martes, 14 de mayo de 2013

La estrella

Hoy no hay algú temaque me preocupe. Solo la comunicación. Tengo una alarma y me ha despertado en la madrugada. En todo el día no llaman, pero en la madrugada me despertaron 2 veces, cada hora para awegurarse que todo estaba bien. Al cabo de dos horas, como me molesté del despertador tempranero y les he colgado el teléfono, me mandaron a la policía para asegurarse que todo estuviera bien y que yo no durmiera ni decansara.

Tengo el recuerdo de el clavo, hace tanto que no lo menciono que ya hasta me he olvidado de él. Cuando la gente es engreída, termina comiendose su orgullo y su mala onda. Yo creo que cuando alguien te regala algo debes recibirlo, aunque la gente es la culpable por darte las cosas sin tu pedirlas. Me ha venido a la mente la historia de una chica que le dice a un joven: "toma, te regalo mi estrella" el miro estupefacto, con cara de desinterés -"y yo para qué quiero esto?" -"Porque para mi es muy importante, y yo quiero que vos lo tengas", -"pero si es importante para vos, quedatelo" -"no, yo insisto, te lo regalo." Al poco tiempo le pregunta la chica por su estrella -"oh lo siento, se me rompió", contesta el joven. Uno debe saber a quién le da la estella, porque no toda la gente valora, ni estima lo que es especial para cada quien.

Aqui el asunto es que el tipo es un caradura que no tiene sentimientos ni sabe comprender lo que es importante, y solo mira su propio ombligo sin importarle las cosas que para los demás son importantes. Pero claro, también falta si hay interés de ambos lados. ¿Por qué será que a veces el interés es de un solo lado? ¿Por qué uno llega tarde al interés? Me imagino que la chica o el chico de la estrella,  es muy tímido y no envía claro el mensaje o tal vez la persona del otro lado estaba interesado en dos a la vez, aventó dos anzuelos, tal vez el que le interesaba tardó más en picar y el que llegó primero empieza a recibir flores, y comunicación, y de pronto ya no recibe nada, porque era solo el aperitivo y no se lo avisaron. Para cuando ya está enganchado, resulta que su pescador ya está en otra playa.


El clavo debe estar pasando un mal rato. Le he contado su historia  y su cara tras recibirla, fue de verguenza. El no sabía el porque estaba en la mira, no sabía toda la parte de la historia, pero su engreimiento solo le dejó ver lo pesado que puede ser un hombre que siente que nadie lo merece, que es tan orgulloso que solo el puede tener la última palabra. Hay quien solo mira su ombligo y no está dispuesta a ayudar, ni abierta a un cambio,  y esa gente es triste porque se quita la oportunidad de aprender y de tener una sorpresa en una relación inesperada y fuera de lo común.

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