Aplazar, aplazar , aplazar. Lo mas sencillo del mundo es no cerrar círculos, dejar que el tiempo pase y resuelva solo, dejar que alguien llegue, permitir que una energía externa venga a resolver aquello que a mi me corresponde.
Cuando sucede que aplazo, la garantía expira y ya debo pagar aquello que me cubría la garantía. La gente que me debe algo, se va llenando de rencor contra mi, y aquello que pude resolver en una confrontación simple, se va a agregar el polvo del tiempo y del olvidar qué me hizo enojar de ellla. Cuando aplazo y no resuelvo en el momento, en parte dejo enfriar el problema y lo puedo ver con mas objetiviad, pero si se enfría demasiado al igual que una masa amorfa, ya no se deja maniobrar, ya es como cemento como yeso que así se ha quedado en la forma que lo dejé enfriar se endureció. Si trato de resolver aquello, si trato de hacer aquella figura que en un principio intenté hacer, no lo voy a lograr sino que tendré que tirar essa masa y empezar desde el principio con un material nuevo desperdiciando el que ya había, o ponerle agregados que yo no intenaba ponerle, que no venían al caso y que ya no resuelven como hubiera quedado si no se hubiera aplazado.
Cuando hemos estropeado una figura con plastilina, no es problema, es un producto económico que igual se puede volver a comprar. Desgraciadamente no todos somos artistas y generalmente los problemas se tienen en el día a día ya sea con la gente o con los asuntos de trabajo. Cuando no se liman asperezas con la gente ésta reacciona con el coraje que ha aprendido dese pequeño, como ha aprendido en su casa y ha aplicado toda la vida. Cuando se deja enfrir en el trabajo, la gente espera resultados y al no presentarlos, uno aparece como ineficiente o inútil.
Me recuerdo o me imagino una escena donde el joven aprendiz aplaza el ressultado de un proyecto y la actitud del jefe es la de un padre represor "sos un innútil, sos malhecho," para resumir la serie de regaños que el jefe dirá al empleado al presentarse como padre castigador.
Es de gente madura cconfrontar. Sin embargo a veces aplazamos por no tener claro qué hay que hacer. Yo me encuentro entre los que aplazan, pero es que no aplazo por fiaca, sino por olvido. Tengo tan buena memoria, que todo lo llevo en la cabeza. Sin embargo el cerebro tiene un límite de recuerdo y al pasar esos dos o tres días, olvido y aplazo. Vuelvo a recordar tras una semana, pero ya pasó el tiempo y el material se empezó a enfriar y a endurecer y empiezo a tener problemas. Lo resolví haciendo un calendario de asuntos. Cada asunto tiene su columna y su día, todos los asuntos de un día van en el recuadro correspondiente. Cada asunto tiene 2 o 3 pendientes, al tenrlos anotados y revisarlos cada día uno ya no aplaza, ya no olvida, porque se han quedado registrados en un calendario y este es el tema, no aplazar. Tal vez lo que debo hacer está muy caliente, recién pensado y sin forma, tal vez recién discutido con la persona, tal vez recién peleado pero al anotarlo, ya no aplazo, resuelvo con mas presteza que cuando se lo encargo a mi mente.
Como sería hermoso resolver las relaciones humanas como un asunto de trabajo, anotar el problema y dar vueltas esperando que se enfríe hasta que en el tiempo correcto poderlo tomar con las manos, cuando ya no quema y poderlo resolver. Sería tan fácil que todos estuviéramos en esa disposición. Desgraciadamente cada quien habla desde su trinchera. Yo resuelvo desde mi postura y la otra gente desde la que conoce y así cada quien resuelve a su modo, sin darse cuenta que no se está resolviendo, solo se está aplazando. Cuan importante es la comunicación certeera y correcta, que nos ayude a resolver correctamente, no desde la trinchera sino en el mismo campo de batalla, pero con una temperatura mas fría, mas al tiempo que no moleste los ánimos.
Me imagino una pareja con problemas económicos, uno lanza una bola de fuego a la otra parte: vos gastás mucho" la persona devuelve desde la trinchera propia: "vos no me das suficiente". Regresa la bola de fuego "voss no tenés límites, nunca te alcanza" y regresa "vos no comprendés que todo sube cada día " -"mi sueldo no aumenta en esa propporcion". Tal vez si se expusiera el problema en el campo de batalla, sentados con los ánimos fríos, con las ideas claras y decir "¿cuanto necesitamos y cuanto sube por inflación?" Yo se que es un ejemplo simple y ridículo, las charlas o peleas de cualquier índole no se presentan así tan fríamente calculadas, sin embargo aplazando se hacen eternas e insolucionables.
