jueves, 27 de junio de 2013

Tocar a una mujer

Que maravilla es encontrarse con un gran hombre. Hay pocas cosas que pueden hacer los hombres por una mujer y es hacerla sentir bella. Pocos hombres tienen la fuerza y la certeza de mirar a una mujer salir, plena y hermosa tras haberla tocado. De una forma tan sencilla, tan delicada e impersonal como un coiffeur.

Me fascinan los hombres, me encienden tanto con su energía, su fuerza, su certeza, su decisión. Lo que mas difruto en la vida es pasar junto a un gran hombre porque me cargo con toda su fuerza y aspiro toda su potencia. Pero pocos hombres inigualables como aquél que con una tijera tiene la capacidad de hacerme sentir hermosa.

Lo conocí cuando joven, la primera vez que me dije "pero mira si no sos tan fea" fue tras pasar por sus tijeras. Así cada vez que ese hombre pasa por mi vida, repite la operación. Al salir de allí, el observa a una mujer hermosa gracias a su creatividad y a su arte. Durante el corte sufro. ¿Que hará de mi? De espaldas al espejo, lo miro cortar y arrancar. Como un marmol va esculpiendo mi cabello para que al voltearme al espejo nuevamente de frente me miro y digo "wow, que cambio". Hay pocos hombres que pueden aplaudirse a los pocos minutos de terminar su obra, pueden hacer sentir feliz a una mujer y mirarla transformarse bajo su manto de arte y creatividad.

Por supuesto que este hombre tuvo que sufrir mi ausencia. Pasaron muchos años en que yo, pese a su maestría y su poder me negué a recibir su presunción y actitud sobrehumana. No podía tolerar que un artista me tratara con desden. Un buen día 7 años después tuve que regresar. Entonces me contó que estuvo a la muerte, que todo su dinero solo le sirvió para sobrevivir una enfermedad larguísima que lo acabó. Nunca en 5 años me miró a los ojos, y después de 7 de volver por un poco de vanidad y de creatividad masculina recibí su mirada. Solo el dolor y el sufrimiento le dieron a este maravilloso artista, creativo y  forjador de la belleza femenina la humildad de mirar a los ojos de la gente. Solo tras sufrir largamente pudo aceptar su vanalidad humana y mirar a los ojos a una ferviente buscadora de un poco de poder. El poder femenino de verse hermosa al salir del coiffeur, de saberse mirada por todos alrededor. Una lucha de poderes que finalmente pudo llegar a un feliz entendimiento. 

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