Leía una de las frases que día con día se encuentran en la red y ví una frase que me revolvió el estómago "un problema puede ser un montículo o una montaña. " No cabe duda que esto es sólo un cliché elaborado que no tiene mayor fin que hacer sentir mal, a quien se encuentra en la mitad de un problema irresoluto. Sin embargo, como yo no me quedo sólo con una frase, sino que elaboro todos mis sentidos hasta dinde ella puede hacer mella, continúo pensando.
Para un optimista, la montaña será un montículo, mientras que para un negativo, un simple montículo, será una montaña. Posiblemente una montaña se presente cuando no se sabe el camino que se tomará. Tal vez ésta de la nada, se torne en un montículo, no creo que tenga que ver con la actitud positiva de la persona.- Porque
todo depende del ángulo que se mire, ya que cuando has encontrado el camino y estás cerca, la montaña se reduce a un montículo independientemente del positivismo que se tenga. La montaña que parecía un difícil camino, de pronto, se vuelve algo sencillo, pero es que ya lo has planeado, ya has conseguido enfrentar aquello que parecía muy difícil.
Las montañas son como los problemas diarios, uno debe elaborar el plan de acción exhaustivamente, una vez hecho esto, el Everest será un montículo. No es la actitud y el positivismo lo que nos ayuda a subir la montaña, es la decisión de subirla. Una vez tomado el camino, conocido el plan de acción, lo demás será fácil. Todos sabemos subir montañas, para eso vivimos, para resolver problemas. Todos sabemos caminar, sólo es la decisión de atreverse. Al atreverse a caminar y tomar las cosas con filosofía, con calma, con voluntad, será el primer paso para desafiar el reto para mirar la montaña de frente y atreverse a subirla.
Cada quien tiene su propia forma de enfrentar sus montañas, y cuando un "sabelotodo" dice que "nuestra actitud hará de él un montículo", me suena a mofa, a superioridad, me suena a reto desagradable, a reto de que "no podés mover las cosas como querés". Me suena a que sólo él sabe, y nadie más. Me parece a que quiere demostrar que sólo él es líder y que nadie lo alcanza, me suena a que no le interesa ayudar, sólo mofarse de los que no han logrado lo que él.
Imagino un alpinista, empieza con un pequeño reto, una pequeña montaña, que al principio es difícil, pero a la mitad del camino, ya tiene condición física y ya logra subir con facilidad. Depende de su voluntad y actitud para que sea simple, llegar agotado o relajado. La actitud ayuda a hacer cumbre, no es al principio donde ella impera, es antes del final, cuando ya estamos entrenados y la seguridad y la práctica nos ponen una actitud feliz, sonriente, armónica. Una vez arriba, el alpinista encuentra un nuevo pico y emprende su camino una vez más. El camino será nuevamente fácil o difícil; el camino marcará que es sólo un montículo, porque el pico anterior era el difícil, por que el pico primera era el de práctica. Por eso, cuando esperamos que las cosas sean fáciles porque iniciamos felices y positivos, se esconderá la gravedad de la realidad, nos dará una seguridad falsa. Cuando inicialmente vemos una montaña, nos preparamos emocionalmente para una ardua carrera. No es verla como un montículo, lo que la hará más sencilla, es elaborar el plan de acción, lo que hará que ésta sea simple, un camino feliz por recorrer, un simple montículo que se parecerá a aquello que ya aprendimos una vez, si hemos aprendido la lección, porque de otra forma, ese nuevo pico será tan difícil como el primero. Por eso es importante enfrentar aquello que necesitamos resolver con toda la buena decisión y allí sí, impregnarla de actitud de triunfo.
Hacer de una montaña un montículo es simplemente iniciar, hacer como si esperamos, pero no alardear como si fuera muy simple, porque sucede que por andar de presumidos, nos caemos. Cada quien sabe resolver como conoce, como ha venido haciendo. No es el hacer algo distinto, lo que hará de las montañas montículos, es planear distinto, usar otras herramientas y hacer oídos sordos a los "positivos de actitud impecable", porque esos no desean enseñar a subir montañas, esos buscan mofarse de los que no han logrado lo que ellos.
