Esta noche tuve un sueño: una persona se burlaba de mi de la misma forma que lo había hecho en otra ocasión, "llevate 4 trozos de torta" me decía y me explicaba lo rico que estaba la torta de maracuyá con melón. Yo hablaba con ella de las nuevas mezclas de cualquier fruta con melón, que el melón le quitaba el sabor fuerte suavizándolo, finalmente, cuando lo íbamos a buscar ya no había nada. Estábamos en el Hawaiian. Había un pájaro comiendo las sobras de una torta de chocolate tipo 3 leches. Yo al ver esas sobras, ya no se me antojaba nada, porque no me gustan las tortas de crema ni de leche, porque me provocan dolor de estómago. Al ver la escena de las sobras me impresionaba porque eran sólo mentiras y pretensiones, demostrando la pobreza de sólo mostrar las apariencias, de hacer y decir cosas con el pleno conocimiento de que van a herir y lastimar, en la burla constante de quien quiere ser sarcástico y ver hasta dónde aguanta la persona cargada; y por el otro lado el dolor de verse y descubrirse en una mentira de una persona que uno no espera. Eso al despertar me dio dolor de estómago.
Analizando el sueño los familiares son proyecciones de uno mismo, aunque yo creo que aquí recuerda el dolor no superado por una rencilla.
Al hablar de una torta extraña o exótica habla de las recetas de sus amigos chefs que siempre llevan platillos como el mostrado en el sueño, los cuales proyectan la sombra de sus propios gustos, que se parecen al mío que me gusta cocinar, y estoy acostumbrada a que disfruten de mis tortas, a que éstas sean bien acogidas y se terminen, sin embargo el resultado del sueño es la mentira que se muestra clara, en la receta falsa, no es la torta exótica sino una común que se encuentra en cualquier confitería.
Los sueños te muestran tus sentimientos reales, aquellos que no querés aceptar, o que te niegas a decir abiertamente.
Me duele terminar algo que era lindo, pero no puedo hacerme tonta "arrastrando al muerto". No sé que tan bueno sea terminar con todas las relaciones sólo porque se han enfriado. Me molesta estar con gente que no me llena, que me hace el favor, que habla de demasiadas frivolidades, que su tema de conversación son programas de tele. Me gusta más hablar de sucesos reales, que le pasan a cada quien, de los temas que les preocupan, "arreglando el mundo" es como me gusta estar con la gente, cuando cuentan de viajes y comidas, o de lo que opinan sobre la política, cuando hay más confianza es como me gusta platicar, no sólo de temas insulsos. ¿Será eso soberbia? ¿Aburrirme con la gente porque no habla de lo que a mí me gusta? El problema de hablar de temas profundos, es que se tocan fibras de dolor y cortan la comunicación rápidamente, hacen que quien se siente proyectado reaccione de forma inesperada. Aunque sea sólo para "arreglar el mundo sin buscar hacerlo", la gente no lo toma así. También es verdad que la gente de hoy está menos propensa a abrirse, con el riesgo de ser balconeado en una red social, la gente prefiere pasar inadvertida y hacer sólo lo indispensable para mantenerse vivo entre la gente que conoce. Esta época virtual es muy triste porque la gente vive superficialmente, no se preocupa de nadie, somos muy egoístas sólo pensando en el momento en vez de pensar en el futuro. La gente no tiene la valentía de aguantar la crítica, porque la toman personal como revancha. Yo pienso que el principal problema es verse expuesto, ante demasiada gente superficial, que además se reservará su opinión para comentarlo con alguien más que no es el interesado, la confianza que existía anteriormente se ha transformado en algo más superficial.
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