jueves, 13 de febrero de 2014

Oxitocina desgarradora

Hoy es de esos días en que la creatividad está muerta. No tengo idea de qué escribir, qué tema me  y nos puede llenar la cara de sonrisas. 

Hace días que me di cuenta que mi Corazón está muy olvidado, mi Corazón ya no lo menciono. Ya ni me importa que esté en ese calabozo frío, olvidado, encadenado. Su cara ya no me mira, él me resiente porque yo lo he olvidado, porque lo he encadenado como un león que no quiere que nadie se acerque. Un león triste, un león consumado, consumido, un león que ya no ruge porque ya no hay a quien rugir. Un león que se ha quedado sin voz, se ha quedado sin estímulos, ¿Para qué rugir si la fuerza ya no estimula? ¿Pará qué rugir si ya nadie escucha? El león de mi Corazón, ahí consumido, en un calabozo lo he dejado. Hay amores tan fuertes, inolvidables, que nacen del fuego y allí en el fuego atizado por los vientos eternos sigue consumiendo todo. No hay nada más que consumir, pero el fuego sigue eterno. Por esa razón hay que dejar a ese fuego con poco viento, con poco estímulo, con nada de nada, para que de a poco se apague. Sin embargo ¡oh ingenua! ¿qué haría yo sin ese fuego? El amor etéreo ya no lo necesito, el amor etéreo, ese que llena mi corazón de ternura, mi sonrisa aflora sola, con ese brillo de mujer enamorada, el aire viene quedo, se introduce en mi cuerpo, y ahí, lentamente se queda, llenando mi espíritu, mis vísceras, todo mi ser lo contagia. Sin embargo el amor etéreo, de pronto llega a mi cerebro. Mi cerebro no tolera el extrañar, y empiezo a vivir triste, empiezo a desear estar cerca de mi corazón y me entra la deseperación. La desesperación que como fuego atizador me quema el deseo, me quema las ganas, todo me incendia en el deseo y la no obtención de aquello que requiero. 

Recordar al ser amado, libera oxitocinas que al final me ponen triste. ¿Para qué recordar si sólo será un triste final? ¿Para qué desear con locura, querer tocar con pasión, anhelar llegar con emoción, igual que un rojo lleno de pasión y frescura, que atiza como el fuego, igual que el azul que quema con delirio. Así al igual que todos los colores del fuego, así extraña mi corazón, y mi cerebro, lleno de oxitocina, le manda el mensaje "es menester estar triste". 

Cuando he comprendido que recordar al ser amado lejano que ya no está, que ha muerto, que no regresará, que no existe porque yo me lo he inventado, entonces viene la oxitocina a hacerme llorar, a hacerme plañir como mujer desolada y abandonada, a recordar todo lo triste que esta oxitocina ha venido a liberar. Es mi mismo cerebro quien protege a mi corazón. Con ternura lo abraza, lo mima, lo posee "Dejá ya ese pensamiento, dejá ya ese constante gemir. Mirá cómo has quedado tras tanto deseo mal entendido. Mirá cómo llorás por esa expectativa no lograda. Mirá querido Corazna, yo te cuido. No estás solo, yo, junto a ti, te envío todo aquello que te protege y te hace crecer. Yo tu cerebro, no puedo vivir de dopamina excitante, de orexinas estimulantes, de estímulos vanos, placenteros, distractores,. El amor sólo dura 3 años. Lo demás es recuerdo. He vivido gracias a tus lindos deseos, pero por eso, hoy yo te cuido. Yo te cuido que nada te pase, que ya no sufras. Yo te cuido Corazona, para que recuerdes que demasiada expectativa no nos hace bien. Demasiada expectativa y poco conseguir, sólamente nos terminará acabando. Se nos terminar´el depósito de dopamina, requeriremos Omegas que nos reinstalen la alegría. ¿Por qué? ¿Por un instante de amor etéreo? ¿Vale la pena el amor etéreo para después llorar y llorar? No Corazona, yo te cuido yo nos cuido. Recordá que mucho amor etéro nos libera oxitocinas, que desués nos harán llorar. Nos traerán ese llanto desgarrado, ese llanto desesperado que no termina en encontrar nada, que no termina en hallar nada más que un vacío de amor, un vacío triste y desesperado que no nos hará felices. Yo te cuido y así debes confiar en mi."

De esta forma he comprendido que el amor no existe, que el amor sólo se inventa y es un momento de emoción y sonrisa, es sólo un espacio de ternura y caricias que después terminará. No existe el amor eterno.. Sólo existe el amor por sí mismo, el amor por mi cuerpo y por mi bienestar, que me hace comprender que sin amor puedo vivir, y que el diario estímulo me dará mi diario bienestar. 

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