jueves, 29 de marzo de 2012

Un poco de amabilidad y cortesía

Este día había sido emocionante, cada momento había sonreído. Esta mañana había hecho una excursión al campo, me encontraba en una ciudad que no es la mía, en una campiña nueva. Era muy divertido encontrar toda esa gente nueva, especialmente a aquel joven con hermosos ojos que parecía que mis persona temblaba cada vez que se cruzaban nuestras miradas.

Así pasaba el ascenso, yo charlando y el joven alejado. Yo miraba su actitud silenciosa. Sus movimientos pausados pese a la caminata, sus brazos armónicos pese a hacer un comentario a alguien que pasara a su lado. Yo caminaba y caminaba, pero de pronto me cansé y bajé el paso. Algunos amigos me acompañaban, pero el joven de los ojos hermosos se alejó caminando a gran velocidad. Descubrí que era un gran atleta porque mientras más caminábamos más rápido alzaba el paso.

Cuando llegue a la cima charlaba felizmente con mis amigos y de a poco se me fue acercando el joven de los ojos hermosos. Mi amigo Gabriel no se alejaba, el estaba al pendiente de mi, ya me conoce, me engancho con lentitud y para cuando estoy más eclipsada, la razón del enganche, el hombre enamorado, ya se fue. El siempre me acompaña, me recuerda y me dice "cuidado, este viene a picar flor, no lo vas a alcanzar" o tal vez "este si te alcanza, su conquista es lenta", yo creo que ese amigo es mi angel de la guarda porque me cuida cuando ve que me puedo caer.

Mi amigo Gabriel, charlaba también con nosotros y con tacto me dijo "cuidado, no lo vas a alcanzar" y se alejó, el me conoce y me observaba como la mirada de este hombre me envolvía. A los pocos minutos ya se acercaba, tocaba mis manos. De pronto tuve un temor y con cuidado me alejé. Esperaba que Mauricio, el joven de los ojos hermosos, me siguiera, pero su respuesta fue contraria a mis expectativas. Empezó a ser amable con cada mujer que se acercaba a charlar, a mi me miraba de lejos y en vez de sonreír me mostraba su espalda.

Yo no entendía, hacía solamente unos minutos era todo amabilidad conmigo y ahora, la única ignorada era yo. Yo en un intento por mostrar interés me acerqué a un grupo de mujeres cercano a él, quien parecía ya estar ciego, la única mujer que no veía, era a mi, la única a la que ignoraba era a mi. Con cuidado me acerqué  a él y le dije: "dije algo que te molestara? percibo gran descortesía de tu parte" El no esperaba que yo lo confrontara "no, en absoluto, es solo que me gustas demasiado y no tengo nada para darte." Yo no esperaba esa respuesta, la única intervención que tuvimos fueron unas cuantas palabras, unas miradas, y con eso me dio el valor de "la inalcanzable"?

El estaba por distraerse, una mujer se acercaba y lo atraería entonces lo tomé de la mano y le dije: "en este momento todo lo que tienes para darme lo traes contigo, mírame, respóndeme, conquístame y al bajar de este lugar, me olvidas.  Me gustas por como me miras, no cuando me ignoras, me gusta tu tono de voz, me disgustas si no me hablas, me agrada que atiendas a cada una de mis frases. Ahora estás aquí conmigo y me puedes dar todo lo que te he pedido: atención, cortesía, bondad. Mañana, en unas horas habrá alguien más por quien serás amable, pero en este momento, atiendeme a mi."

Como respuesta me tomó de la mano, me sonrió y me dio el lugar especial entre toda la gente que lo buscaba.

Así con la misma felicidad que subía, yo bajaba con mi amigo Gabriel charlando felizmente. El me escuchaba en silencio, finalmente con voz sonriente me dijo: "ese hombre te transformó, lo conquistaste y lo soltaste, te enganchaste en el momento y así de fácil te desenganchaste".

