualidad del saturnino es dejar el final para después. Cuando uno está leyendo un libro muy interesante, deja los últimos capítulos para el día siguiente, no lo quiere terminar porque así es el Saturnino. A Saturnino le gusta organizar, le gusta mirar desde arriba y no cerrar. Los cierres le molestan porque significa empezar un nuevo ciclo que no tiene deseos de organizar. El saturnino organiza todo, y si no está organizado, no se puede mover. Es menester primero planear, primero evaluar cada punto, pero como tiene tanto que organizar, se le va la vida y no termina nada. Es un poco como el jovial.

El jovial es el que todo se le antoja. Se le antoja una torta de queso y una torta de chocolate y también un emparedado de jamón, pero también una copa de vino rosado, rojo y blanco. Así empieza en ansiedad total a comer un poco de todo. No termina ninguna pieza de ningun artículo que se ha servido en el plato, ya ha probado la torta de queso y le ha parecido sabrosa, luego la de chocolate porque le hacía ojitos, no podía terminar la de queso porque la de chocolate le estaba llamando al paladar, le decía el queso que ya sabía a chocolate; lo mismo le sucedió con el vino, no terminó ninguna copa porque ninguna combinaba con el queso ni con el chocolate ni con el emparedado. Al voltear la cara el jovial tiene frente a sí una montaña de comida sin terminar. Al jovial le fascina comer, realmente lo disfruta. Expongo el ejemplo en forma de comida porque es material y se ve una mesa llena de platos a medio terminar. Es lo mismo con el saturnino. Cada proyecto se queda armado y organizado, pero lo comienza y lo deja a la mitad, porque el otro proyecto hay que organizarlo y elaborarlo.

Yo soy saturnina, he luchado muchísimo por terminar lo que empiezo, pero me aburre terminar. Esa parte de dejar el último capítulo para otro día no es decidia, ni es que quiera todavía tener el libro presente, es solamente la fiaca de terminar. Eso es lo que tengo hoy. Quiero empezar un nuevo proyecto, preparar para las vacaciones, elaborar algo novedoso que me tenga entretenida todos esos días, pero no puedo porque tengo otros 3 proyectos en vilo. Uno ya está terminado, el otro va a la mitad y el número 3 le falta una puntita.

Sin embargo he visto una raya blanca que se divide en dos, va perfectamente recta, como dos rutas que llevan al mismo lugar, o tal vez que me llevan y me devuelven en ambos sentidos. Es llegar a un objetivo y regresar al inicio, donde empecé. Es la confusión de los mellizos que siendo idénticos me hacen dudar si estoy en el camino correcto o si he de buscar otra alternativa. Esa línea blanca me agrada porque tiene un camino ya hecho, pero no me agrada que tenga un final tan limitado. Es como leer las líneas de la mano, cuando terminan en media mano, significa que terminará pronto, pero si es ilimitada es que durará mucho tiempo el proceso. la línea que vi es la del corazón, y no me dio ninguna respuesta.

En fin que debo terminar mis tres proyectos antes que termine el año. No quiero pasar 2014 lamentandome porque la decidia típica de mi tipo humano me ha vuelto a embarcar en una falta. 

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