Los campos de lavanda

Hoy me sentía intranquila, el día fue muy cambiante, tenía que centrarme, encontrar mi sentido de pertenencia. Fue entonces cuando decidí ir a mi casa. Es una cabañita con mucha luz que entra por ventanales enormes y un domo en el techo. Está en medio de los campos de lavanda. ¡Qué belleza! Cuando están en flor es todo aromas .... aroma de tranquilidad, de calma, ...calma cualquier ansiedad. Para llegar a él, tengo que que tomar un largo camino en medio del bosque. Es un camino con arcos de árboles por los que solamente se filtran unos pocos rayos de luz, entran algunos rayos de sol que iluminan mi camino y mis ojos al mirar en la distancia. Junto a él va un río que en un momento se cruza en mi camino, para poder caminar adelante, tengo que saltarlo. No le he construido puente porque disfruto brincando piedras, o si hace calor, meter los pies. Este río de aguas cristalinas y sonoras me calman del agotamiento de un largo caminar, las bebo cuando la sed me apremia o simplemente me siento en su orilla a escucharlo pasar mientras medito alguna historia, como la que les voy a contar.....  (continuará)