Un buen día Daniel pensó que era buen momento de cambiar de vida. Medito y meditó buscó las razones que lo apoyaran, y así de pronto salió a la calle con un nuevo atuendo.
Iba por la calle y se sentía otra persona, a todos miraba diferente porque en efecto el había cambiado. Todos los recuerdos que tenía guardados en el traje viejo, allí se quedaron. Se quedó el juguete del infante, el trabajo que lo vio crecer, el joven que lleno de emociones siempre lo dejaba perplejo sin saber a donde se dirigía esta vez. Así todos sus recuerdos, allí quedaron. El era una nueva persona, ese traje, así viejo y desgastado no debería cambiarse, solo restaurarse. Sin embargo, así se quedó el traje viejo, arrumbado en un rincón... y yo allí sola me encontré.
Salí del traje con trabajos, soy muy pequeña y tanta tela me ahogaba, me sofocaba y no me permitía salir a la superficie. Acostumbrada yo a salir por debajo de su pecho, allí, cerca de su corazón es donde yo vivía, y ahora de pronto solo frío sentía. ¿Dónde estaba ese calor humano, ese latido que viva me mantenía? Se había ido. Para siempre estaba fuera de mi vida.
Cuanta gente buscando una novedad tras otra, va cambiando de nombres sin darse cuenta el daño que se provocan. ¿De que hablo? De la importancia del nombre. Hace muchos años, aburrida en casa de una tía, encontré ese libro que me contaba sobre lo importante que era buscarse ese nombre que lo representaría si se iba a conformar una empresa, o decidir el nombre de un hijo, buscar la firma de casada o si tomar el apellido del marido. Cuando uno decide un nombre debe considerar, no solo el significado, no es solamente quien lo haya portado, sino lo que la mezcla de nombres y apellidos le va a aportar. La suma de estas letras le dará una vibración y una energía. Este libro hablaba de eso, sin profundizar en otros temas.
Recordando aquél libro la vida me llevó a profundizar y así llegué a la numerología. Cada letra de nuestro nombre corresponde a una del alfabeto que tiene un número, que al sumarla con las letras de nuestro apellido resultan en aquél número en que vibraremos en la vida. Inclusive, entre los hindúes, antes de casar a una chica, le suman los números de su nombre nuevo tras contraer matrimonio, para verificar si ese nuevo nombre le va a beneficiar. Lo ideal es tener todos los números a lo largo de todo nuestro nombre.
Daniel cambió de nombre al cambiar de traje, aquello que antes le gustaba había quedado atrás, porque la vibración de su nuevo nombre lo llevaban a nuevas experiencias que sustituían las anteriores.
numerología
los simbolos que se encuentran diariamente. Ese es el mas preciado regalo que nadie me pueda dar
lunes, 27 de agosto de 2012
sábado, 25 de agosto de 2012
Un hombre pobre
Este es Sander, es un mendigo que vive muerto de hambre, sin embargo se le ve gruñendo a toda la gente a ellos los culpa de su desventura, son ellos los responsables de que él se encuentre en ese estado de tristeza, de desventura, de hambre. A todos ataca con puños de odio con gritos de bajeza y cada vez que eso sucede, siente que su siguiente comida se aleja. En el fondo puede no importarle, pero su estómago si le dice "oye, tengo hambre, estoy débil" sin embargo Sander lo obstaculiza diciendo "no seas débil, no es necesario el pan", pero su estómago insiste "mira que lo vamos a necesitar dentro de poco. Hazme caso, se amable con todos para que te compartann de su pan". Pero Sander era muy neaccio, no escuchaba ningún consejo de nadie que pareciera amenazar contra su seguridad, no importaba cuan hambriento estuviera, el no lo percibía, estaba tan acostumbrado a no recibir el ppan ue su cuerpo le pedía que por ninguna razón necesitaba escuchar ni seguir el consejo de quien realmente sabía.
SSander despierta en el hoospitaal, su cuarto es muy amplio y elegante, le ha dado un ataque al corazón.. duranto su estaaddo inconsciente se traslada hasta donde está su interior, alguien a quien nunca escucha pore star tan ocupado con los asuntos materiales y superficiales de su ajetreada e importante vida..
Por un momento piensa que tal vvez debiera hacerle ccaso a su ccorazón, que tal vez ese pan que está ignnorando, sea el ammor que debe dar y recibir, que alimenta caada día el espíritu, pero el no se atreve. su corazón llora, esta gimmiendo ayuda, está esperando atención y le dio un gran susto, sin embargo su orgullo y egocentrismo ¡son mas graandes que su necesiddad por escuchar a suss sentimientos.