Así ese día terminaba especialmente mejor porque mi felicidad me mostraba que estaba aprendiendo a brincar los problemas, estaba aprendiendo a no atorarme en aquello que no me funciona y yo insisto en que quede según mis expectativas. Sonreía porque finalmente estaba conociendo el poder que tiene el confrontar a un hombre que pudiendo ser especial, hubiera preferido quedarse en un  picaflor  por temor a no vencerse a si mismo.




lunes, 19 de marzo de 2012

Castillos de Arena 2

Finalmente sábado llegué al mar. Era muy temprano, recien eran las 8 de la mañana, tenía una invitación a brunch a las 9.30. "¿Qué? ¿Ir a comer en vez de ver el mar? ¿En vez de disfrutar aquello que tanto anhelo ver desde ayer a esta misma hora? He esperado tantas horas que se me antoja demasiado ir a mirar el mar color pileta.

Recuerdo la última vez que estuve, estaba nublado pero muy soleado y el efecto de reflejo le quitaba la profundidad al cielo y al horizonte. Yo miraba a la gente que nadaba como si fuera una pileta enorme. El color del agua era azul caribe, verde claro un poco turquesa un azul hermosísimo que combinado con la arena blanca de Miami daba un cuadro muy especial.

Estaciono el auto, dejo la ropa sobrante y me quedo con el bañador y una remera encima, el viento es muy frío y no quiero enfermarme. Pago 1 hora de estacionamiento. Me acerco al mar.

El sol está muy fuerte, el viento frío y las nubes dan un espectáculo de cuadro impresionante, ese que no puedes dejar de ver, que miras tratando de entender para no olvidar cada detalle. Empiezo a caminar, guardo mis pertenencias en mi bolsa de playa me asustó un letrero "cuide sus pertenencias, no deje nada de valor en el auto". Realmente si deje muchas cosas, espero que Dios me lo cuide porque no he tenido cuidado de llevarme todos mis valores. Sin embargo, lo que llevo a la playa lo cargo, mientras camino.

La playa está hermosa, es a la altura de Hallandale Beach una playa muy nueva y bien cuidada. Voy caminando y miro el mar. mmmmm.  Ya me habían dicho que estaba muy picado, pero para mi gusto las olas no están mas altas que de costumbre, me acerco a la orilla, no porque la arena esté caliente, a las 9 de la mañana el sol no la ha calentado tanto, sino para probar la temperatura: está fría. No helada, no es de pingüinos, pero si ahuyenta. Mis pies se van acostumbrando a la temperatura. No camino donde hay olas, solo recibo la última relamida de ellas, no quiero que nada me distraiga de mi caminata, de mirar gente, de mirar las cosas que solo se disfrutan en esta playa.

Miro cañas clavadas en la arena, tengo que pasar cerca de ellas para no enredarme en el hilo. Miro los pescadores, todos abuelos muchos rusos. Algunos sentados esperando la presa, otros buscando carnada. Aquellos que buscan carnada llevan unas redes metálicas curiosas que meten a la última ola, y dentro de la arena, ella trae pequeños cangrejitos y moluscos rosados que encantan a las presas de los pescadores. Me llama la atención un pescador: un joven rubio como de unos 30 años, gran cuerpo. Lo admiro. Es extraño ver esos especímenes tan jóvenes, generalmente están tirados tomando el sol o volando en los parapentes. Sigo de largo.

Me encuentro también con algun buscador de oro, esos que llevan unos audífonos y un palo con un sensor, cuando escuchan algo, empiezan a escarbar con la mano libre. Nunca han encontrado nada, según me dijo alguno con quien alguna vez charlé. Seguramente anillos y valores que la gente porta en el mar y las olas al revolcar arrebata, pero dudo que hoy haya algo realmente valioso.

