Cuando un día amanece gris, los vecinos trasnochados, amanecidos en la fiesta y yo, dispersa. Yo se que la dispersión termina en enojo. El enojo de no ver terminado ningún proyecto que se ha iniciado, de no descubrir nada nuevo en este dia. Sin embargo esta dispersión va directamente a la película, a la personalidad que me atrae muchísimo.
El 9 es en la numerología el ser más grande y fuerte. No es atractivo porque es demasiado inactivo, no se mueve y solamente lo hace cuando algo merece la pena. La gente los describe como mediocres, su cuerpo es enorme, voluminoso, su abdomen es grande, lo mismo sus manos, su estatura es grande. Son el personaje de Santa Claus. El verdadero comportamiento de éste es el de estar sentado junto a un árbol de Navidad entregando regalos a los chicos, recibiendo cartas de petición. Ese que presentan entregando regalos, en constante movimiento en el trineo, no es un 9. Un 9 puede ser encantador, pero como dije desesperante por inactivo.
El 9 es la casa de puertas abiertas que quiere que entres, que siempre te recibirá con un almuerzo, te ofrecerá cualquier cosa para que te sientas cómodo en su casa. No pierde tiempo pensando si tiene mucho de algo, si lo necesita lo compra porque así debe ser.
Ese es el personaje de la película "Enough said". Está abierto a charlar, tiene la mejor relación con quien se lo permite, tiene las palabras indicadas para comunicarse con su nueva y reciente pareja. Tiene la inteligencia para pasar un rato encantador, hacer sentir a la mujer que el es un viejo amigo. Es el mismo número y estilo de Bardem. No es buen mozo pero su encanto te atrae, te magnetiza, lo adoras porque... es adorable. Sin embargo, al igual que su tamaño pueden ser determinantes para cerrar cualquier relación, para terminar aquello que hubo empezado. Es el fiel e incondicional gangster de Analyze this con De Niro. Es amable con el doctor, pero cuando hay que matarlo, no lo duda, toda su fuerza y volumen lo hace moverse hacia eso que le ha atraído, eso que es su obligación. El Jelly de Analyze this, es al igual que Albert de Enogh Said, encantador, adorable, pero implacable.
¿Por qué me ha distraído con este personaje? ¿Seré yo un 9 disfrazado de 1? ¿Seré implacable? Tal vez sea la etapa de mi vida que me lleva a hablar del mensajero. Un hombre adorable, pero en absoluto un 9. Un hombre abierto, con la mejor comunicación, pero implacable y decidido una hermosa estación que desearía se repitiera, que extraño por maravilloso comunicador, que extraño, por ser él.
Cuenta la historia de un edificio altamente iluminado. Alrededor de él, solo había luz, un brillo deslumbrante que no permitía ver qué había delante. Todo aquél que entraba al edificio, debía salir con lentes obscuros, la gran luz los cegaba y les daba la versión equivocada de las cosas. La maravilla de este edificio era que la gente se sentía muy bien en él, tenía la capacidad de albergar sonrisas y felicidad. Un buen día llegó un hombre valiente, uno que no se conformaba con lo que el edificio le hacía sentir, necesitaba comprobar que aquello que sentía era real. El hombre mandó poner una enorme tela negra afuera del edificio iluminado, era menester que la luz no cegara, que quien estaba allí fuera consciente de lo que miraba. Entonces la gente que salía ya no se cegaba por ese maravilloso y admirable resplandor de antaño, la tela negra cumplía su función, permitir ver las cosas como eran, permitir que cada cosa en el espacio tuviera la medida y la forma indicada. Ya no era especial ese edificio. Ya no era maravilloso salir de allí, esa cualidad que tenía se la habían quitado. ¿Por qué tener que conformarse con otro igual a todos? ¿Por qué no aceptar la cualidad especial que éste tenía? Si alguien no quería salir cegado de ese lugar que no fuera, pero a este edificio había que devolverle su cualidad, la de ser iluminado, la de cegar al salir de él. Finalmente la vida tiene tanta realidad que un pedacito de ceguera e irrealidad solo podía ser maravilloso. Así un grupo de personas tomó la tela, y de una en una fueron jalando los hilos hasta dejar una malla delgada que permitía pasar mucha luz sin que cegara. El tiempo y el desgaste, fueron dejando el edificio con la luz cegadora, no había hilo que la tapara, no había malla delgada que permitiera mirar un poquito la realidad de aquello que uno tenía. Salir del edificio era nuevamente maravilloso, admirable; una luz que cegaba y no permitía ver aquello que es, solamente colocar las cualidades que uno esperaba de la gente, hacía que ella actuara de la forma en que aquella luz cegadora le permitía ver.
