jueves, 8 de diciembre de 2011

escalando

¿Por qué de pronto nada funciona? ¿En qué me equivoqué para que todo vaya de revés?
Había un gran paraje delante de mi, y hoy veo una pared. Hoy veo que el camino frente a mi esta bloqueado, ya nada funciona y eso me agota. ¿De qué ha servido tanto esfuerzo?
De pronto recuerdo una frase que leí: "cuando todo vaya como no esperas, es porque se está acomodando para que se te cumpla tu deseo".

Esa frase suena tan lejana y tan insensata, ¿cómo es que seguiré mi camino si ya no existe? La vuelvo a repetir "cuando todo vaya como no esperas, es porque se está acomodando para que se te cumpla tu deseo". De a poco el camino se va montando, no es el que se bloqueó, es otro que me lleva a otro lado pero me da la certeza de que puedo seguir adelante con confianza. Estos bloqueos solo sirven para descansar, para darme tiempo de evaluar la senda, de revisar mis pasos.

Es cierto: hoy no hice lo que debía, mi mente se nubló y al acudir a mi fuente de inspiración, la encontré vacía, sin una sola gota de aliento. Romper mi rutina, me hizo no hacer ejercicio, me generó tal fiaca que los 100 kg que llevo encima seguirán allí intactos, pesándome como un gran lastre... que me ayuda a meditar mis pasos.

Al cabo de un rato, tras virar y quejar, tras mirar y no encontrar me descubro sonriente con la gran expectativa de que mi nuevo camino me está llevando a mi sueño hecho realidad.
 

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