Observo que la arena está llena de corales y algas de diferentes colores: los hay de tubo, de palos, color café y verde oscuro. Solamente en esta playa los he visto, más adelante en Sunny Isles Beach no los había visto. Tal vez sea la época del mar en que echa estas muestras de seres a la playa.

Mas adelante veo la cosa mas hermosa: un castillo de arena. Me detengo a mirarlo. Tiene varias torres, bardas y patios, es una forma ovalada, las torres están cada una ubicada en un lugar diferente, no están enfrentadas, cada una recibe el agua, las olas y ayuda al castillo a permanecer. Lo veo decorado con corales y animales. El constructor: un papá con sus chicos de 2 y 3 años. El papá con esmero hace las torres, las bardas, los niños traen arena, agua, y corales muertos. El papá estéticamente acomoda cada cosa que los chicos traen, haciendo un verdadero palacio. No cuenta con herramientas maravillosas, no se ven palas ni cubetas tiradas por doquier. Tras un rato de mirar y admirar elogio al señor: "usted es un arquitecto", -"así es", me responde. ¿en verdad será arquitecto? Creo que es un buen lugar para diseñar casitas artísticas, detalles especiales que uno encuentra en los hermosos edificios llenos de departamentos que han venido haciendo en todo South Beach.

Lo más encantador es ver un bebé de 2 años o 1 persiguiendo olas. Haciendo la rutina que hace que sus neuronas recuerden cada cosa que va viviendo. Camina hacia el mar, se agacha a tomar el agua, se va la ola va a perseguirla y mamá va tras ella, la trae a la orilla ella se detiene a mirar el mar para reanudar la rutina: perseguir la ola, tomar el agua, correr hacia el mar, mamá irla a salvar detenerse a mirar y nuevamente el paso número uno. La cara de fastidio  y cansancio de la mamá indican que esa rutina la está cansando, pero finalmente ese es el trabajo que ella debe hacer en el mar.

Voy caminando y me percato en el reloj que es momento de regresar, quiero ir a buscar un asiento donde escribir antes de que el reloj del parquímetro se haya vencido.

Llego a unos camastros y me siento. Miro a un joven rubio que habla con la gente yo creo que ese es el vendedor. Me hago tonta mirando el mar. Necesito descansar. He caminado una hora y estoy cansada. El joven se me acerca: "estos son para rentar. 2 camastros con sombrilla y cojines por 10 dólares la hora o 30 todo el día" -"Pero yo ya me voy", le contesto "solamente necesito 10 minutos. No me gusta el sol sabes? No me gusta acostarme a tomarlo. No me bronceo, me pongo roja y luego a la blancura nuevamente". -"Oh, se de que me hablas mirame a mi, los muslos se me ponen rojos" - "pero mira tus brazos, están bronceados"le respondo tras observar su poco bronceado cuerpo. Tras esta breve charla, me dice "mira esto es un negocio, te lo rento por 2 dólares". Como no pienso pararme, los busco, pero no los llevo, y no le pago. Entonces se levanta y de despedida me dice "si decides cambiar de opinión me buscas, ok"?

Escribo unas líneas, descanso, respiro, miro el mar y .... el reloj. Solamente me quedan 10 minutos. Hora de irse. Miro el mar por última vez, siento la brisa fría que corre por el pasillo cubierto de palapas y me dirijo a mi auto. Aquí ya no hay mas que hacer.


