Esta mañana fría, silenciosa, lejos del bullicio de una gran ciudad, aquí encerrada en este hermoso jardín, las ideas no surgen, los pensamientos de desahogo simplemente, viven en otro lado, no tengo mayor razón que el vivir día a día.
Estoy leyendo un libro llamado "DEJA DE SER TU" de Joe Dispenza. Este libro me atrajo por alguna razón intuitiva. Hace años que intento resolver un enigma, y vivo buscando una respuesta que me diga que aquello que veo no es de mi imaginación y que lo que digo no lo estoy inventando, sino que es real, que está fundamentado en algo que todavía no se ve, pero que existe.
Este señor habla de la física cuántica. Rompe la idea de Newton sobre que un protón gira alrededor de un núcleo. Aquí habla de que cada célula está llena de quantos, los protones pueden estar formados por miles de ellos, y no giran alrededor del núcleo, simplemente están, allí y se mueven a voluntad y energía. Yo haría un cuento de quantos como sigue:
Cuenta la historia de un ser tan diminuto, que nadie lo podía ver, el no sabía que nadie lo veía, el suponía que por el hecho de ser, de estar, y de moverse, todos sabían de su ínfima existencia. Era un ser minúsculo rebelde, sin reglas, sin condiciones. Su energía era simple, iba en forma de ondas, y cuando la energía se le terminaba, desaparecía en la nada, y aparecía en otro mundo a través de un túnel propio, que él se había inventado para seguir adelante. No había nada que lo detuviera, no había obstáculos. ¿Qué obstáculo tiene la energía? Ninguno. La energía va y se posesiona de los objetos, y allí en donde posa, se queda para hacer de ese objeto un algo. El ser diminuto, llamado quanto, ahora se había transformado en árbol, lo había hecho crecer, lo había vuelto un ser vivo fuerte y grandioso. Pero ahora seguía su camino en el espacio de la nada, ahora una persona había tocado el árbol y el quanto formaba parte de esa persona, la escencia del árbol era ya una pieza de esa persona que había pasado y entrado en contacto con el árbol. Era el momento de ésta de llevar una vida diferente, su espacio había alcanzado su estación.
Este quanto, conformaba parte de la energía junto con los otros miles de millones de quantos que conformaban a esta persona. Ella ahora estaba feliz, se había llegado la hora de vivir una nueva etapa gracias al movimiento de los quantos."
Las personas somos lo que pensamos y los quantos forman ese pensamiento, esa energía, en algún momento, si pensamos y encontramos el camino correcto con los pensamientos nuevos y diferentes, nos sucederá como la persona del cuento, su momento de vivir algo nuevo se lo dio el llegar al árbol. Los pensamientos del pasado, los que vivimos y sufrimos. los que conforman nuestra existencia, allí es donde nos estancan, pero los que superamos y olvidamos, nos sirven como una experiencia para poder crecer, construir el alma, a la persona maravillosa que vinimos a crear, al habitar este mundo.
Esto es un resumen práctico, simple de lo que la física quántica, según Joe Dispenza hace por nosotros. Nos convierte en aquello que queremos ser porque nuestros pensamientos energéticos allí es donde nos llevan.
Todavía sigo esperando encontrar la llave que me abra la puerta que estoy buscando, pero intuyo que estoy en el camino correcto.
Estoy leyendo un libro llamado "DEJA DE SER TU" de Joe Dispenza. Este libro me atrajo por alguna razón intuitiva. Hace años que intento resolver un enigma, y vivo buscando una respuesta que me diga que aquello que veo no es de mi imaginación y que lo que digo no lo estoy inventando, sino que es real, que está fundamentado en algo que todavía no se ve, pero que existe.
Este señor habla de la física cuántica. Rompe la idea de Newton sobre que un protón gira alrededor de un núcleo. Aquí habla de que cada célula está llena de quantos, los protones pueden estar formados por miles de ellos, y no giran alrededor del núcleo, simplemente están, allí y se mueven a voluntad y energía. Yo haría un cuento de quantos como sigue:
Cuenta la historia de un ser tan diminuto, que nadie lo podía ver, el no sabía que nadie lo veía, el suponía que por el hecho de ser, de estar, y de moverse, todos sabían de su ínfima existencia. Era un ser minúsculo rebelde, sin reglas, sin condiciones. Su energía era simple, iba en forma de ondas, y cuando la energía se le terminaba, desaparecía en la nada, y aparecía en otro mundo a través de un túnel propio, que él se había inventado para seguir adelante. No había nada que lo detuviera, no había obstáculos. ¿Qué obstáculo tiene la energía? Ninguno. La energía va y se posesiona de los objetos, y allí en donde posa, se queda para hacer de ese objeto un algo. El ser diminuto, llamado quanto, ahora se había transformado en árbol, lo había hecho crecer, lo había vuelto un ser vivo fuerte y grandioso. Pero ahora seguía su camino en el espacio de la nada, ahora una persona había tocado el árbol y el quanto formaba parte de esa persona, la escencia del árbol era ya una pieza de esa persona que había pasado y entrado en contacto con el árbol. Era el momento de ésta de llevar una vida diferente, su espacio había alcanzado su estación.
Este quanto, conformaba parte de la energía junto con los otros miles de millones de quantos que conformaban a esta persona. Ella ahora estaba feliz, se había llegado la hora de vivir una nueva etapa gracias al movimiento de los quantos."
Las personas somos lo que pensamos y los quantos forman ese pensamiento, esa energía, en algún momento, si pensamos y encontramos el camino correcto con los pensamientos nuevos y diferentes, nos sucederá como la persona del cuento, su momento de vivir algo nuevo se lo dio el llegar al árbol. Los pensamientos del pasado, los que vivimos y sufrimos. los que conforman nuestra existencia, allí es donde nos estancan, pero los que superamos y olvidamos, nos sirven como una experiencia para poder crecer, construir el alma, a la persona maravillosa que vinimos a crear, al habitar este mundo.
Esto es un resumen práctico, simple de lo que la física quántica, según Joe Dispenza hace por nosotros. Nos convierte en aquello que queremos ser porque nuestros pensamientos energéticos allí es donde nos llevan.
Todavía sigo esperando encontrar la llave que me abra la puerta que estoy buscando, pero intuyo que estoy en el camino correcto.
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