viernes, 27 de julio de 2012

Un día lluvioso en mi jardín

Pareciera que hoy mi dia es nublado, hoy no hay sol ni mariposas en el jardín. Hoy llueve. Aquel día había sido especial, todo eran sonrisas los ojos brillantes de felicidad, el brillo en toda la cara comprobando que el corazón saltaba de alegría. Era un hecho que el amor brincaba a mi alrededor y la gente que me rodeaba lo podía percibir, todo se admiraban del brillo en mis ojos. ¿Como inventar y reinventar esa actitud? Cuando las expectativas no se parecen a los resultados, el estado de ánimo decrece. Uno quisiera tirarse a llorar a la cama, amanecer con los ojos hinchados y ardorosos por el llanto excesivo, en fin, en toda la figura presentar el estado anímico que el cuerpo está sintiendo.
Finalmente hoy igual que siempre en mi jardín llueve. No hay sol. No hay amor. No hay reciprocidad. ¿Que hacer? Puedo regresar a ese día en que yo era feliz, ....
y asi, tras ese ejercicio 2 horas después, la felicidad brilla nuevamente en mi rostro.
Finalmente salió el sol dejó de llover y salio el arcoiris. Es increíble poder evocar aquel momento especial en que mi vida estaba en boga, en que no lloraba y que siempre sonreía para olvidar mi estado en ese momento. 
Durante 2 horas empecé a recordar una foto especial, aquella en donde yo empecé a ser Zafiro Azul aquella que me tornó en la persona que hoy soy. Un momento de tristeza, de expectativas no conseguidas no amerita traerme y mantenerme en la tristeza. Yo tengo la capacidad de hacerme feliz porque alguna vez torné mi vida gris en brillos azules llenos de esperanzas y así cada día me puedo demostrar que nadie es dueño de mi felicidad, que yo soy la única encargada de ese pequeño trabajo. 

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