sábado, 17 de marzo de 2012

Castillos de Arena

Hoy viaje a Miami. Esto ha sido una verdadera aventura, nunca imaginé que fuera a encontrarme tantos obstáculos para poder llegar a esta hermosa playa. Sali de mi casa a las 5 am y recién a las 7.30 pm pise tierra citadina, todo el resto fueron retrasos. Mi vuelo se retrasó 2 horas, bueno no hay problema unas horas menos está bien. La fila de migración 1 hora, "bueno, es normal hacer largas colas para acceder a este país ´capitalista´". Llevaba solamente 3 horas de retraso para un hermoso fin de semana, no era nada. Sin embargo, no contaba con el detalle de que me quedaría en migración no 1 sino 4 horas. En el momento de revisar mi pasaporte encontraron una incongruencia y me mandaron a un cuartito en una esquina, en donde guardan a los "outcasts", a los indeseables. Cuando me remitieron allí no lo podía creer, pero pensaba positivo "no hay problema, ¿cuanto tiempo puedo tardar? 15 o 20 minutos, está bien". Pasaban los minutos y no había movimiento. Empiezo a preguntar a mis vecinos::"llevo 2 horas esperando, llevo 4 horas. He venido muchas veces aquí y he descubierto que no llevan un control, hay quien entra y sale rápido pero hay quien está aquí horas". Eso no me gustaba. Yo tenía programado mirar el atardecer en la playa. Esa hora del día es maravillosa, aunque no recuerdo haber visto el sol ponerse en el mar, disfruto observando los colores del mar, mirar como van cambiando. Las olas empiezan a crecer, ya invaden más playa que las de la mañana, hace un calor agradable, se aguanta y se disfruta nadando en el mar.. No hace frío y tampoco hay un sol deslumbrante. Yo soy tan blanca, que el sol me irrita, por lo que no lo busco, es más, lo evito. Pues aquí estaba yo, en la salita de migración. Yo no quería ver la hora, no quería desesperarme al ver el reloj pasar y yo sin poder hacer nada. No permiten celulares, pda, ningún electrónico que pudiera invadir su privacidaad, dejar de manifiesto el mal estado de las instalaciones del aeropuerto de Miami, tal vez interferir con su anticuado equipo de cómputo. Solamente tienes permiso de hablar, leer libro o escribir un cuaderno, eso si se me permitió hacer. Pasaba el tiempo y miraba gente entrar, todos con cara compungida, preocupada, otros reclamando. Entre mis vecinos de pena pasó un español, que llevaba 2 horas y desconocía la causa de su detención. Había estudiado en Miami y regresado a visitar a sus amigos. Al poco rato se fue. Entró un hombre bien parecido con una mirada hermosa, que me recordó a mi Corazón. Podría haber sido gay por su miedo a enfrentarme, podría ser colombiano. Había un marroquí viviendo en Venezuela, de hermosos ojos azules y barba negra no muy tupida, ingeniero civil. Comparado con el de la mirada hermosa, este iba desscuidado sin grandes arreglos, pero se veía mas atractivo que el colombiano gay, quien se le notaba bien producido, cuidado los detalles de su vestimenta, afeitado, peinado. Yo platicaba con el marroquí quien me dijo que ya habían pasado dos horas desde mi ingreso. No se lo agradecí, yo quería quedarme con la duda del tiempo que llevaba detenida, no quería sumarselo a mis otras 3 horas de retraso. Charlando con él, el tiempo pasó mas rápido: "mi problema" me decía "es que mi visa está en mi pasaporte maarroquí y desde el 9/11 me tacharon de terrorista. Mi esposa viene en otro vuelo para no tener que pasarse las horas esperandome en migración. Luego saqueé mi pasaporte español, que bueno, aquí en EU no quieren a los europeos.... para terminar de darle interés a mi caso vivo en Venezuela hace mas de 25 años, allí tengo una empresa y saque mi pasaportte venezolano, de modo que se ha complicado mi estado, cada vez que vengo me traen al cuartito a investigar mi ´situación terrorista" Pasamos hablando mas de media hora cuando un oficial me entregó en mano mi visa "cuidela" -"¿y ya me puedo ir?" le pregunté ansiosa al ver que no traía mi pasaporte. "Espere un momento". Finalmente me llamaron. ¿Mi error? Al intentar sacar mi visa-waiver para un pasaporte europeo conteste mal una pregunta, en vez de poner "si" a la pregunta ¿se le ha negado una visa? Respondí "no" porque yo no recordaba esa visa que hacía años se había vencido y negado la renovación. Había mentido a los EU, lo peor que uno puede hacer en ese país. Yo no lo había hecho on mala intención, simplemente no recordaba ese evento, pequeño detalle que me ha venido deteniendo desde este trámite. Arreglado el caso, después de 4 horas en migración salí a mirar el cielo de Miami. Ya enojada, frustrada, pude comer con los amigos. Ahí pude olvidar las 12 horas que había durado el vuelo. Al despertar del sábado finalmentee: el mar....

