jueves, 4 de agosto de 2016

BUSCANDO LA ASERTIVIDAD - 2.3


2.3 Ray encuentra una puerta

Nuevamente en su escritorio y su soledad, Ray se siente perdido y desvalido tras su terrible presentación, tras ver que nadie hizo comentario alguno de ella. Enojado por el mal apoyo de Constanza, sale a tomar aire. Mira a su alrededor, donde están sus compañeros fumando y texteando, sin embargo él no tiene nada que escribir. Se siente muy avergonzado y sabe que al textear, se expondrá con cualquier persona. Su mal humor lo proyectará en sus letras. 

Ya mas calmado, después de descansar un rato y perderse en alguna conversación insulsa con los fumadores, regresa a la oficina. En el paso, escucha a Patricia hablando por teléfono, no puede evitar escuchar la conversación de ella, parece que habla con alguien enfurecido y mediante ella escucha le llama la atención que sus frases dicen y describen el sentimiento de su interlocutor  "Entiendo que está enojado", "Comprendo su frustración", "Entiendo sus expectativas". Mediante pasan los minutos la otra persona parece guardar silencio y abrirse a escuchar a esta amable joven de voz cálida. Nadie se percata de su espionaje, la oficina está casi desolada porque es la hora de la salida, y la poca gente que hay, está sumergida en la velocidad de terminar su trabajo. 

Cuando Ray ha escuchado suficiente se aleja a su lugar. Nuevamente encuentra su realidad, su tarde perdida y su fracaso como prueba, esa terrible presentación a la que nadie le ha prestado atención alguna. Empieza a guardar su escritorio, mañana será un mejor día. Escucha pasos que lo sacan de su aislamiento y mira a Patricia acercarse, cálida y amable como de costumbre. No puede evitar admirarla, la mira y ella se detiene detrás de él. 
- ¿Listo para marcharte? - pregunta Patricia al detenerse . 
- Si -  Contesta Ray bajando la mirada, tomando un gran suspiro de tristeza. 
- Me da la impresión que no estás muy complacido - dice Patricia observando sus movimientos.
- No. Me siento muy decepcionado por el resultado de mi presentación. Nadie le ha prestado atención. 
Patricia da un paso adelante y pone su mano en el hombro de Ray
- ¿Qué dices? Fue buenísima.. Me han encantado los ejemplos que has puesto y la forma en que los has explicado. 
Ray no acierta a comprender cómo ella ha visto todo y los demás no han dicho nada. Ella pacientemente lo apoya, le cuenta lo que a ella le ha parecido e incluso lo que tras él irse se ha comentado de ésta. 
- Pero ¿Por qué nadie me lo ha dicho? - exclama Ray molesto
- Lo ignoro. Tal vez porque tú no preguntaste. 
Se introducen en una charla observativa y descriptiva que engancha a Ray de tal forma que no la deja moverse del lugar. Ella mira el reloj y explica que se ha hecho tarde. 
- Es verdad, es tardísimo y yo no he almorzado, muero de hambre. Ven te invito a cenar, - se disculpa Ray al comprender que ha invadido demasiado el espacio de Patricia, quien se encuentra recargada en el escritorio visiblemente cansada. 
Patricia duda un momento, pero responde amablemente
-  Comprendo que quieres seguir charlando de tu presentación, tratándose de una cena de trabajo, con gusto acepto.
Ray se asombra tras la cantidad de explicaciones que ella le da, pero le hace sentir bien, le da pie a que avise a Constanza. 
- Déjame llamar a mi novia para explicarle que la veré mas tarde en su casa. 
Patricia se va a su lugar a levantar sus pertenencias y a prepararse para salir, mientras Ray habla a Constanza. Con timidez y emoción le explica
- Constanza, se que habíamos quedado de ir al cine, pero no puedo ir. Tengo una junta de trabajo.
- ¿Desde cuando trabajas tan tarde? - explota Constanza  al escucharlo.
- Es sólo hoy, es importante, es por mi presentación de esta tarde - explica Ray preocupado.  
- Cómo te atreves a cancelarme si ya habíamos quedado. 
Ray apabullado por las críticas y agresiones de Constanza, recuerda las frases calmantes de Patricia y las aplica. 
- Entiendo que estás enojada, Constanza.
- Claro que estoy enojada, ya teníamos planes.
- Entiendo que te sientas frustrada, Constanza, -explica Ray.
- ¡Tu me frustras tanto! ¿Cómo es que te he aguantado tanto tiempo?
- Siento que estás muy resentida, y lo podemos platicar a mi regreso. ¿Está bien?
Constanza se queda callada, no puede responder nada ante tanta amabilidad. Ray cuelga, sin dar crédito a la maravillosa conversación que han tenido. En otra ocasión él hubiera cancelado la junta y terminado en el cine con Constanza pero aquí hizo lo que tenía planeado. Sonriente y complacido toma su delgado portafolios y sale en busca de su compañera de trabajo. 