Cuando sucede que aplazo, la garantía expira y ya debo pagar aquello que me cubría la garantía. La gente que me debe algo, se va llenando de rencor contra mi, y aquello que pude resolver en una confrontación simple, se va a agregar el polvo del tiempo y del olvidar qué me hizo enojar de ellla. Cuando aplazo y no resuelvo en el momento, en parte dejo enfriar el problema y lo puedo ver con mas objetiviad, pero si se enfría demasiado al igual que una masa amorfa, ya no se deja maniobrar, ya es como cemento como yeso que así se ha quedado en la forma que lo dejé enfriar se endureció. Si trato de resolver aquello, si trato de hacer aquella figura que en un principio intenté hacer, no lo voy a lograr sino que tendré que tirar essa masa y empezar desde el principio con un material nuevo desperdiciando el que ya había, o ponerle agregados que yo no intenaba ponerle, que no venían al caso y que ya no resuelven como hubiera quedado si no se hubiera aplazado.
Cuando hemos estropeado una figura con plastilina, no es problema, es un producto económico que igual se puede volver a comprar. Desgraciadamente no todos somos artistas y generalmente los problemas se tienen en el día a día ya sea con la gente o con los asuntos de trabajo. Cuando no se liman asperezas con la gente ésta reacciona con el coraje que ha aprendido dese pequeño, como ha aprendido en su casa y ha aplicado toda la vida. Cuando se deja enfrir en el trabajo, la gente espera resultados y al no presentarlos, uno aparece como ineficiente o inútil.
Me recuerdo o me imagino una escena donde el joven aprendiz aplaza el ressultado de un proyecto y la actitud del jefe es la de un padre represor "sos un innútil, sos malhecho," para resumir la serie de regaños que el jefe dirá al empleado al presentarse como padre castigador.
Es de gente madura cconfrontar. Sin embargo a veces aplazamos por no tener claro qué hay que hacer. Yo me encuentro entre los que aplazan, pero es que no aplazo por fiaca, sino por olvido. Tengo tan buena memoria, que todo lo llevo en la cabeza. Sin embargo el cerebro tiene un límite de recuerdo y al pasar esos dos o tres días, olvido y aplazo. Vuelvo a recordar tras una semana, pero ya pasó el tiempo y el material se empezó a enfriar y a endurecer y empiezo a tener problemas. Lo resolví haciendo un calendario de asuntos. Cada asunto tiene su columna y su día, todos los asuntos de un día van en el recuadro correspondiente. Cada asunto tiene 2 o 3 pendientes, al tenrlos anotados y revisarlos cada día uno ya no aplaza, ya no olvida, porque se han quedado registrados en un calendario y este es el tema, no aplazar. Tal vez lo que debo hacer está muy caliente, recién pensado y sin forma, tal vez recién discutido con la persona, tal vez recién peleado pero al anotarlo, ya no aplazo, resuelvo con mas presteza que cuando se lo encargo a mi mente.
Como sería hermoso resolver las relaciones humanas como un asunto de trabajo, anotar el problema y dar vueltas esperando que se enfríe hasta que en el tiempo correcto poderlo tomar con las manos, cuando ya no quema y poderlo resolver. Sería tan fácil que todos estuviéramos en esa disposición. Desgraciadamente cada quien habla desde su trinchera. Yo resuelvo desde mi postura y la otra gente desde la que conoce y así cada quien resuelve a su modo, sin darse cuenta que no se está resolviendo, solo se está aplazando. Cuan importante es la comunicación certeera y correcta, que nos ayude a resolver correctamente, no desde la trinchera sino en el mismo campo de batalla, pero con una temperatura mas fría, mas al tiempo que no moleste los ánimos.
Me imagino una pareja con problemas económicos, uno lanza una bola de fuego a la otra parte: vos gastás mucho" la persona devuelve desde la trinchera propia: "vos no me das suficiente". Regresa la bola de fuego "voss no tenés límites, nunca te alcanza" y regresa "vos no comprendés que todo sube cada día " -"mi sueldo no aumenta en esa propporcion". Tal vez si se expusiera el problema en el campo de batalla, sentados con los ánimos fríos, con las ideas claras y decir "¿cuanto necesitamos y cuanto sube por inflación?" Yo se que es un ejemplo simple y ridículo, las charlas o peleas de cualquier índole no se presentan así tan fríamente calculadas, sin embargo aplazando se hacen eternas e insolucionables.
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