No cabe duda: la consistencia en nuestras acciones, es el que guía nuestro estado de ánimo. Cuantas veces me he visto inundada por emociones y actividades que solo con el tiempo me muestran que si quiero un mejor resultado, algo debo mover. ¿qué se puede mover cuando se ha movido todo lo movible y nada cambia? Por ejemplo mi Corazón. Ya lo enterré, lo metí en una celda, lo tengo en inhanición y sigue presentandose. La semana pasada fue su cumpleaños, hubiera querido hacer lo de siempre, acercarme, charlar, expresar todo lo que pienso y siento, y sin embargo no lo hice porque pensé que era la mejor decisión. Mi persona se quedó quietita ahí donde estaba, decidiendo que mis manos ni mis pies harían nada para acercarse. Sin embargo mi corazón no me obedece, cualquier señal del otro lado, se pone a brincar de emoción, empieza a echar ojitos, empieza a atraerlo para que esté cerca de nosotras. Yo quiero alejarme pero como me ha dicho una amiga: "tu Corazón siempre te hará escribir, te estimulará para tenerlo presente. Tal vez no sea algo que hagas consciente simplemente llega, y hay que dejarlo fluir para que no se atore y desorganice a todo el sistema. ¡Ay mi Corazón, cuanto te extraño, cuanto quisiera tenerte cerca, aunque sea un poco más!
Hace rato estoy recordando una canción en francés. Hace tiempo que la repito pero solo recuerdo la frase l'ideal est delicieuse, l'ideal. A veces pienso que mi Corazón soy yo misma, que estoy enamorada de mi Corazona, y le digo Corazona para definir femenino, o mejor La Corazón? Me gusta llamarme Corazona, porque es el nombre que ella merece, siempre latiendo con fuerza llevandome a los sitios que yo no quiero, moviendome hacia espacios extraños que terminando me dan gran placer. Corazona de verdad tiene vida propia. Dice DAvid Servan-Schreiber que el corazón tiene un cerebrito que le dice al cuerpo hacia donde guiarse. Ya no recuerdo con precisión todo lo que él dice sobre el cerebrito del corazón, pero eso lo vuelve autosuficiente y me guia y lleva por caminos inesperados. Me gusta pensar con el corazón, porque así mis decisiones son ideales lo ideal es delicioso, es amoroso, es lo que mejor cae a mi cuerpo y eso no puede ser malo. Afortunadamente las neuronas del corazón son unas pocas porque si fuera más fuerte que las de mi cabeza, ¡oh no! pobre de mi, ya estaría yo sabe Dios donde persiguiendo aquello que mi Corazona desea.
El ideal de cada persona es siempre su sueño, es siempre lo que le anima a vivir y a ser, que le entusiasma por crear. Cuando estuve deprimida no había ideales que buscar, no había Orexinas que estimularan mi diario vivir, no había Dopamina que me hiciera moverme. Lo ideal es siempre a lo que deberíamos aspirar, lo ideal debería estar escrito en letras grandes enfrente de nuestra ventana, junto a la mesita de noche para recordarlo al despertar y al ir a dormir, en el espejo que nos miramos para ponernos presentables. El ideal no debería ser tomado como "el ideal lejano" porque el ideal termina siendo realidad. Muchas veces nuestro ideal es muy grande, muy alto, muy lejano y al no saber como llegar a el, lo sacamos de los anhelos buscando algo más pequeño, o más a nuestro bolsillo. Sin embargo como algún día recibiremos y lograremos el ideal pequeño, es menester tener todavía presente el grande porque con el paso de nuestro trabajo, llegaremos a él.
"Cuenta la historia de un arbol triste, crecía, tenía savia, sacaba hojas, las tiraba, y así año con año hacía lo que debía, sin embargo se sentía infeliz, no creía recibir lo que merecía, el hacía sus obligaciones, daba sombra, aguantaba las embestidas de las tormentas y los placenteros riegos de la lluvia, pero no era feliz, no se sentía satisfecho con lo que su destino le deparaba, ser solo un árbol eterno que da sombra. Un día un chico se subió en él y el árbol se sintió útil, ahora era juego para un pequeño. Luego le colgaron un columpio y tuvieron que cortar algunas hojas y ramas, y se sentía feliz, el hecho de ser cambiado en favor de un pequeño valía la pena. Sin embargo el pequeño creció y ya no subía mas al árbol y otra vez extrañaba ser algo mejor que un arbol abandonado con un columpio en una rama. Un día encontró al pequeño, ahora joven apesadumbrado en el jardín. ¿En qué te puedo ayudar? Dijo el arbol, el joven le dijo que necesitaba un buen trabajo y ese lo encontraría en la isla vecina, entonces el árbol le propuso que cortara su tronco para hacer una barca. Finalmente el árbol era feliz, ya no estaba sembrado en un solo lugar, ya viajaba de una isla a otra conociendo nuevas fronteras. El hermoso árbol que pensaba que sembrado en un jardín no sería mas que un simple adorno, tuvo que esperar su tiempo para poder rendir el fruto que debía, simplemente debía esperar el tiempo correcto, seguirse preparando hacerse fuerte para tener la capacidad de servir como corresponde a un árbol grande y fornido."