Se siguen en ambos coches. Él se acerca a su restaurante favorito, que como le disgusta a Constanza, no suele frecuentar mucho, sólo en ocasiones en que sale con sus amigos y no sale con ella. Patricia al encontrarlo en la puerta del restaurante no puede disimular la emoción que le causa ir a ese lugar tan elegante
- Ray, este lugar es hermoso, pero yo... 
- Yo te invito, Patricia - interrumpe  Ray con una amplia sonrisa. 
Patricia se pone nerviosa. Su forma de caminar y acercarse al restaurante muestra su poca pericia en la clase alta. Ella al llegar a la puerta, se adelanta a buscar la mesa, y Ray la detiene por el hombro.
- Espera, nos tiene que venir a atender el maïtre. 
Patricia baja la mirada apenada. Ray se impresiona al verla tan desbalanceada, ella siempre tan segura aquí no lo está impresionando. 
- Lo siento mucho, Ray, no había venido a este lugar y no conozco las reglas. 
- Está bien, siempre hay una primera vez, - responde Ray seguro y sonriente. Ray respira feliz, no lo han criticado, Constanza hubiera dicho algo como "deberías haberme prevenido antes, mira cómo he quedado en ridículo por tu poca atención".  
En ese momento aparece el recepcionista quien se disculpa por el retraso. Ray, tranquilo y concentrado pide la mesa de su elección. Tímidamente dice
- Me gustaría ocupar la mesa junto a la ventana, la que da al lado derecho. El maitre revisa en su lista y ve que la mesa aún no está lista.
- Si gusta esperar unos minutos, la mesa no la tengo limpia. En un momento se la arreglamos. 
Patricia se excusa para ir al baño, y mientras tanto Ray se queda en el lugar esperando. Él asiente complacido, han pasado sólo 5 minutos y nadie lo ha criticado ni le ha hecho sentir mal, y esta sensación le da mucha seguridad: puede concentrarse en lo que le importa y no estar intentando calmar a la persona que lo ha criticado o tratando de justificarse. Con tristeza recuerda aquella última vez que estuvo aquí con su novia Constanza. Recuerda que aquella vez tampoco había quien los recibiera, y Constanza, en cuanto vio al maïtre, lo ha regañado por no estar en su lugar, lo ha amenazado con reportarlo a su jefe. Recuerda esa postura intimidante que la pone tan fea, ella tan hermosa. Después el maitre les dio una mesa incomoda. Nuevamente Constanza le ha recriminado, 
- ve con el inútil de la puerta y pídele que nos cambie,- solicita ella con fuego en los ojos. A lo que él se niega. 
- No Constanza esta mesa es muy buena, además en dónde sea es la misma comida, - responde contrariado.
Ella en venganza por su forma de retarla, le ha hecho pasar una velada bastante desagradable. Recuerda esto con preocupación y cierra los ojos porque le molesta no saber manejar esta situación. En ese momento regresa Patricia. 
- ¿Está todo bien? - le dice ella con grandes ojos al mirar su cara desarmada. 
- Si, sólo recordaba un mal momento -  le explica Ray avergonzado. 
Viene el maïtre a dar la mesa. Ray le indica a Patricia que se adelante, pero ella toma del brazo a Ray quien la dirige al lugar, le acomoda la silla la deja sentada a gusto, como todo un caballero, haciéndola sentir hermosa y segura. Ray sonríe complacido, ella lo hace sentir muy bien, lo deja actuar y se sabe comportar sin recriminarle nada. 
Mediante sucede el ritual de leer la carta y pedir platillos, Ray nota que ella no está gusto, la observa tiesa, pero ella a diferencia de él no titubea ni duda, ni se comporta torpemente como lo hace él al encontrarse a disgusto. Ella en vez de hacer aspavientos, y disculparse por lo mal que se siente en este momento, se limita a describir lo lindo del lugar y la vista para luego remontarse a la junta. Se concentra en describir lo que sucedió cuando él se fue: le alaba lo claro de su presentación y sus láminas, e incluso pudo hablar de ellas con el jefe y las pudo relacionar con su propio trabajo. Al jefe le agradó tanto esa forma asertiva de aplicar el trabajo de él y de ella, y comprendió que aunque estaba apurado para la siguiente junta, valía la pena escucharla hasta el final. 
- No comprendo, - dice Ray - ¿Cómo puedes intercalar tus ideas con las mías? ¿Cómo puedes admirar mi trabajo sin criticarlo ni dejarlo en el hoyo? ¿Cómo puedes hacer tú que la gente te escuche y hacer lo que te place? Eres en verdad una gran pieza de persona. 
Patricia sonríe con el cumplido, en efecto ella sabe hacer todo lo que Ray ha dicho. 
- Mira Ray - continúa Patricia - no me gusta criticar a la gente, sobre todo si no la conozco bien. Déjame explicarte qué problema me chocó en la presentación de tu parte. Si no te molesta, quiero ayudarte. 
Ray se ha puesto a la defensiva, pero sus palabras y forma larga de hablar, le han dado seguridad. 
- Te pones muy nervioso, cuando hablas. Tú estas muy bien informado sobre el tema de que se habló, lo mostraste en la claridad con que expusiste, no comprendo a qué le temes. 
- Bu, bue, bueno - finalmente expresa Ray su incertidumbre - que gusto me da lo que me dices, creo que después de todo no lo he hecho tan mal. 
- Vamos Ray, no seas tan humilde, admite las alabanzas por todo lo que sabes y puedes aportar. Alguien más listo te puede "comer el mandado" si tu no te arriesgas a hablar y aceptar esto con soltura. 
- Es que me molesta que la gente no escuche mientras hablo. Que estén mirando el celular, o incluso jugando videojuegos. Yo vi que cuando tu hablabas, la gente te miraba y te preguntaba. 
- Gracias por el cumplido, pero veo que tú no te sientes atendido, observo que cuando tu sabes la respuesta, dudas mucho y piensas tanto que te hace ver inseguro, tardas tiempo en responder y por eso la gente pierde interés, piensa que no sabes, porque rebuscas la respuesta en tus dudas. 
- ¿Mi vergüenza se ve? - pregunta Ray asombrado.
- Claro que si. Cuando miras al piso, y titubeas en tus frases, cuando no vas al punto. A la gente no le gusta cuando ve que alguien no sabe exponer su idea. Es frustrante intentar comprender y sentir que se está perdiendo el tiempo. 
- ¿Te pareció muy larga mi presentación? - pregunta Ray atribulado. 
- No, no fue larga, simplemente se hace cansado cuando dices muchas palabras sin llegar al punto. 
- ¿Yo uso muchas palabras? - pregunta Ray asombrado.
Patricia se ha cansado de este cuestionamiento y de ver que no la comprende. 
- escúchate mientras hablas, repasa más tus palabras y no titubees. Si te sientes enojado o te reclamas, es que no estás siendo asertivo y la gente que te escuche lo va a sentir. 
- Tu cuando hablas, envuelves, llamas ¿A eso te refieres? - pregunta Ray intrigado.
- Gracias por tu apreciación. Algo así. - Patricia sonríe mientras escucha la descripción de éste. 
- ¿Me puedes enseñar a hablar como tu? - solicita Ray. 
La cena fluye muy bien. Patricia en efecto se siente intimidada, pero observa que Ray si sabe estar en ese lugar e imita su comportamiento para sentirse segura. 
- Ray, cuando quieras te ayudo a hablar y a usar las palabras que te hagan sentir cómodo. Creo que podríamos trabajar en equipo. Ray se da cuenta que Patricia ha aprovechado la oportunidad para plantear una forma de trabajar y de resolver. No han perdido el tiempo en criticar su forma de hablar o en hacerlo sentir mal. Diferente a otras charlas y personas, con ella ha podido llegar a un acuerdo y ella ha tomado esa iniciativa. Él se siente complacido y tranquilo porque es algo que no conocía. 

