Otra vez mi Corazón. Yo pensaba que me había olvidado, yo pensaba que era yo una pieza en el tiempo pasado, sin embargo me he equivocado. Ha sido una hermosa experiencia, una visita inesperada, una sensación conocida y mucho tiempo ya desactuallizada, ha sido una sensación elegagnte, deliciosa, placentera que así como entonces, hoy ha sido maravilllosa. Mi Corazón, yo pensaba que con esa barrea que habia puesto con haberte amordazado en el subsuelo, no revivirías mas, gracias a Dios me equivoqué. Cuanto extraño esa sensaión, el sentirme atendida, amada, adorada.
Cuando uno encuentra como separar su mente de su cuerpo, cuando las sensaciones de cada uno traen ciertos mensajes, empieza el verdadero curso de la vida. Es poder distinguir entre lo que uno imagina, entre sentir hambre y saber que esas mariposas no son de hambre sino de ternura energética. Laa emoción energética es algo tan sutil que solamente cuando uno ha comprendido la importancia de ella, la comprende. Si para uno es lo mismo darse un puntapié contra una mesa es porque el cuerpo no es importante. Sin embargo, cuando este punapie tiene un sentido, un significado, un mensaje, entonces tiene un lugar el cuerpoo para uno.
Recuerdo esa vez que me he golpeado el hombro con el dintel de la puerta, no he podido calcular el acceso y me he golpeado fuerte. Mi amiga metafísica empezaba a calcular cómo había sido el golpe y que significado tenía, cuando le he explicado exactamente, que no fue ni de lado, ni de espaldas, simplemente fue mal cálculo, ella me ha dicho -"ubícate" porque no estás en el mundo, tu mente y tu cuerpo viven en otra parte y eso no es bueno. A eso me refiero. en ese momento analicé, no era gran cosa, pero si cambié el tamaño del bolso, con ese pretexto mi hombro me dolería menos y andaría mas estable por la vida.
La energía es otra cosa que hay que centrar. La energía que es lo que mueve al mundo. No es solo la energía que vive y que nos comunica, es aquella que nos permite movernos, es la nafta del auto, es el gas de la estufa, es el alimento de mi cuerpo, esa energía también está faltando. Hasta a las cosas materiales es necessario prestarles atención. Ellas están ahí para nuestro bien, para facilitarnos la vida, pero si queremos que ellas nos aceleren y nos ayuden a encontrar resuladoss optimos, no hay que olvidar de proveerles energía. Es algo tan simple que no nos damos cuenta que es nuestra misma proyección. Nosotros mismos nos olvidamos de alimentarnos de lo escencial. Comemos por hambre, pero tal vez ese alimento no es el idóneo. La energía que requieren mis músculos para moverse, está terminandose,, al igual que la nafta del auto. ¿Por qué? La periodicidad en la realización del mantenimiento lo damos por hecho, no le imprimimos el valor que es menester.
Aquellos distractores no me permiten continuar mi relato energético, todo aquello que me hace estar en el mundo parada con los pies que debo. Yo lo se debo despertar a la vida, pero una parte de mi sigue negandosse, sigue prefiriendo afilar el hacha, esa hacha no quiere trabajar, está negando una opción.
Cuenta la historia de un siete rojo. El siete es avatar, es coronna de espinas y es sufrimiento puro, además era rojo, el color de la pasión, de la fuerza y también de la prevención. El siete iba dando señales de atención de espiritualidad. No olvides que el 7 es para dedicarlo a Dios, para sublimar el espíritu antes del trabajo constante y fuerte del 8. Sin embargo despues del 8 sigue el 9 tiempo de cerrar, tiempo de olvidar aquello que fue importante y de centrarse en lo que es el elemento de la siguiente etapa. El 7 rojo iba con cuidado, su interior le decía que no se apresurara, que el tiempo era el correcto, que lo que hiciera, debía hacerlo pensando en su máxima creación, pensando en un Dios que ha hecho el favor de ponerlo en la tierra como un símbolo de descanso. Una vez concluida su etapa, una vez trabajado su espíritu, no habra descanso, no habrá alabanza, solo levante de cosecha.
