Es curioso cómo las conversaciones llevan a hablar de temas que uno no imagina. A mí me gusta hablar de temas extraños, que hacen al cerebro ir más allá de los sentidos, de las extravagancias, de las exageraciones. Cuando veo las películas sobre excesos, me dan fiaca, esa pobre gente ha invertido miles de dólares en escenas que no llevan a nada, sólo llevan al espectador a imaginar qué será vivir esos excesos y a desear tener la vida del artista para repetir, punto por punto lo que acaba de ver en la pantalla.
Tal es el caso de "El lobo de Wall Street" Hay una frase que me quedó grabada "recibís tanto dinero, que no sabés qué hacer con él" Así pagás fiestas caras, drogas extrañas, mujeres excelsas a riesgo de tu salud. El Lobo decía que cada mañana "sudaba" los excesos de la noche anterior para amanecer listo y brillante para vender bonos y sacar cientos de dólares en las comisiones.
Toda esta película es la vida de un joven en 5 años. La juventud aguanta, tolera, todo el cuerpo está nuevo y se recupera. Ja quisiera ver a ese hombre a los 40 años. Tal vez sea una foto más de los que exponen con el resultado de las drogas y el alcohol, y entonces uno diga "pobre ¿no se daba cuenta de lo que hacía?" y vos, que mirás esa película y querés imitar al actor ¿No pensás que serás uno de ellos? ¿Que al cabo de unos años tu cuerpo dirá "ya no más" y vos no te puedas detener?
Esa es la rabia con esas películas. Si ellos, los actores, los ricos se quieren pudrir, que lo hagan, pero que no envicien a las almas jóvenes, llenas de esperanzas que embebidos por una felicidad aparente imitan a quien parece tener una vida hermosa.
Lo sé estoy sonando como abuela de 90, pero es que los abuelos tienen la sabiduría. Son ellos los que saben porque ya vivieron, ya experimentaron, ya son viejos y pueden dar fe y testimonio de que eso que el actor vive, es sólo fantasía.
Es triste una película de una mente brillante desperdiciada. Ese talento nato que tenía para vender, son flashazos de unos cuantos minutos. Aquello que deberían resaltar es lo que pasan como una casualidad y el resultado de esa casualidad, es el resto de la película.
Es verdad que los placeres mundanos, todos ellos son como un vicio que uno no quiere dejar, que no desea detener, uno quisiera mantener el momento del placer en el alcohol, en una fiesta en la playa. Uno quiere que no llegue la mañana para que la fiesta continúe. Uno desearía que todos los días la fiesta continuara y no terminara más, pero se volvería aburrida, se tornaría en una fiesta de vida, y asumo que eso sería aburrido. Aquellos que vivieran de fiesta desearían tener una vida como la de todos los seres humanos. Como la historia del Príncipe y el Mendigo.
A veces, cuando veo a la gente en una fiesta "animadísima" y los veo gritar, me parecen tan falsos. Si me acerco a ver qué están comentado, es que se les han pasado las copas. ¿Es eso divertido? Yo creo que si, y de hecho lo es, para el ebrio, pero la gente alrededor, lo mira como quien observa a quien finge, a quien no está siendo honesto.
¿Por qué digo todo esto? Porque es el final de un ciclo. Los ciclos tienen cierta duración. Nada dura más de 10 años intacto, nada queda igual tras pasado el tiempo, y la gente no nos queremos dar cuenta de ello. Cada evento y cada día dicen los filósofos que "hay que vivirlo como si fuera el último" porque de hecho, será el último. Por más rutinario que sea un día, cada uno tiene un nombre diferente. Cada día se habla con diferente gente, o se encuentra con un amigo del pasado. Cada día es especial, y cada día es el último.
Es que es de noche, está terminando mi último día y hoy ha sido un día maravilloso, he escuchado buenas noticias, he recibido palabras y emociones hermosas, he visto a mis amigos mejorar y superar la tristeza que los aquejaba ayer. ¿Cómo no podría estar emocionada? Yo lo sé, esto no era lo que quería escribir, mi idea era escribir sobre el final de un ciclo, el final de 9 largos años de una vida que pasó días enteros muriendo y renaciendo cada amanecer, sin embargo, me pesa tanto los jóvenes superficiales que pasan 9 años o 5 como el lobo de wall street, disfrutando una vida falsa, vacía, sembrando dolores que se posan en los ojos. Cuando uno observa un joven fracasado, mira sus ojos, y ellos no pueden fingir que el dinero y los placeres no le han dado la felicidad para la que nació, la felicidad que esperaba al inciar ese nuevo ciclo.
Mi tema de escrito era "El año número 9" pero es de noche, mi consciencia está dormida, y mi inconsciencia me dice que la vida divertida no es eterna, ni divertida. La mejor vida es aquella en donde no sucede nada, en donde puedo mirarme al espejo y encontrar una arruga nueva, una cana nueva, donde puedo mirar a mi familia y escuchar sus peleas diarias. Donde puedo mirar a mi pareja con sus eternas y odiosas manías, donde puedo vivir desde dentro de mi, expectorando amor y placer a todo aquel que me mira. Cuando cada rutinario día puedo ir por la calle, y en el colectivo disfrutando sonrisas, recibiendo admiración o simplemente en silencio mirando a tanta gente viviendo compartiendo aire, salud, aburrimiento, desgano. Esa es una hermosa vida, cuidando mi cuerpo y disfrutando en sanidad sin tener que hacer terapias extraordinarias más que sólo dormir y relajarme.