Se despiden amablemente, y quedan de verse al día siguiente. Ray, se va directo a casa de Constanza. Al llegar a su casa, ella está muy molesta. Ray, venía complacido de su junta y al verla con su cara agria toma su actitud pasiva. 
- ¿Cómo estás? - le pregunta Ray con cara compungida al adivinar su carácter enojoso. 
- Cómo quieres que esté, claro que muy enojada, yo quería ir al cine -  responde Constanza sin pensar. 
- Perdóname, mañana si vamos.... - se disculpa Ray con su parsimonia  e inseguridad características.
- Mañana ya veremos si quiero ir. ¿Con quien cenaste hoy? - pregunta seria y arrogante. 
- Fue una velada fantástica, fui con Patricia de ven..... - 
- Cómo que con Patricia, y quien es esa... - interrumpe Constanza a Ray imaginando alguna infidelidad. Ella arruina su felicidad.
- Ella es de ventas, intentaba decirte cuando me interrumpiste -  termina Ray cambiando su actitud emocionada y sonriente, por una agria y desagradable pero rápido se recupera, su actitud es feliz y segura, resultado de la asertividad que Patricia le infundió. - Es una compañera de la oficina, teníamos que hablar de la pres.... - intenta decir Ray cuando vuelve a interrumpir Constanza con su característica agresividad.
- Con qué derecho sales con otra sin pedirme permiso. Esa es una caza-fortunas, es una loca que quiere andar contigo, - expresa Constanza molesta
- No... ella - Ray intenta defenderse, pero Constanza se le viene con el cuerpo y los brazos en jarras amenazadora. 
Lo que continúa es una rencilla de una mujer celosa, incapaz de comprender que su novio fuera a una cita de trabajo. Su clásica agresividad, le impide ver con claridad y veracidad. Ella piensa que ella es la única importante y la que cuenta, es demasiado egoísta para comprender los sentimientos de los demás, incluso de su novio, a quien ya conoce hace muchos años. 
Ray se detiene un momento, recuerda la forma tan amable de ser de Patricia, ella, incluso cuando la vio vulnerable en una situación desagradable en el restaurante, no hizo ni mala cara ni lo hizo sentir mal. 
- Siento mucho que estés tan enojada Constanza. Cuando te calmes podremos hablar. Veo que no razonas. -dijo Ray tranquilo, evadiendo la mirada de ella. Tras estas palabras se va, dejando a la novia con el enojo sin resolver. Ella sale detrás de él llorando, amenazando, pero Ray tiene claro su espectro y no se dejaría manipular por ella.   