Hace rato estoy recordando una canción en francés. Hace tiempo que la repito pero solo recuerdo la frase l'ideal est delicieuse, l'ideal. A veces pienso que mi Corazón soy yo misma, que estoy enamorada de mi Corazona, y le digo Corazona para definir femenino, o mejor La Corazón? Me gusta llamarme Corazona, porque es el nombre que ella merece, siempre latiendo con fuerza llevandome a los sitios que yo no quiero, moviendome hacia espacios extraños que terminando me dan gran placer. Corazona de verdad tiene vida propia. Dice DAvid Servan-Schreiber que el corazón tiene un cerebrito que le dice al cuerpo hacia donde guiarse. Ya no recuerdo con precisión todo lo que él dice sobre el cerebrito del corazón, pero eso lo vuelve autosuficiente y me guia y lleva por caminos inesperados. Me gusta pensar con el corazón, porque así mis decisiones son ideales lo ideal es delicioso, es amoroso, es lo que mejor cae a mi cuerpo y eso no puede ser malo. Afortunadamente las neuronas del corazón son unas pocas porque si fuera más fuerte que las de mi cabeza, ¡oh no! pobre de mi, ya estaría yo sabe Dios donde persiguiendo aquello que mi Corazona desea.
El ideal de cada persona es siempre su sueño, es siempre lo que le anima a vivir y a ser, que le entusiasma por crear. Cuando estuve deprimida no había ideales que buscar, no había Orexinas que estimularan mi diario vivir, no había Dopamina que me hiciera moverme. Lo ideal es siempre a lo que deberíamos aspirar, lo ideal debería estar escrito en letras grandes enfrente de nuestra ventana, junto a la mesita de noche para recordarlo al despertar y al ir a dormir, en el espejo que nos miramos para ponernos presentables. El ideal no debería ser tomado como "el ideal lejano" porque el ideal termina siendo realidad. Muchas veces nuestro ideal es muy grande, muy alto, muy lejano y al no saber como llegar a el, lo sacamos de los anhelos buscando algo más pequeño, o más a nuestro bolsillo. Sin embargo como algún día recibiremos y lograremos el ideal pequeño, es menester tener todavía presente el grande porque con el paso de nuestro trabajo, llegaremos a él.
"Cuenta la historia de un arbol triste, crecía, tenía savia, sacaba hojas, las tiraba, y así año con año hacía lo que debía, sin embargo se sentía infeliz, no creía recibir lo que merecía, el hacía sus obligaciones, daba sombra, aguantaba las embestidas de las tormentas y los placenteros riegos de la lluvia, pero no era feliz, no se sentía satisfecho con lo que su destino le deparaba, ser solo un árbol eterno que da sombra. Un día un chico se subió en él y el árbol se sintió útil, ahora era juego para un pequeño. Luego le colgaron un columpio y tuvieron que cortar algunas hojas y ramas, y se sentía feliz, el hecho de ser cambiado en favor de un pequeño valía la pena. Sin embargo el pequeño creció y ya no subía mas al árbol y otra vez extrañaba ser algo mejor que un arbol abandonado con un columpio en una rama. Un día encontró al pequeño, ahora joven apesadumbrado en el jardín. ¿En qué te puedo ayudar? Dijo el arbol, el joven le dijo que necesitaba un buen trabajo y ese lo encontraría en la isla vecina, entonces el árbol le propuso que cortara su tronco para hacer una barca. Finalmente el árbol era feliz, ya no estaba sembrado en un solo lugar, ya viajaba de una isla a otra conociendo nuevas fronteras. El hermoso árbol que pensaba que sembrado en un jardín no sería mas que un simple adorno, tuvo que esperar su tiempo para poder rendir el fruto que debía, simplemente debía esperar el tiempo correcto, seguirse preparando hacerse fuerte para tener la capacidad de servir como corresponde a un árbol grande y fornido."