Tal es el caso de "El lobo de Wall Street" Hay una frase que me quedó grabada "recibís tanto dinero, que no sabés qué hacer con él" Así pagás fiestas caras, drogas extrañas, mujeres excelsas a riesgo de tu salud. El Lobo decía que cada mañana "sudaba" los excesos de la noche anterior para amanecer listo y brillante para vender bonos y sacar cientos de dólares en las comisiones.
Toda esta película es la vida de un joven en 5 años. La juventud aguanta, tolera, todo el cuerpo está nuevo y se recupera. Ja quisiera ver a ese hombre a los 40 años. Tal vez sea una foto más de los que exponen con el resultado de las drogas y el alcohol, y entonces uno diga "pobre ¿no se daba cuenta de lo que hacía?" y vos, que mirás esa película y querés imitar al actor ¿No pensás que serás uno de ellos? ¿Que al cabo de unos años tu cuerpo dirá "ya no más" y vos no te puedas detener?
Esa es la rabia con esas películas. Si ellos, los actores, los ricos se quieren pudrir, que lo hagan, pero que no envicien a las almas jóvenes, llenas de esperanzas que embebidos por una felicidad aparente imitan a quien parece tener una vida hermosa.
Lo sé estoy sonando como abuela de 90, pero es que los abuelos tienen la sabiduría. Son ellos los que saben porque ya vivieron, ya experimentaron, ya son viejos y pueden dar fe y testimonio de que eso que el actor vive, es sólo fantasía.
Es triste una película de una mente brillante desperdiciada. Ese talento nato que tenía para vender, son flashazos de unos cuantos minutos. Aquello que deberían resaltar es lo que pasan como una casualidad y el resultado de esa casualidad, es el resto de la película.
Es verdad que los placeres mundanos, todos ellos son como un vicio que uno no quiere dejar, que no desea detener, uno quisiera mantener el momento del placer en el alcohol, en una fiesta en la playa. Uno quiere que no llegue la mañana para que la fiesta continúe. Uno desearía que todos los días la fiesta continuara y no terminara más, pero se volvería aburrida, se tornaría en una fiesta de vida, y asumo que eso sería aburrido. Aquellos que vivieran de fiesta desearían tener una vida como la de todos los seres humanos. Como la historia del Príncipe y el Mendigo.
A veces, cuando veo a la gente en una fiesta "animadísima" y los veo gritar, me parecen tan falsos. Si me acerco a ver qué están comentado, es que se les han pasado las copas. ¿Es eso divertido? Yo creo que si, y de hecho lo es, para el ebrio, pero la gente alrededor, lo mira como quien observa a quien finge, a quien no está siendo honesto.
¿Por qué digo todo esto? Porque es el final de un ciclo. Los ciclos tienen cierta duración. Nada dura más de 10 años intacto, nada queda igual tras pasado el tiempo, y la gente no nos queremos dar cuenta de ello. Cada evento y cada día dicen los filósofos que "hay que vivirlo como si fuera el último" porque de hecho, será el último. Por más rutinario que sea un día, cada uno tiene un nombre diferente. Cada día se habla con diferente gente, o se encuentra con un amigo del pasado. Cada día es especial, y cada día es el último.
Es que es de noche, está terminando mi último día y hoy ha sido un día maravilloso, he escuchado buenas noticias, he recibido palabras y emociones hermosas, he visto a mis amigos mejorar y superar la tristeza que los aquejaba ayer. ¿Cómo no podría estar emocionada? Yo lo sé, esto no era lo que quería escribir, mi idea era escribir sobre el final de un ciclo, el final de 9 largos años de una vida que pasó días enteros muriendo y renaciendo cada amanecer, sin embargo, me pesa tanto los jóvenes superficiales que pasan 9 años o 5 como el lobo de wall street, disfrutando una vida falsa, vacía, sembrando dolores que se posan en los ojos. Cuando uno observa un joven fracasado, mira sus ojos, y ellos no pueden fingir que el dinero y los placeres no le han dado la felicidad para la que nació, la felicidad que esperaba al inciar ese nuevo ciclo.
Mi tema de escrito era "El año número 9" pero es de noche, mi consciencia está dormida, y mi inconsciencia me dice que la vida divertida no es eterna, ni divertida. La mejor vida es aquella en donde no sucede nada, en donde puedo mirarme al espejo y encontrar una arruga nueva, una cana nueva, donde puedo mirar a mi familia y escuchar sus peleas diarias. Donde puedo mirar a mi pareja con sus eternas y odiosas manías, donde puedo vivir desde dentro de mi, expectorando amor y placer a todo aquel que me mira. Cuando cada rutinario día puedo ir por la calle, y en el colectivo disfrutando sonrisas, recibiendo admiración o simplemente en silencio mirando a tanta gente viviendo compartiendo aire, salud, aburrimiento, desgano. Esa es una hermosa vida, cuidando mi cuerpo y disfrutando en sanidad sin tener que hacer terapias extraordinarias más que sólo dormir y relajarme.
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