Este día frío y disperso me lleva a recordar un elefante. Yo creo que estos animalazos son muy distraídos. Son monumentales, son de piel gruesa, si se paran a media calle nadie los molesta poque ellos solos se plantan y no se moverán hasta que alguien los estimule de la manera correcta; no importa donde estén parados o en donde esté su mente, ellos donde estén quedarán bien. Son tan fuertes que pueden levantar arboles desde la raíz pueden hacer una carretera, pueden desvoltear el coche que se volcó por estar el parado en medio de la brecha. Ellos pueden darse el lujo de ser distraídos, de caminar por el mundo despacio, a su paso, a su fuerza porque no habrá quien los ataque o los supere. Una serpiente que los pique o se los quiera comer? nunca he visto un elefante dentro de una serpiente, su piel es tan gruesa que no creo que pase el veneno. Un tigre comiendo un elefante? Son demasiado sibaritas para gustar de una carne dura y tiesa. Un elefante es como un 9 humano, un ser grande fuerte, noble, muchas veces abusado porque requiere de mucha decisión para moverse, solo de pensar en mover una de sus patotas, requiere de mucho tiempo y paciencia y hay quienes están apurados y pretenden que un animal tan fuerte y grande se someta a su simple cerebro.
Un elefante que yo conozco vivía en la selva. Iba pesado, fuerte, despacio. Comía lo que la naturaleza le daba y así vivía muy feliz. Un buen día llegó una tormenta tan fuerte que tiró casi todos los arboles, los vientos eran tan fuertes que las ramas de los arboles se desgajaban haciendo grandes obstáculos para que ningún animal pasara, se hacía muy difícil buscar refugio y encontrar la madriguera. Fue este gran elefante quien con su gran fuerza se pusiera a mover los troncos, las ramas, todo el camino abriendo brecha para que todos pudieran llegar salvos a su madriguera. Tras la tormenta nadie miraba al elefante mejor, todos hacían lo de siempre escapar de sus predadores buscar sus presas, y el elefante seguir comiendo lo que la naturaleza le daba. Este gran animal que dispuesto estaba a cuidar a todos, y con su fuerza arreglo el camino de todos, nadie le agradeció porque ese es su trabajo, estar disponible con su fuerza cuando en la selva y en la sabana no haya quien arregle el camino de todos. Este elefantte tan distraído podía darse el lujo de serlo porque nadie lo lastimaría y a cambio de permitirle ser como quería, el esstaba fuerte cuando se lo necesitaba.
Un elefante que yo conozco vivía en la selva. Iba pesado, fuerte, despacio. Comía lo que la naturaleza le daba y así vivía muy feliz. Un buen día llegó una tormenta tan fuerte que tiró casi todos los arboles, los vientos eran tan fuertes que las ramas de los arboles se desgajaban haciendo grandes obstáculos para que ningún animal pasara, se hacía muy difícil buscar refugio y encontrar la madriguera. Fue este gran elefante quien con su gran fuerza se pusiera a mover los troncos, las ramas, todo el camino abriendo brecha para que todos pudieran llegar salvos a su madriguera. Tras la tormenta nadie miraba al elefante mejor, todos hacían lo de siempre escapar de sus predadores buscar sus presas, y el elefante seguir comiendo lo que la naturaleza le daba. Este gran animal que dispuesto estaba a cuidar a todos, y con su fuerza arreglo el camino de todos, nadie le agradeció porque ese es su trabajo, estar disponible con su fuerza cuando en la selva y en la sabana no haya quien arregle el camino de todos. Este elefantte tan distraído podía darse el lujo de serlo porque nadie lo lastimaría y a cambio de permitirle ser como quería, el esstaba fuerte cuando se lo necesitaba.
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