De pronto se escucha pidiendo pan porque tiene hambre después de su espantosa dieta líquida y se empieza a reír, el sarcasmo y la burla surgen a sus labios ¡que ironía! ¿Yo mendigando pan, si puedo comprar las panaderías que yo quisiera? Mira si no habra sido esta una pesadilla, que ese hambriento me diga "se amable con la glente, deja de odiarla porque vamos a neccesitar pan" ¿Qué relación puede tener la gente con el pan? ¡Ella solo se acerca a pedir dinero porque ese es el que me sobra! Definitivamente fue una pesadilla.
Asi su corazón vive gimiendo, llora, porque Sander no comprende que el pan que el necesita es el amor que uno recibe y da cada día, el que alimenta al corazón, pero que a él no le interesa tener. No importa cuantos ataques le den, ni cuanta gente llore porque el solo vive sin compasión, en el mundo material.
miércoles, 15 de agosto de 2012
lunes
No cabe duda, que la preseverancia es mi lema. Este blog no funciona, no se guarda y sin embargo yo sigo intentando.
Otro lunes que pasa como si fuera cualquier otro día, como si fuera martes o viernes. Es que los lunes tienen mala fama.
el Señor Díaz era muy feo, muy feo y le llamaban "lunes" -¿por qué lunes? pregunto alguien, "porque es el más feo de los días (Díaz)".
Para mi terminó siendo el más bello de todos, ¿por qué? Porque en ese día, yo no me podía poner a trabajar, me sentaba frente al escritorio una hora tras otra, planeando y escribiendo para que al final terminara sin hacer nada.
Un buen día decidí que me consentiría, que le daría gusto a mi niña que nunca nadie le dio bola. La niña quería dormir, y así hasta medio día abría el ojo, para venir al escritorio a sentarme, a mirar en la lejanía, tratando de comprender qué sucedía con mis huelguistas manos. Entonces comprendí que la niña no quería trabajar, y le di permiso de cocinar. Ella feliz cocinaba escuchando música, llorando y recordando con cada melodía aquel fetiche que igual que yo triste empezaba el día.
Cuando le conté a una amiga, ella me recomendó recorrer toda la gente, toda mi semana y recuperar los pedazos que voy dejando, todas las células que me conforman que al interactuar en el mundo, voy perdiendo. Así mientras dormía, hacía este ejercicio y me despertaba revitalizada.
Hoy no es más así. Tras 3 años de dormir los lunes comprendí que traía una gran depresión que inició por llevar una vida rutinaria y aburrida, con gente que espera ser atendida, mas nunca dar la cara ni ser recíproco en atención.
Este lunes me descubrí feliz y sonriente, demasiado feliz para mi estilo de vida. Pensé que tal vez mi fetiche estaba pasando un buen momento y me lo estaba compartiendo. No investigué más. Simplemente me quedé viviendo un hermoso lunes, no detrás del escritorio pero si con grandes planes en acción.
Otro lunes que pasa como si fuera cualquier otro día, como si fuera martes o viernes. Es que los lunes tienen mala fama.
el Señor Díaz era muy feo, muy feo y le llamaban "lunes" -¿por qué lunes? pregunto alguien, "porque es el más feo de los días (Díaz)".
Para mi terminó siendo el más bello de todos, ¿por qué? Porque en ese día, yo no me podía poner a trabajar, me sentaba frente al escritorio una hora tras otra, planeando y escribiendo para que al final terminara sin hacer nada.
Un buen día decidí que me consentiría, que le daría gusto a mi niña que nunca nadie le dio bola. La niña quería dormir, y así hasta medio día abría el ojo, para venir al escritorio a sentarme, a mirar en la lejanía, tratando de comprender qué sucedía con mis huelguistas manos. Entonces comprendí que la niña no quería trabajar, y le di permiso de cocinar. Ella feliz cocinaba escuchando música, llorando y recordando con cada melodía aquel fetiche que igual que yo triste empezaba el día.
Cuando le conté a una amiga, ella me recomendó recorrer toda la gente, toda mi semana y recuperar los pedazos que voy dejando, todas las células que me conforman que al interactuar en el mundo, voy perdiendo. Así mientras dormía, hacía este ejercicio y me despertaba revitalizada.
