Otra vez esta ansiedad, otra vez esta preocupación de sentirme con ganas de escapar. ¿Por qué cada vez que aparece alguna persona maravillosa me sucede esto? Divago y busco algo que me explique, que me calme, entonces sucede....
Es increíble.... la sincronicidad de la música: escuchaba en la radio un estilo de canto-jondo (o como se diga y escriba) y en mi medio sonaba la misma música, todo me transportaba a España. Yo quiero estar en España, yo necesito estar en ese país, como una necesidad imperiosa de resolver allí todas mis expectativas. Primero un español, luego la música ¿que más puedo encontrar para transportarme allá? ¿Será que allá están las respuestas a todos mis acertijos? o solamente es un elemento más que me lleve hasta mi camino final.
Es así como descubro lo bello que es vivir. Uno supone haber llegado a una meta, a aquello que te estimulaba, o que sería el final del camino. Pero no, es simplemente un descanso en una gran escalinata, a veces, son escaleras a veces son caminos, otras hay que saltar ríos y barrancas, pero siempre es ascendente, siempre llegando más alto es como encontramos aquello que nos estimula para no decaer en las sinsabores, en las barrancas y resbalones cuando el camino está mojado.
¿Será esa la respuesta a mi ansiedad? ¿Será solo el estado premonitorio que me avisa que algo nuevo está por llegar? O es solamente mi expectativa que me distrae de mi verdadera ruta, de mi destino final o por lo menos de la meta que yo he pensado sería la mejor. Como caballo desbocado, como caballo en la playa azul va mi alma en busca de un destino, de un próximo descanso, que tal vez sea un esperado aplauso, o solamente un escalón mas hacia mi destino final.
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