miércoles, 27 de noviembre de 2013

Corriendo tras el tiempo

Cuantas veces la aprehensión del tiempo que corre no me permite hacer lo debido. Cuantas veces quisiera que el tiempo durara un poco más, que el tiempo se estirara y todos me abrieran paso para poder hacer más cosas sin perder tiempos de espera. Sin embargo a veces las esperas son buenas, le dan a uno tiempo para pensar o para perder, o para cerrar los ojos y relajar el apuro de cada día. Quisiera que todo fuera así de sencillo como un presidente que lo llevan en helicóptero, las patrullas le abren paso, lo esperan para no tener que perder su valioso tiempo. Así me gustaría ser, para que no me descubriera yo con deberes sin terminar. Quisiera que el tiempo corriera lento, que yo fuera más rápido que él. Sin embargo cuando uno está apurado es porque no ha hecho al tiempo su amigo. Hoy yo no quería escribir, quiero salir corriendo y aprovechar más espacio mas actividades, pero descubro que eso significa que si no me siento a escribir, no haré todo lo que es debido, no haré todo correctamente y eso no está bien.

De manera que aquí, como cada día me encuentro contando alguna anécdota. Ayer fui al cine. Siempre entrar a esa sala de arte es emocionante, porque generalmente las películas son malas, son lentas, como "el Arbol de la vida" o "deberás amar" me he pasado unos ratos tan aburridos con esas dos que he aprendido a pensar dos veces antes de entrar en ella. En esta ocasión fue una buena decisión. Se llama "mi historia entre tus dedos" Es un concurso de escribir a máquina. Una chica de un pueblo de Francia que va a buscar trabajo de secretaria, y su único don es el de escribir rápido. Podría parecer muy aburrida, pero el casting me agradó muchísimo. Los franceses se han encargado de concentrarse en que el personaje refleje su carácter: su vida, el atuendo, todo es exacto para el papel. Así la chica provinciana lleva un vestido muy simple cuando va a ir muy elegante. El jefe que la contrata va tan prolijo que la raya del peinado está mas que recta, su ropa es perfecta. Aquí me encontré a la actriz de "The artist" La protagonista de las películas de color cuando el cine mudo ya no era negocio, la llamada Peppie en esa película, Bérenice Bèjo. Que mujer tan elegante, tan chispeante, tan perfecta. Aquí es ama de casa, esposa de un americano, su personalidad es tan agradable; pero no podía ser la protagonista. La protagonista es simple, con baja autoestima y algo feita. Las costumbres de los 50´s las plasman tan bien, que en verdad uno se transporta a esa época, cuando no había TV y las noticias del mundo se escuchaban por la radio. Cuando solo las noticias importantes salían en los diarios.

Me gustó por simple, porque se manejan los valores humanos. Un jefe que contrata una joven para secretaria, y al ver que no sirve para eso, en vez de despedirl, le ayuda a desarrollar su don: la inscribe en un concurso para escribir a máquina. La tiene viviendo en su casa, entrenandola de muchas formas para que tenga el mejor rendimiento escribiendo con máquina. La pone a correr, la manda en bicicleta al trabajo, la deja hacer actividades simples que no lo pongan a él en problemas con su propio laburo de seguros. El laburo de ella es copiar textos a toda velocidad. Con el tiempo y el trato se enamoran, pero el quiere que ella gane y no la distrae con flirts. Ella le gusta él, pero no insiste en tirárselo, porque su trabajo es ganar. El amigo, el americano esposo de Peppie, la cualidad yanqui de buscar ganar a como de lugar y apuesta con todos para meterle emoción a cualquier cosa, pero respetando que es extranejro en Francia.

Una película divertida, entretenida, bien manejada. No distrae con los temas hollywoodescos de una muerte donde no va o una escena erótica para entretener al público. Aquí se concentran en que los actores representen el mejor papel y todos ganen, el público y los actores. Una pelicula de arte hecha por franceses con la chispa yanqui que hace que pase uno el tiempo muy bien. 

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