Para un optimista, la montaña será un montículo, mientras que para un negativo, un simple montículo, será una montaña. Posiblemente una montaña se presente cuando no se sabe el camino que se tomará. Tal vez ésta de la nada, se torne en un montículo, no creo que tenga que ver con la actitud positiva de la persona.- Porque
todo depende del ángulo que se mire, ya que cuando has encontrado el camino y estás cerca, la montaña se reduce a un montículo independientemente del positivismo que se tenga. La montaña que parecía un difícil camino, de pronto, se vuelve algo sencillo, pero es que ya lo has planeado, ya has conseguido enfrentar aquello que parecía muy difícil.
Las montañas son como los problemas diarios, uno debe elaborar el plan de acción exhaustivamente, una vez hecho esto, el Everest será un montículo. No es la actitud y el positivismo lo que nos ayuda a subir la montaña, es la decisión de subirla. Una vez tomado el camino, conocido el plan de acción, lo demás será fácil. Todos sabemos subir montañas, para eso vivimos, para resolver problemas. Todos sabemos caminar, sólo es la decisión de atreverse. Al atreverse a caminar y tomar las cosas con filosofía, con calma, con voluntad, será el primer paso para desafiar el reto para mirar la montaña de frente y atreverse a subirla.
Cada quien tiene su propia forma de enfrentar sus montañas, y cuando un "sabelotodo" dice que "nuestra actitud hará de él un montículo", me suena a mofa, a superioridad, me suena a reto desagradable, a reto de que "no podés mover las cosas como querés". Me suena a que sólo él sabe, y nadie más. Me parece a que quiere demostrar que sólo él es líder y que nadie lo alcanza, me suena a que no le interesa ayudar, sólo mofarse de los que no han logrado lo que él.
Imagino un alpinista, empieza con un pequeño reto, una pequeña montaña, que al principio es difícil, pero a la mitad del camino, ya tiene condición física y ya logra subir con facilidad. Depende de su voluntad y actitud para que sea simple, llegar agotado o relajado. La actitud ayuda a hacer cumbre, no es al principio donde ella impera, es antes del final, cuando ya estamos entrenados y la seguridad y la práctica nos ponen una actitud feliz, sonriente, armónica. Una vez arriba, el alpinista encuentra un nuevo pico y emprende su camino una vez más. El camino será nuevamente fácil o difícil; el camino marcará que es sólo un montículo, porque el pico anterior era el difícil, por que el pico primera era el de práctica. Por eso, cuando esperamos que las cosas sean fáciles porque iniciamos felices y positivos, se esconderá la gravedad de la realidad, nos dará una seguridad falsa. Cuando inicialmente vemos una montaña, nos preparamos emocionalmente para una ardua carrera. No es verla como un montículo, lo que la hará más sencilla, es elaborar el plan de acción, lo que hará que ésta sea simple, un camino feliz por recorrer, un simple montículo que se parecerá a aquello que ya aprendimos una vez, si hemos aprendido la lección, porque de otra forma, ese nuevo pico será tan difícil como el primero. Por eso es importante enfrentar aquello que necesitamos resolver con toda la buena decisión y allí sí, impregnarla de actitud de triunfo.
Hacer de una montaña un montículo es simplemente iniciar, hacer como si esperamos, pero no alardear como si fuera muy simple, porque sucede que por andar de presumidos, nos caemos. Cada quien sabe resolver como conoce, como ha venido haciendo. No es el hacer algo distinto, lo que hará de las montañas montículos, es planear distinto, usar otras herramientas y hacer oídos sordos a los "positivos de actitud impecable", porque esos no desean enseñar a subir montañas, esos buscan mofarse de los que no han logrado lo que ellos.
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