miércoles, 14 de marzo de 2012

Adios Marcelo

Nuevamente en casa, Venecia quedó atrás, mi rutina nuevamente. Mis actividades que a veces son muy aburridas, para salirme de ellas miro mis fotos y hago planes para las cosas que vayan a suceder.

Lo mas interesante es descubrir los cambios que desde entonces se han presentado en mi casa. La gente que debe estar, está, los integrados sanos están, quien necesita ayuda, a gritos la está pidiendo. Yo misma me estoy curando. En los últimos años empecé a subir de peso sin razón alguna, y de pronto surge un estudio que me obliga a hacer dieta de sanación. Desde dentro me estoy curando sin yo buscarlo, sin yo necesitarlo de pronto me llegó la persona que me dijo: "tu cuerpo te está matando, los alimentos que ingieres ya no te nutren. Es necesario que cambies tu alimentación para que estés sana para que cada parte de ti se cure: tu corazón, tiroides, piel, todo eso se está enfermando. Tienes una enfermedad autoinmune y ella hace que reacciones negativamente". Cuantos cambios solamente de regresar de un viaje.

Lo mas extraño de todo es que todos los Marcelos también desparecieron. De uno en uno, primero mi Corazón. El en Venecia desapareció, aunque vive en mi, está presente en mi pecho, físicamente cambió su aspecto. En mi casa, Marcelo, una persona cercana, venía mucho a comer, con frecuencia hacíamos comidas en su honor, venía con su familia, era nuestro amigo. Cuando él venía a comer me ponía feliz, su nombre me hacía recordar a mi Corazón. Durante una semana estaba en nuestra conversación "Marcelo viene a comer" "Que menú haremos cuando venga Marcelo y su familia?" "La esposa de Marcelo", en fin este hombre me hacía vibrar cuando escuchaba su nombre, cada vez que venía. Su nombre, solo eso, me recordaba a mi Corazón. Hoy también el se fue.

Marcelo no vendrá mas a  comer a casa, Marcelo no será mas mencionado. Desde que regresé de Venecia. Es como si todo lo viejo relacionado con Marcelo se hubiera ido en aquel barco en que yo lo despedí, es como si se hubiera llevado consigo todo, una gran carga que hemos venido juntando, toda se la hubiera llevado y el mismo en el siguiente puerto se hubiera bajado dejando toda esa carga flotando para que ya no hiciera daño.

Ya sin Marcelo, me siento extraña, su nombre tenía canción, tenía poema, tenía vida, tenía cuerpo y alma, hoy es solo un nombre mas del santoral, Marcelo se fue y ya no es nada para mi.