Hoy no es más así. Tras 3 años de dormir los lunes comprendí que traía una gran depresión que inició por llevar una vida rutinaria y aburrida, con gente que espera ser atendida, mas nunca dar la cara ni ser recíproco en atención.
Este lunes me descubrí feliz y sonriente, demasiado feliz para mi estilo de vida. Pensé que tal vez mi fetiche estaba pasando un buen momento y me lo estaba compartiendo. No investigué más. Simplemente me quedé viviendo un hermoso lunes, no detrás del escritorio pero si con grandes planes en acción.
viernes, 3 de agosto de 2012
Amantes
beso a beso, dulcemente Al escuchar esta canción, me remonto al corazón de tanta gente. Uno espera amor, desea que alguien lo quiera, se deshace en tristeza cuando su media naranja no le da lo que espera, cuando no siente como esa persona del televisor. Cuando uno pasa el día a día y descubre que esa persona ya se "exprimió" que ya no tiene nada que dar y que como no la puedo dejar, y como espero que algún día "se arreglen las cosas" y como "no ha sabido amarme" uno merece un amor sustituto, uno que lo haga sentir algo distinto, tal vez como esa actriz de la tele.
Me da una gran tristeza mirar a dos parejas romperse por colgarse del cuello de otro que la consuele. Es triste, porque al principio de cualquier relación solo hay caras lindas, buen humor y una gran expectativa. Pero al pasar del tiempo la persona va sacando su cara verdadera, empieza a tratarnos como a alguien común, ya no somos alguien especial porque siempre la costumbre viene a mostrarnos la verdadera cara de es ser que parecía angelical.
Me da tristeza porque esa segunda relación no tiene un sustento válido y también terminará. Entonces el sufrimiento será doble, porque esa segunda persona tampoco habrá llenado esas expectativas y porque una vez mas llorara al llegar a casa triste y desconsolado por no encontrar el amor, tan deseado y esperado en la vida. Una vez más vivir esa senda de tristeza que lleva, el darse cuenta que uno acaba de perder algo maravilloso, pero que no lo era tan real porque era mas lo que uno esperaba de ello que lo que realmente aportaba. Porque ese amor tan esperado solo estaba sustentado gracias a la pareja estable, es decir los cónyuges. Son ellos los que ponen la mala cara, lo hace enojar y los que provocan toda la situación de infierno que da vida a esta relación de lujuria y perdición, de ternura y arrepentimiento.
Me da tristeza que esas cuatro personas no puedan confrontarse con su cónyuge y expresarle aquello que le molesta, aquello que espera y que ya no tiene, aquello que alguna vez tuvo y que no recibe o que aquello que nos daba ya no nos gusta ni nos excita y que tal vez parece de retrasados. Que tampoco se detenga uno a mirar que ya cambiamos tanto que aquello que nos saciaba ya no es agradable y de el pretexto de un nuevo amor que si lo llene.
Me da tristeza porque esos amantes no han tenido la curiosidad de apartar el amor, los sentidos y todo lo que buscaban, para encontrar el amor trascendente. El amor que ya no es apasionado sino de respeto, de conocerse, de admirarse, de ayudarse mutuamente y complementarse en aquellas cosas que a lo largo de los años deben haber aprendido en la convivencia, de leerse el pensamiento, de preocuparse por un bien común que generalmente son los hijos.
Me da tristeza porque los amantes viven en la adolescencia, en que esperan solo recibir, solo sentir y olvidan que en la vida es importante caminar, aunque sea a oscuras, con la certeza de que en algún momento encontrarán algo que los vuelva a unir, algo que nunca aparecerá si hay una tercera energía en el vínculo. La tercera energía inicialmente le da al amante la felicidad que faltaba en su hogar, aporta al hogar felicidad, gozo, luz; pero es una energía solamente que destroza, no transforma.
Es triste considerar siempre el matrimonio como "la tumba del amor", como "la cuna de la tristeza" pero todo en la vida tiene un ciclo y cada uno funciona diferente. Es verdad que uno no espera que uno o algunos de ellos sea llorando pero es precisamente el resultado de haber trabajado en los momentos de felicidad que le ayudarán a superar los ciclos de tristeza y enojo.
Es triste perder un amante, pero más triste aún descubrirse en la urgencia de tenerlo; porque significa que la vida no ha enseñado nada, que nada en esta larga existencia ha tenido sentido porque no se ha crecido a la par de la edad, porque el corazón se quedó infantil e inexperto.
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