viernes, 7 de febrero de 2014

UN AÑO 9

Hablando de Numerología y considerando el año personal 9. ¿Cómo se saca? 2014 suma 7= 2+1+4 y se le suma el día del nacimiento y el mes. Entonces tenemos que la suma de 7+día+mes= 81 y se reduce a un solo dígito 8+1=9.

El año 9 es el final de un ciclo, un largo ciclo que ha durado 9 años. Un largo ciclo, que si se ha vivido en conciencia debería ser de felicidad y despedidas. Sin embargo el 99% de la gente ve este año como trágico. ¿Por qué? Porque todo se cae. Y entonces hay quien escribe "Gracias Dios por el amanecer y por respirar y por poderme parar" y el 9 leerá esta frase con enojo porque pensará yy qué tiene de bueno estar vivo si no tengo un solo peso en el bolsillo? ¿De qué me sirve estar vivo y respirando si todo lo demás está mal?" y nuevamente viene la frase positiva "vos solito te comprás las malas vibras, pensá positivo, solo la gente positiva sale adelante" Así es la charla de uno que vive su año 9.

Es una charla de desesperanza, de ver el camino cerrado y de no comprender nada de lo que las frases positivas y los decretos de abundancia traen. Esos decretos son para alguien más, son para aquél que está en su año 2 de búsqueda de socios y afiliaciones o su año 3 que es de gozo y de placeres, de viajes y resultados positivos. La gente que vive su año 9, no puede salir de viaje, porque no tiene plata, porque la última porción se la llevó el gobierno en los impuestos, o se la llevó el auto que se le ha pinchado la goma. El año 9 todo sale mal, los planes no son como esperábamos, el laburo tampoco funciona, y la plata, está terminada.

¿Qué puede hacer uno que vive su año 9? Mirar en retrospectiva. Recordar los años anteriores y evaluar si esos años fueron para cerrar el ciclo en opulencia.

Recuerdo el caso de una chica que laburaba como creativa en la agencia de publicidad. Recuerdo escuchar su voz constantemente hablando, dando ideas, debatiendo. Ese año siguiente en que la volví a ver, escuché que se iba de la agencia. Me acerqué a ella y la vi pequeña, los ojos rojos y acurrucada en una silla. "¿Cómo es que te vas? Vos sos muy importante en la agencia, te he escuchado en cada rincón." "Es que este laburo esta acabando conmigo. Estoy nerviosa, no como, no duermo. Amo la publicidad, pero es por salud que me marcho". Su actitud era de convencimiento, de seguridad. No sabía qué sería de ella de aquí en adelante. Recuerdo que habían pasado unos feriados y fue después de eso que decidió irse.

Asumo que estaba en su año 9. El año 9 te ayuda a tomar las decisiones más locas y a decidir las cosas importantes. Ella dentro de su constante movimiento, tuvo un instante para reflexionar, para esuchar la voz de su madre quien año con año le venía diciendo que el trabajo no era todo,  y decidir que unos pesos no ameritaban deshacer su salud. A ella, ninguna frase positiva le hacía sentido, porque su energía estaba en la despedida, estaba en hacer lo correcto para "no morur en el escritorio". El año 9 te tira todo. No hay sentido levantar la pared de la casa que se ha caído. Mejor tirarla toda y volver a comenzar. Cuando uno está abierto a rehacer la casa, a comenzar desde abajo, la energía se reacomoda y vuelve a estimularnos para un nuevo comienzo.

Recuerdo que en mi año 9 final de un ciclo en 1997, me quedé sin un sólo laburo. Tenía 3 laburos, decidí dejar uno para dedicar más tiempo a los otros 2, y en ese momento, los otros dos terminaron también. ¿Qué sucedió al año siguiente? empezaba un nuevo ciclo, era el año 1 de un  nuevo ciclo y cambié de residencia. No había manera de continuar en los mismos laburos, porque todos eran locales, y yo era internacional. Si uno pacientemente cierra y despide aquello que ya no va, sólo se irá. Pienso que uno construye castillos de naipes, y en ellos confía ciegamente porque es lo que uno ha hecho desde tiempo atrás, y de pronto el castillo se cae, se derrumba. Tal vez uno no ha visto que ese castillo no puede sostenerse  solo e intenta continuar en el mismo proceso. Lo importante es que con valentía observemos el castillo y su material y comprobemos aquello que todos han visto y nosotros no, que el castillo es de naipes y no hay manera de que se sostenga. Aquello que está mal en nuestra vida, se va a ir, si lo dejamos ir, si no nos aferramos a ello. Por eso pienso que la frase positiva par un año 9 puede ser "Despido lo que sobra y miro con confianza lo que queda". o también aplica la plegaria "Dios ayúdame a aceptar lo que no puedo cambiar".

Un año 9 es horrible, es llorar, es desesperanza, es ver que nada de lo que he hecho tiene un para qué. Sin embargo, no hay que olvidar que nos queda la experiencia, y si anotamos todo lo que hicimos mal, todo aquello que provocó un desacuerdo y lo que fue correcto, podremos reandar los pasos una vez que empiece el nuevo ciclo.

Cuando uno ha vivido los años del ciclo como corresponde, tiene la entereza de aceptar las cosas como vienen. Lo positivo de las influencias orientales es que nos han enseñado a meditar, a incluir en nuestro diario vivir frases positivas, plegarias, alabanzas, que nuestros padres y nuestra cultura no tenían. Me refiero a que dos años antes del 9, era el 7, de trabajo interior, de fortalecer la voluntad porque los dos años siguientes son de mucho esfuerzo. El 8 levanta cosecha, si el ciclo fue material, la cosecha será de plata, y si fue espiritual, el resultado será muy placentero, relaciones interpersonales más amables, cordiales y una sensación de sí mismo plena y confiada. Cada quien sabe qué vivió y cómo lo hizo, y de esta forma, será camino sencillo de aquí en adelante.

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