sábado, 10 de marzo de 2012

Viaje a Venecia 3

Yo estaba feliz hablando con mi amiga y su asunto era tan largo que no nos molestaría y por eso no me dijo nada. Yo no estaba feliz con su explicación, pero ni modo, descubrí en él el don de la desaparición. El día llegó en que a mi casa regresar tuve. ¡Que dolor irme! Realmente tu, mi Corazón se adelantó, saliste antes que yo. Te fuiste como siempre, con tus ojos clavados en los míos y tu Corazón en mi pecho. Con tristeza, me despedí de mis seres mas cercanos y tome el avión de regreso a Buenos Aires. Aquí en Venecia, hace mucho frío, este invierno húmedo no me gusta nada. Llego a Buenos Aires.... ufff pero, ¡Qué calor! Aquí hay una humedad espantosa. Regreso a mi vida real, a mi rutinaria vida. Algo siento que ha cambiado. No alcanzo a percibir, pero mi ansiedad no me engaña. Algo ha pasado. Eso es, ya lo descubrí, lo mas triste: mi lugar esta ocupado. No soy mas su proyección del ánima. No entiendo, yo estaba segura que no pasaría nada si viajaba a Venecia, pero me equivoqué. Mi lugar está ocupado. No soy mas la especial, no soy mas aquella por la que ama. Alguien ha ocupado mi lugar. ¿Será posible? ¿Solo un mes después y ya no importa mas mi presencia? Mi orgullo femenino no me lo permite. Tal vez todavía tenga esperanzas. ¿En verdad me importa? Creo que no.. De hecho, que haga lo que quiera, que se vaya lo repito "el amor no es a fuerza".... Sin embargo está mi orgullo de mujer. El estilo femenino es recordar y permanecer en el pasado, es vivir el pasado como si fuera presente, el no se puede ir. Asi una vez mas, planeo otro viaje, esta vez siguiendo a mi hombre actual. ¿Será que me ausenté mas de un mes? ¿Será que fueron un par de años y no me percaté? Este nuevo viaje debe tener permanencia. El corazón inestable no es mi fuerte. Yo necesito permanencia, yo se que si regreso a aquellos años en que el y yo éramos uno, en que nada se había roto, podré cambiar el futuro, podré mejorar mi presente. Mi Corazón nuevamente me abandonó, pero mi Presente es eso, el no puede irse sin avisar. Mi Corazón puede ir y venir, hacer y deshacer, por eso es un Corazón porque siempre será, siempre estará. Su presencia será siempre mía. Sin embargo, mi Presente el, no tiene ese poder. Todavía no tiene permiso de irse, todavía tiene mucho que trabajar. Dios todavía no lo llama y por eso tiene mucho que trabajar. Dios me lo encargó y a El no le puedo fallar. A mi Presente ya no lo quiero, pero si Dios me está pidiendo que permanezca, no puedo hacer mi libre albedrío; El es mas fuerte que Venecia, mi Corazón o mi Presente. El me ha puesto una misión y no le puedo fallar.... pese a mi. Yo quiero irme con mi Corazón, quiero vivir con él, pero Dios tiene otros planes para mi. Hola Presente, ¿qué haremos hoy? ¿quieres cenar y charlar?

martes, 6 de marzo de 2012

viaje a venecia 2

.....No lo podía entender, mi cabeza estaba ofuscada; sin embargo mi amor propio, mi honor femenino debían cuidarse. No te busqué.

Pese a todo mi honor, mi corazón se corroía, moría de celos y de envidia ¿Que tiene ella que yo no? ¿Que hizo ella para ser tan especial que siempre la busques? Pasó un día, y yo segura, no te buscaría. Pasaron dos y estaba preocupada, ¿No piensas regresar? ¿Ya me olvidaste tan pronto? Yo estaba por regresar a mis viejos patrones, a mis actitudes de antes y en ese momento llegó mi salvador.

Por la radio escucho un mensaje de Jahuda Berg. Este hombre es, si no el fundador uno de los pilares del Kabalah. El dijo lo siguiente: "Toda la gente que atraemos está junto a nosotros por alguna razón, para que aprendamos algo. Si por ejemplo tu jefe te trata mal y por esa razón dejas el trabajo, en tu siguiente trabajo te irá peor, tu jefe te tratará mal y encontrarás mas razones para irte. Cuando uno encuentra algo desagradable, la tarea es enfrentar, preguntarse ¿que hace esa persona en mi vida en ese momento? ¿Que me viene a enseñar?