Ya en casa llega directo a su ordenador. Está cansado y molesto, tal vez charlando con la Vampira Rosa pueda encontrar claridad en sus sentimientos. 
- Hola Vamp, - la saluda amablemente
- ¿Como estás torbellino? - le responden unas letras en un cuadro de su pantalla. 
- Uff, estoy muy contento y muy enojado. Conocí a una persona muy especial, y me enojé con mi novia. - responde el Torbellino Sensual, que es el Avatar que ha elegido Ray. - ¿Tú como estás querida?
- ahhhh - responde la Vampira Rosa
- No comprendo, ¿que tienes?- pregunta el Torbellino
- Hoy paseé un momento muy vergonzoso. Salí a cenar a un lugar muy elegante, y cometí muchos errores - cuenta Vampira Rosa.
- Lo siento mucho. ¿Quieres jugar como cada día? - pregunta el Torbellino Sensual atrevidamente.
- Hoy no Tor, si quieres jugamos Candy Crush - responde la Vampira Rosa replegada en sí misma.
- Me parece muy bien. Juguemos. 
En su mundo virtual, ambos jóvenes evaden su realidad. No la confrontan, sólo resuelven jugar y que "el mundo ruede" las cosas se arreglarán solas. Ray apaga el timbre del teléfono, seguramente Cons llamará un millón de veces, hasta que él le conteste, para continuar degradandolo e ilustrando las cosas que espera de él. Hoy ha sido un buen día, y no quiere que ella lo estropee. 

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