Este cuento no me ha gustado, pero es lo que me está indicando mi deseo de no apresurarme, de mi deber de afilar el hacha preparandola para recoger la cosecha, que será mucha.
Cuando uno encuentra como separar su mente de su cuerpo, cuando las sensaciones de cada uno traen ciertos mensajes, empieza el verdadero curso de la vida. Es poder distinguir entre lo que uno imagina, entre sentir hambre y saber que esas mariposas no son de hambre sino de ternura energética. Laa emoción energética es algo tan sutil que solamente cuando uno ha comprendido la importancia de ella, la comprende. Si para uno es lo mismo darse un puntapié contra una mesa es porque el cuerpo no es importante. Sin embargo, cuando este punapie tiene un sentido, un significado, un mensaje, entonces tiene un lugar el cuerpoo para uno.
Recuerdo esa vez que me he golpeado el hombro con el dintel de la puerta, no he podido calcular el acceso y me he golpeado fuerte. Mi amiga metafísica empezaba a calcular cómo había sido el golpe y que significado tenía, cuando le he explicado exactamente, que no fue ni de lado, ni de espaldas, simplemente fue mal cálculo, ella me ha dicho -"ubícate" porque no estás en el mundo, tu mente y tu cuerpo viven en otra parte y eso no es bueno. A eso me refiero. en ese momento analicé, no era gran cosa, pero si cambié el tamaño del bolso, con ese pretexto mi hombro me dolería menos y andaría mas estable por la vida.
La energía es otra cosa que hay que centrar. La energía que es lo que mueve al mundo. No es solo la energía que vive y que nos comunica, es aquella que nos permite movernos, es la nafta del auto, es el gas de la estufa, es el alimento de mi cuerpo, esa energía también está faltando. Hasta a las cosas materiales es necessario prestarles atención. Ellas están ahí para nuestro bien, para facilitarnos la vida, pero si queremos que ellas nos aceleren y nos ayuden a encontrar resuladoss optimos, no hay que olvidar de proveerles energía. Es algo tan simple que no nos damos cuenta que es nuestra misma proyección. Nosotros mismos nos olvidamos de alimentarnos de lo escencial. Comemos por hambre, pero tal vez ese alimento no es el idóneo. La energía que requieren mis músculos para moverse, está terminandose,, al igual que la nafta del auto. ¿Por qué? La periodicidad en la realización del mantenimiento lo damos por hecho, no le imprimimos el valor que es menester.
Aquellos distractores no me permiten continuar mi relato energético, todo aquello que me hace estar en el mundo parada con los pies que debo. Yo lo se debo despertar a la vida, pero una parte de mi sigue negandosse, sigue prefiriendo afilar el hacha, esa hacha no quiere trabajar, está negando una opción.
Cuenta la historia de un siete rojo. El siete es avatar, es coronna de espinas y es sufrimiento puro, además era rojo, el color de la pasión, de la fuerza y también de la prevención. El siete iba dando señales de atención de espiritualidad. No olvides que el 7 es para dedicarlo a Dios, para sublimar el espíritu antes del trabajo constante y fuerte del 8. Sin embargo despues del 8 sigue el 9 tiempo de cerrar, tiempo de olvidar aquello que fue importante y de centrarse en lo que es el elemento de la siguiente etapa. El 7 rojo iba con cuidado, su interior le decía que no se apresurara, que el tiempo era el correcto, que lo que hiciera, debía hacerlo pensando en su máxima creación, pensando en un Dios que ha hecho el favor de ponerlo en la tierra como un símbolo de descanso. Una vez concluida su etapa, una vez trabajado su espíritu, no habra descanso, no habrá alabanza, solo levante de cosecha.
Este cuento no me ha gustado, pero es lo que me está indicando mi deseo de no apresurarme, de mi deber de afilar el hacha preparandola para recoger la cosecha, que será mucha.
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