En ese momento me vino a la mente esa mujer. Abrí mi mente y mi conciencia. Así con la suerte que llevo en estos días me la cruzo. Yo la vi y me la quise comer, mis ojos se hicieron dos puñales que se clavaron en los de ella cuando amablemente se acercaba. "Como  no va a estar contenta, si está con mi amor", yo pensaba furiosa. Por educación la saludo y pregunto qué hace tan lejos de su casa: estoy de paseo, fue su respuesta. y ¿Cómo está tu Corazón? Me pregunta con amabilidad irónica. La vuelvo a mirar con ojos de muerete y con la calidez de una mujer mayor me dice "ese hombre es tuyo, el no tiene ojos mas que para ti. Todos sus pensamientos van alrededor de ti" Me quedé de una pieza cuando escuché esto "No me temas, a mi el ya no me interesa. Tu me enseñaste que cuando un hombre te quiere, no tendrá mas ojos que para ti. A ti te debo el descubrir eso. Yo charlaba con él, y a cada frase te sacaba como ejemplo. ¿Qué le diste?" Me quedé sin habla, yo pienso lo contrario de ella, yo pienso que ella siempre me lo quita y me viene a decir lo contrario, no entiendo. En ese momento ella desapareció. Es más si estuvo con mi Corazón, no lo noté, no me importó. Mi gran temor había desaparecido, el era mío aunque no estuviera junto a mi.
Entonces como decía Jahuda Berg  "cuando aprendas la lección que ella te viene a dar,  se ira". Y ella se fue.

Mi corazón debía seguir su camino y por eso se alejó de mi. Al cabo de unos días, me buscó y me explicó que su desaparición nada tenía que ver con mi proyecto pero que se acordó que tenía cosas que hacer. Yo estaba feliz hablando con mi amiga y su asunto era tan largo que no nos molestaría y por eso no me dijo nada. Yo no estaba feliz con su explicación, pero ni modo, descubrí en él el don de la desaparición.


lunes, 5 de marzo de 2012

Viaje a Venecia

Hace un mes que en esta bella ciudad yo me encuentro, hace un mes que 24 horas he decidido vivir, y los resultados han sobrevenido de la forma mas inesperada.

Mi objetivo al visitar mi ciudad natal,  la ciudad de los canales, de los duques y los primeros mercaderes navales era la de acercar a mi Corazón, yo sabía que aquí lo encontraría. Hacía mucho que nos habíamos perdido, pero estaba segura, es mas yo sabía que aquí me esperaba.

El primer objetivo se logró rápido, nos encontramos y charlamos como yo esperaba. El segundo objetivo era más difícil, sacar a esa mujer, tercera en discordia, que había hecho que te alejaras. Esa mujer que por ningún motivo parecía querer irse, que cada vez que yo me acercaba a ti ella presentaba credenciales y permanecía más que yo. Te lo pedí de forma presionante, tal vez impositiva, "déjala". Aunque por un momento dudaste, hiciste lo que te pedí, te deshiciste de ella. Ibamos muy contentos, porque durante 10 días esa mujer no daba señales de existencia.

Sin embargo una prueba más se nos presentaría. Yo platicaba con mi amiga de la infancia, aquella que hacía mucho no veía y que solamente por correo nos comunicábamos. Asi con ella planeamos un nuevo proyecto, algo parecía no cuadrarte, estábamos sentados los tres, de pronto te paraste al baño y no regresaste. Yo pensaba que regresarías en un momento y, no, desapareciste.

¿Que puedo hacer con un amor que no parece interesarle mi persona? El amor se da, no se roba, ni se saca. Así te di tu espacio, para que en tu lugar que te refugias como hombre tomaras fuerzas para vivificarte. Solamente 24 horas después estaba ella allí nuevamente.

¡No lo podía creer! Tu amor es una veleta, es la inestabilidad en persona. ¿Qué pude decir, que pudiste entender para desaparecer esa noche y regresar con ella, a quien me habías dicho ya no te importaba? No lo podía entender, mi cabeza estaba ofuscada; sin embargo mi amor propio, mi honor femenino debían cuidarse. No te busqué.