sábado, 14 de diciembre de 2013

Diciembre: líneas que confluyen.

Dicen que antes cae un hablador que un cojo, y ya me sucedió. Yo que había cerrado todo muy bien antes de fin de año, y que estaba tranquilamente disfrutando mi espacio.... no era verdad. Como siempre, no calculé el tiempo. Debería saber interpretar correctamente las agendas, para no terminar corriendo igual que siempre.

En fin yo había estado aburrida, y por eso me ocupé en tantas actividades, hoy ya me cansé, ya quiero botar todo e irme a descansar, sabiendo que no tampoco me rendirá el tiempo para hacerlo satisfactoriamente, no habra tiempo suficiente para relajarme.

Veo el símbolo más reciente. Son muchas líneas paralelas que confluyen en un solo asunto, como si fueran muchas rutas marítimas que confluyen en un vasto mar, o muchas vías fluviales que igualmente terminan haciéndose un todo. Yo se que las líneas paralelas forman un espacio, un camino, contienen un algo que va hacia adelante, o hacia atrás, que entre ellas, se complementan para formar algo. Si esas líneas significaran todas ellas algo, yo diría que es Diciembre. Todos los meses ha sucedido algo, cada uno se festeja a alguien, hay una efeméride histórica, y Diciembre es donde todo termina, donde ya solo es el recuerdo de aquello que tuvimos e hicimos, es la evaluación de hacer ver cómo salió el año. Por lo tanto, ese símbolo es evaluación.

Es momento de evaluar los resultados que hemos obtenido, de evaluar las relaciones que hemos laburado. Cada etapa de nuestra vida son esas líneas. Por eso, cada una es importante. No es importante el cúmulo de datos, el río de información, el río de risas y sentimientos que entre las dos contienen, es la línea de ese asunto que estuve trabajando durante el año, y que ahora en Diciembre termina. Tal vez continúe el año próximo, sin embargo, hay algunas que ya se deberán cerrar definitivamente y otras que todavía tienen un proceso largo que serán las líneas que conforme el año próximo.

Yo se que es de mucha fiaca limpiar, evaluar. Son actividades que uno a como de lugar quiere evitar, porque son abrumadoras. Son como una vasija llena de aceite, hay que tratarla con cuidado para que no se contamine, y para que no se derrame. Limpiar toda un balde de aceite, es horrible, es tanta grasa que limpiar, que se acumula en las grietas del piso, que deja resbaloso donde no llega bien el paño, en fin, eso es Diciembre: un balde lleno de aceite, que hay que evaluar y después acomodar en una botellita para usarlo el año próximo, o para descartarlo y olvidarlo. Es una actividad que no se puede realizar en diciembre, porque hay tanto laburo, tantas actividades, fiestas, regalos, que lo que uno menos puede hacer es sentarse a llenar frasquitos con aceite que evalúe cada cosa que hizo durante el año. Sin embargo, es necesario hacerlo. Cuando uno no revisa el balde año con año, de pronto, y sin darse uno cuenta, acumula todos ellos y ya no tiene dónde guardarlos.

Diciembre son líneas paralelas que confluyen en un todo, para recordarnos, que debemos darnos unos minutos diarios para revisar que todo quede correctamente, y poder iniciar el año siguiente renovado y con espacio. 

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