Hay días en que el estrés no permite fluir, porque uno sabe que hay tanto por delante que es ridículo esperar que todo fluya cómodamente. Para esto es que hoy escribo. Mi objetivo es suponer que no hay estrés, confiar en que estoy a tiempo y que no hay de qué preocuparse. Yo sé que a veces "los sueños, eso son, pero soñar no cuesta nada".
Es curioso, ese tema que estoy escribiendo, lo inspiré en mi Corazón, mi intención , era la de ponerlo en su lugar, que mi mente dejara de creer que era un héreoe o un ser especial que me había perdido por tantos años y que al estar lejos de mi vida, me lo estaba perdiendo. El objetivo era quitarle sus cualidades y escribir los defectos que le conozco para así convencerme que no hay seres especiales, que no hay personas que en algún rincón del mundo, me ha faltado conocer y ahí estaba.
Mi objetivo no lo he logrado. Cada vez que reviso mi obra, me viene tal cual al pensamiento. Me viene con desesperación, me viene con ansia. Quiero verlo, y no lo lograré. Ya es un muerto. Ya no hay vuelta atrás. Sin embargo, cada vez que yo leo, lo revivo, lo plasmo con toda mi sensibilidad y lo extraño. Lo extraño como siempre, lo extraño como si fuera el primer día, como si no lo hubiera tratado y no me hubiera mostrado que es un ser simple y común, que es más bien vulgar y desagradable. No, no es desagradable, me ha gustado hablar, mirar, abrazar, besar. No me he equivocado, a mi me ha gustado como el primer día, pero aparentemente, su experiencia no ha sido igual conmigo.
Eso me llena de tristeza. Éramos unidos, yo era su proyección del ánima, no había hora en que no me buscara, no me asediara, y ahora, de pronto, soy tan simple como la jovencita que pasa frente a él, la desconocida que no solo inspira curiosidad.
Solo me doy cuenta, que fui ingenua, que mi corazón infantil siempre vivirá buscando aquél que lo conforte, que lo haga sentir en casa. Mi corazón infantil va mendigando una casa, un lugar dónde en verdad encuentre aquéllo que siempre ha buscado. Mi corazón infantil, vive esperanzado de no haberse equivocado, de que al poner sus ojos en ese Corazón, él al final recapacite y regrese a lo que era.
Yo se que eso no es posible. Siento la canción de José José "lo que un día fue, no será" tan presente. Ya no vuelvas a mi lado, no tengo nada que darte, de tu alpiste me cansé. Vete a volar a otros cielos deja abierta tu jaula y dale de comer.
Es mi deseo dejar aqui la sensación por ese Corazón ingrato, Corazón voluble, Corazón infiel, que también busca y no encuentra, que también desea que algún día su corazón infantil encuentre un puerto donde aparcar.
Es curioso, ese tema que estoy escribiendo, lo inspiré en mi Corazón, mi intención , era la de ponerlo en su lugar, que mi mente dejara de creer que era un héreoe o un ser especial que me había perdido por tantos años y que al estar lejos de mi vida, me lo estaba perdiendo. El objetivo era quitarle sus cualidades y escribir los defectos que le conozco para así convencerme que no hay seres especiales, que no hay personas que en algún rincón del mundo, me ha faltado conocer y ahí estaba.
Mi objetivo no lo he logrado. Cada vez que reviso mi obra, me viene tal cual al pensamiento. Me viene con desesperación, me viene con ansia. Quiero verlo, y no lo lograré. Ya es un muerto. Ya no hay vuelta atrás. Sin embargo, cada vez que yo leo, lo revivo, lo plasmo con toda mi sensibilidad y lo extraño. Lo extraño como siempre, lo extraño como si fuera el primer día, como si no lo hubiera tratado y no me hubiera mostrado que es un ser simple y común, que es más bien vulgar y desagradable. No, no es desagradable, me ha gustado hablar, mirar, abrazar, besar. No me he equivocado, a mi me ha gustado como el primer día, pero aparentemente, su experiencia no ha sido igual conmigo.
Eso me llena de tristeza. Éramos unidos, yo era su proyección del ánima, no había hora en que no me buscara, no me asediara, y ahora, de pronto, soy tan simple como la jovencita que pasa frente a él, la desconocida que no solo inspira curiosidad.
Solo me doy cuenta, que fui ingenua, que mi corazón infantil siempre vivirá buscando aquél que lo conforte, que lo haga sentir en casa. Mi corazón infantil va mendigando una casa, un lugar dónde en verdad encuentre aquéllo que siempre ha buscado. Mi corazón infantil, vive esperanzado de no haberse equivocado, de que al poner sus ojos en ese Corazón, él al final recapacite y regrese a lo que era.
Yo se que eso no es posible. Siento la canción de José José "lo que un día fue, no será" tan presente. Ya no vuelvas a mi lado, no tengo nada que darte, de tu alpiste me cansé. Vete a volar a otros cielos deja abierta tu jaula y dale de comer.
Es mi deseo dejar aqui la sensación por ese Corazón ingrato, Corazón voluble, Corazón infiel, que también busca y no encuentra, que también desea que algún día su corazón infantil encuentre un puerto donde aparcar.
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