El 9 es en la numerología el ser más grande y fuerte. No es atractivo porque es demasiado inactivo, no se mueve y solamente lo hace cuando algo merece la pena. La gente los describe como mediocres, su cuerpo es enorme, voluminoso, su abdomen es grande, lo mismo sus manos, su estatura es grande. Son el personaje de Santa Claus. El verdadero comportamiento de éste es el de estar sentado junto a un árbol de Navidad entregando regalos a los chicos, recibiendo cartas de petición. Ese que presentan entregando regalos, en constante movimiento en el trineo, no es un 9. Un 9 puede ser encantador, pero como dije desesperante por inactivo.
El 9 es la casa de puertas abiertas que quiere que entres, que siempre te recibirá con un almuerzo, te ofrecerá cualquier cosa para que te sientas cómodo en su casa. No pierde tiempo pensando si tiene mucho de algo, si lo necesita lo compra porque así debe ser.
Ese es el personaje de la película "Enough said". Está abierto a charlar, tiene la mejor relación con quien se lo permite, tiene las palabras indicadas para comunicarse con su nueva y reciente pareja. Tiene la inteligencia para pasar un rato encantador, hacer sentir a la mujer que el es un viejo amigo. Es el mismo número y estilo de Bardem. No es buen mozo pero su encanto te atrae, te magnetiza, lo adoras porque... es adorable. Sin embargo, al igual que su tamaño pueden ser determinantes para cerrar cualquier relación, para terminar aquello que hubo empezado. Es el fiel e incondicional gangster de Analyze this con De Niro. Es amable con el doctor, pero cuando hay que matarlo, no lo duda, toda su fuerza y volumen lo hace moverse hacia eso que le ha atraído, eso que es su obligación. El Jelly de Analyze this, es al igual que Albert de Enogh Said, encantador, adorable, pero implacable.
¿Por qué me ha distraído con este personaje? ¿Seré yo un 9 disfrazado de 1? ¿Seré implacable? Tal vez sea la etapa de mi vida que me lleva a hablar del mensajero. Un hombre adorable, pero en absoluto un 9. Un hombre abierto, con la mejor comunicación, pero implacable y decidido una hermosa estación que desearía se repitiera, que extraño por maravilloso comunicador, que extraño, por ser él.
Cuenta la historia de un edificio altamente iluminado. Alrededor de él, solo había luz, un brillo deslumbrante que no permitía ver qué había delante. Todo aquél que entraba al edificio, debía salir con lentes obscuros, la gran luz los cegaba y les daba la versión equivocada de las cosas. La maravilla de este edificio era que la gente se sentía muy bien en él, tenía la capacidad de albergar sonrisas y felicidad. Un buen día llegó un hombre valiente, uno que no se conformaba con lo que el edificio le hacía sentir, necesitaba comprobar que aquello que sentía era real. El hombre mandó poner una enorme tela negra afuera del edificio iluminado, era menester que la luz no cegara, que quien estaba allí fuera consciente de lo que miraba. Entonces la gente que salía ya no se cegaba por ese maravilloso y admirable resplandor de antaño, la tela negra cumplía su función, permitir ver las cosas como eran, permitir que cada cosa en el espacio tuviera la medida y la forma indicada. Ya no era especial ese edificio. Ya no era maravilloso salir de allí, esa cualidad que tenía se la habían quitado. ¿Por qué tener que conformarse con otro igual a todos? ¿Por qué no aceptar la cualidad especial que éste tenía? Si alguien no quería salir cegado de ese lugar que no fuera, pero a este edificio había que devolverle su cualidad, la de ser iluminado, la de cegar al salir de él. Finalmente la vida tiene tanta realidad que un pedacito de ceguera e irrealidad solo podía ser maravilloso. Así un grupo de personas tomó la tela, y de una en una fueron jalando los hilos hasta dejar una malla delgada que permitía pasar mucha luz sin que cegara. El tiempo y el desgaste, fueron dejando el edificio con la luz cegadora, no había hilo que la tapara, no había malla delgada que permitiera mirar un poquito la realidad de aquello que uno tenía. Salir del edificio era nuevamente maravilloso, admirable; una luz que cegaba y no permitía ver aquello que es, solamente colocar las cualidades que uno esperaba de la gente, hacía que ella actuara de la forma en que aquella luz cegadora le permitía ver.
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