domingo, 21 de octubre de 2012

El amor eterno

Cuantas veces pienso si el amor eterno existe. Va uno por la calle en un centro comercial y encuentra familias que no lo son. Ve uno que va un hombre con una mujer y unos niños y los ve familia, pero cuando escucha las conversaciones, ella es la segunda essposa, ya hay otros hijos grandes, de a 20 abandonados en alguna parte del mundo. 

Sigo observando a  esta pareja y la encuentro tan dispareja. El, el padre dedicado con sus hijos pequeños, pero la esposa sin estar feliz, se la ve ansiosa charlando como sin estar. Claro, cuando hay muchos años de diferencia es mas notorio la diferencia de pensamientos. No se trata de que estén juntos porque se atraen, sino porque pese a la diferencia de edades, tambien el tiempo juntos ayuda a acercar esas edades. Se llevan 20 años, pero el tiene como 40 mas que ella por las vivencias, las experiencias y los deseos de moverse. Ella, como pollito saliendo del casacarón saluda a los amigos de él con demasiada amabilidad, "no te conocíamos", le dicen todos con cortesía. 


Pero ¿por qué no hay amor eterno? Yo creo que la base está en que nos quedamos en las imágenes de las películas de amor. En ellas no importa la edad de los actores, todos son amores adolescentes, donde no hay responsabilidad, no hay actitud de honestidad, todo es divertirse y disfrutar. 

Al pasar de los años las parejas se empiezan a separar precisamente por las responsabilidades. Generalmente son los hijos los que separan, pero muchas veces son los propios deseos y egoísmos de hacer solo lo que uno quiere. 

El amor tiene diferentes etapas. Sería tan aburrido si siempre fuera adolescente con sorpresas y detalles divertidos. Hasta la diversión aburre, vete de vacaciones un mes, y vas a anhelar regresar a trabajar.  Somos los adultos lo que no sabemos crecer en el amor. 


Después del amor adolescente viene el amor maduro, el que ha vivido pruebas y desvaríos y esas pruebas deben someterse. Son esas pruebas en pareja, de decepción, de enojo, las que harán madurar el propio amor, el amor en pareja. Hay que unirse nuevamente y reconquistarse, simplemente regresando con esa misma pareja a las emociones adolescentes de ir al cine ir a cenar en una cena romántica. No es necesario matarse y decirse "ya no te quiero, porque ya no me haces sentir las cosquillas que sentía hace 10 años". Es la actitud de comprender que yo ya soy 10 años mayor y mi amor también debió crecer. Esa persona con la que hoy me estoy matando, también ya creció y como tal deberíamos reencontrarnos en una cita de reconquista, porque aquello que había sigue allí, aquello que me gustaba de ella, todavía existe pero ya tiene unos kilos de más encima y por eso no lo veo. 

El siguiente paso es el trascendente, si mi amor está maduro puedo educar a mis hijos con el ejemplo y la muestra de que el amor existe y perdura. ¿Como tendrá un hijo confianza en si mismo en la perduración de una relación si no tiene la muestra clara de sus padres? ¿Como un chico podrá creer en lo que siente si sabe que realmente es pura fantasía? El amor trascendente es tan importante como el adolescente porque es la emoción de sentir que los hijos son gente buena y feliz, que podrá encontrar el amor y hacerlo perdurar gracias a mi ejemplo y al esfuerzo que hice de vivir siempre madurando en ese amor y dejando que el tiempo me ayude a continuarlo. 


Por eso Dios dijo que "lo que Dios une, no lo separe el hombre", porque el nos formó y quiere que confiemos en que el tiene sus caminos." Lo mas fácil es abandonar lo complicado lo que nos parece desconocido, pero lo mas loable es mantenerse y confiar como si lo único que nos mantuviera parados fuera Dios. Solo Dios mantiene etern el amor. 

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