El cansancio me oprime, pareciera que aquel plan que tengo no es tan sencillo como parece. Introducirme en un nuevo mundo, en uno que desconozco me quita la energía. Tal vez el trabajar junto a esa persona comedora de energía, me la quita,.
Hay personas que comen energía, comen todo lo que encuentran alrededor porque requieren controlar aquello que existe. No soportan el éxito de otros y para quitarselo, les comen su energía. La persona junto a ellos no puede tener éxito, porque los harían mostrar su poco poder, no pueden sobresalir porque ellos saldrían como perdedores. Ante sus ojos ellos solo valen a partir de lo que otros tienen.
De pronto su respiración me molestaba, me tuve que mover, el día había amanecido delicioso, caluroso de primavera, con poca bruma y con todo en el lugar correcto. Sin embargo esos casacabeles, esa música aguda, vino a tirar toda mi felicidad, esos cascabeles esas voces según ellas hermosas, en un alto volúmen, me devoraron. Yo me caí. No pude levantarme, no pude ayudar. todo aquello que se me acercaba, me quitaba la energía.
No pude seguir trabajando, tuve que subir a un lugar más seguro, un rincón, donde nadie me molestara. Yo ya lo había descubierto, había un espíritu que había venido a invadir mi casa. Esa respiración era extraña, había alguien en él y me quería comer. Yo corrí. Intenté acomodarme, pero recordé ese roedor que había venido a buscar los restos de alimento que hubieran quedado en el plato. solo de pensarlo, se me quitaron las ganas de comer nuevamente. Todo era dispersión. Fui al baño, el miedo me corroía, "espíritu, ¿quien eres? quiero verte. Me empujaron contra la pared y por poco me desmayo. La niña le salió sangre, le había caído la muñeca en la cabeza, en la nariz. Esa pobre pequeña que siempre recibe los golpes de los espíritus ¿que hizo que yo me desmayara me viera confinada hacia la pared y a ella el ataque de la muñeca? Una energía fuera de control. Una energía nerviosa que provoca que la armonía se rompa.
Se dice que estamos hechos de pequeños trozos, unos pedazos minúculos que nos conforma a cada uno, en el momento en que nos enojamos y explotamos, nuestras micro- piezas salen volando al espacio, para ocupar los cuerpos incompletos. Esas piezas que nerviosas flotaban alrededor de esa persona nerviosa, incontrolada, fueron a caer en nosotras."
La gente alrededor las miraba, madre e hija asustadas, en medio de una multitud que curiosa escuchaba la historia irreal que esta madre loca, cuidando a su hija. Ella demente, trataba de darle un sentido a esa invasión a su privacidad, a su armonía. La historia la repetía un ay otra vez, cada persona que se acercaba que le preguntaba, le agregaba otro pedazo de versión que la anterior no tenía, como si en el shock hubiera olvidado ese detalle.
Me alejé. Seguramente era verdad, seguramente vivía en un espacio desagradable y su racionalidad le vino a explicar toda esa historia de espíritus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario