Hoy pensaba en ti. Extrañamente permiti el pensamiento que hace mucho no me permito, como de costumbre fue un momento placentero, feliz pero regresaba al principio de la rueda, tal vez al principio de la historia y recordaba esa lectura: es una relación que constantemente regresa a donde empezó, que aquello que ya sucedió se repite. ¿Valdrá la pena pensarte, dejarte entrar y recibir la felicidad y la emoción que el amor etéreo me da?
Miraba tu foto. Te ves acabado. en verdad hace mucho que no veo un hombre tan triste. La mirada melancólica los ojos húmedos como quien está aguantando el llanto, la cara lánguida, los labios de sollozo; caminar lánguido lejano y distante. La mirada feliz llena de emoción de tiempo atrás, ya se perdió, se quedó suspendida en algun lugar del tiempo.
¿Yo? Sobrevivo y escribo, me encuentro aprendiendo a vivir sin ti, a estar sin necesitar el amor etéreo, viviendo día a día, esperando el momento de no pensarte más. Me falta la chispa en los ojos, la sonrisa abierta y el caminar ligero sintiendome volar a cada paso, en fin la escencia de aquello que me hace sentir viva ¿Pero como se hace para no pensar en alguien que fue importante? ¿Como aprender a vivir una nueva etapa con la esperanza de algún día desaparecer aquello que hoy es primordial?
Así estoy evaluando, será el momento indicado para sacarte de tu enclaustramiento? ¿Podré aguantar sabiendo que estás por allí libre con la posibilidad de volvernos a encontrar? ¿Vale la pena desandar todo lo andado? ¿Deshacer todo lo hecho? ¿Desembalar todo lo embalado? Hasta qué punto cambiarían las cosas si yo te sacara de donde te tengo escondido y de donde no deberías salir?
Pienso que tanto vos como yo, así tan acabado como te ves, así tan sobreviviente como estoy, no debo mover nada. Ya he llegado hasta la mitad del camino y desandando, regresaría la historia para saber el final nuevamente. Tu nueva personalidad surgirá desde la tristeza que vives hoy, desde el desánimo y la languidez de tu apapriencia. La mía también encontrará un camino. Ese camino que hace mucho empecé a seguir y que le ha dado sentido a mi vida, ese es mi nuevo camino. Yo pensaba que el amor etéreo sería parte de él, pero me equivoqué, el amor etéreo es un ciclo de ese nuevo camino que ya fue. El amor etéreo es parte importante, una cimiente sólida para recordar lo que es estar felizmente enamorada, felizmente ilusionada, y distinguir los símbolos que me indican que he llegado al clímax de la felicidad, al momento que más disfruté al iniciar el nuevo camino a aquella situación que me hacía sentir feliz.
Desandando el camino no se encuentra aquello que se quedó, sino andando hacia adelante, tal vez
nos volvamos a encontrar en la forma de otra personalidad de dos personas que han evolucionado y han aprendido a vivir y a desarrollar algo a partir de un fracaso.
Quien sabe, quiero ir y quiero cumplir mis deseos, pero al verte, quiero quedarme, quiero desandar, quiero no moverme para que así nos volvamos a encontrar viviendo aquello que ya vivimos y que hoy no da sentido. Al mirarte y descubrir que estás sufriendo igual que yo, quiero desandar y buscarte, quiero revivir aquello que fue y al mismo tiempo recuerdo que ese pasado allí quedó, ya se quemó ya sucedió y no se reconoce.
Miraba tu foto. Te ves acabado. en verdad hace mucho que no veo un hombre tan triste. La mirada melancólica los ojos húmedos como quien está aguantando el llanto, la cara lánguida, los labios de sollozo; caminar lánguido lejano y distante. La mirada feliz llena de emoción de tiempo atrás, ya se perdió, se quedó suspendida en algun lugar del tiempo.
¿Yo? Sobrevivo y escribo, me encuentro aprendiendo a vivir sin ti, a estar sin necesitar el amor etéreo, viviendo día a día, esperando el momento de no pensarte más. Me falta la chispa en los ojos, la sonrisa abierta y el caminar ligero sintiendome volar a cada paso, en fin la escencia de aquello que me hace sentir viva ¿Pero como se hace para no pensar en alguien que fue importante? ¿Como aprender a vivir una nueva etapa con la esperanza de algún día desaparecer aquello que hoy es primordial?
Así estoy evaluando, será el momento indicado para sacarte de tu enclaustramiento? ¿Podré aguantar sabiendo que estás por allí libre con la posibilidad de volvernos a encontrar? ¿Vale la pena desandar todo lo andado? ¿Deshacer todo lo hecho? ¿Desembalar todo lo embalado? Hasta qué punto cambiarían las cosas si yo te sacara de donde te tengo escondido y de donde no deberías salir?
Pienso que tanto vos como yo, así tan acabado como te ves, así tan sobreviviente como estoy, no debo mover nada. Ya he llegado hasta la mitad del camino y desandando, regresaría la historia para saber el final nuevamente. Tu nueva personalidad surgirá desde la tristeza que vives hoy, desde el desánimo y la languidez de tu apapriencia. La mía también encontrará un camino. Ese camino que hace mucho empecé a seguir y que le ha dado sentido a mi vida, ese es mi nuevo camino. Yo pensaba que el amor etéreo sería parte de él, pero me equivoqué, el amor etéreo es un ciclo de ese nuevo camino que ya fue. El amor etéreo es parte importante, una cimiente sólida para recordar lo que es estar felizmente enamorada, felizmente ilusionada, y distinguir los símbolos que me indican que he llegado al clímax de la felicidad, al momento que más disfruté al iniciar el nuevo camino a aquella situación que me hacía sentir feliz.
Desandando el camino no se encuentra aquello que se quedó, sino andando hacia adelante, tal vez
nos volvamos a encontrar en la forma de otra personalidad de dos personas que han evolucionado y han aprendido a vivir y a desarrollar algo a partir de un fracaso.
Quien sabe, quiero ir y quiero cumplir mis deseos, pero al verte, quiero quedarme, quiero desandar, quiero no moverme para que así nos volvamos a encontrar viviendo aquello que ya vivimos y que hoy no da sentido. Al mirarte y descubrir que estás sufriendo igual que yo, quiero desandar y buscarte, quiero revivir aquello que fue y al mismo tiempo recuerdo que ese pasado allí quedó, ya se quemó ya sucedió y no se reconoce.
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