martes, 26 de julio de 2016

BUSCANDO LA ASERTIVIDAD - 2.2 COMPARANDO LOS SENTIMIENTOS

2.2 Comparando los sentimientos

Patricia desde joven ha sido vendedora, lo que le ha enseñado a encontrar los límites y hacer respetar sus derechos humanos. Al practicar día a día estar con la gente e involucrarse con ella para que le compren sus productos, le ha enseñado a poner sus límites y a no invadir los ajenos. Ella no tiene que esconderse tras una pantalla para interactuar con su mejor amiga. Sus amigos son reales y son sus compañeros en el día a día. Pueden no ser amigos íntimos, con los que charle de sus mayores preocupaciones y dudas, pero les tiene la confianza para contarles de sus pláticas con sus amigos, o sus actividades de fin de semana. Abiertamente comenta y recibe las respuestas de la gente: si alguien le dice algo ofensivo, o demasiado degradante, en seco lo detiene y con amabilidad lo hace ver su error. No le teme a que la gente se aleje cuando la han lastimado, ella sabe poner sus fronteras, porque sabe que la gente ofensiva siempre lo será y ella no la necesita cerca. De esta forma ha aprendido a ser asertiva y llegar al corazón de la gente y de sus objetivos. Incluso ella puede rehusarse a hacer un favor porque está en su derecho evitar hacer lo que no le conviene. 

Un día más en la oficina, Ray está nervioso, ansioso, debe hacer una presentación. Sumergido en el ordenador, sus ojos azul cielo frío se concentran, bien conectados al cerebro calculador y eficiente hacen un trabajo espléndido, con tablas, y relaciones con las que se aclara perfectamente el punto a exponer, sin embargo, su estricta educación ha hecho que nunca esté seguro de la respuesta. Duda consistentemente cada palabra, cada cifra, no tiene un argumento sólido para lo que ha escrito. "Me pregunto si esto estará correcto" "¿qué haré si mi jefe no le agrada?" "Seguramente me regañará". Pasa tanto tiempo corrigiendo y corrigiendo que pierde tiempo valioso para revisar los detalles finales.  

PATRICIA pasa detrás de él con todo su aplomo de mujer elegante y sobrepeso, critica con alguien una frase que ella misma ha puesto en su presentación, .... al revisar Ray la suya comprueba que en su presentación él tiene una idea parecida a la de ella, "Supongo que si a ella no le parece acertada, es porque no es buena mi idea" y así procede a borrarla. 

Llega el momento de su presentación, con gran nerviosismo conecta su ordenador, se siente enfadado, duda si será bastante buena como para recibir el bono que se merece tras tanto tiempo de trabajo. Empieza a hablar, y se le hace un nudo en la garganta, todas las frases que están escritas, empiezan a perder sentido, no hay manera de que este apuesto joven llame la atención de la gente. Al observar a sus colegas, comprueba que muchos tienen la mirada perdida, como si no comprendieran algo de lo que él intenta exponer, o peor aún, como si no les interesara; observa a su jefe metido en su celular, serio, enfático,  Ray se derrite al pensar que está criticando su exposición y no logrará recibir el bono tan anhelado. En un suspiro final y todo desamparado, termina su presentación sin que alguien haga un comentario o solicite alguna explicación. Así, cabizbajo toma su lugar reclamando en silencio todos los errores que ha encontrado. 

Llega el momento de la exposición de Patricia. Ray observa sus movimientos tan tranquilos, su aplomo y seguridad hacen que su inmensa figura pase desapercibida, observa a la gente alrededor de él, absortos e interesados en lo que ella está exponiendo. Se impresiona de que incluso su jefe haya soltado el celular para prestar atención a todo lo que ella expone. Sus frases directas, sus gestos firmes, su postura erecta, hasta las sonrisas y comentarios son divertidos. "pienso que todos están de acuerdo con este exposición" " Hagamos el siguiente plan" Todos asienten al unísono al escuchar las ideas brillantes que esta joven gerente de ventas está manifestando. Irradia control, está montando sus oportunidades en ese momento, precisamente con la frase que él escuchó de pasada, y que borró de su presentación. Es una mujer maravillosa y todos están de acuerdo con él. Nadie lo dice, pero todos, incluso ella lo piensan. ¿Como puede ella, recibir lo que él no ha logrado? ¿Cómo es que esa chica de voz tersa y gran figura, reciba más atención que él más joven y galante? Derrotado sale de la sala de conferencias.  Sus oídos están sordos a cualquier llamado, no ha encontrado la oportunidad de resaltar sus conocimientos en el tema, tampoco ha podido atraer la atención de su auditorio. Su propia imagen es pobre. 

No se da cuenta que mientras más inmerso esté en el mundo virtual, más perderá las oportunidades que la vida tiene para comunicarse. Ray puede ser tan asertivo como Patricia, la diferencia es que Patricia ha estado expuesta a la diaria frustración de la convivencia cara a cara, de la constante prueba de mirarse en los ojos de la gente y día a día mejorar su aspecto, tras evaluar y comparar el resultado con la gente. Un ordenador nunca podrá ayudar a una persona a conocerse como persona. Sólo otra persona, y el contacto diario y constante, consistente y frustrante es el que le haría a Ray encontrar la asertividad que tanto envidia de Patricia. 

Ray desconsolado, por su mala actuación, se apunta un cero en su autoestima, se conecta al chat, esperando encontrar a la vampira rosa quien cada día lo anima con sus frases. Inútilmente espera su respuesta, la mujer real está departiendo con los jefes las próximas estrategias de ventas que harán que la compañía crezca. Ray necesita un apoyo, un consuelo, y no lo encuentra en ningún lado. Voltea a cada lado de su escritorio. Como siempre detrás de su mampara, hay otro hombre metido en su ordenador, que seguramente, al igual que Ray, estará angustiado preparando su próxima derrota. Ray nuevamente se sienta angustiado en su silla. Buscando apoyo le llama por teléfono a su novia, quien está ocupada en su también frustrante vida. Ella no tiene la frase correcta que Ray necesita para consolarse. Constanza, su novia, vive en un mundo agresivo, que le provoca encontrar puertas cerradas, ella como reacción humilla a todo aquél que se las cierra, y en su mundo frustrado existe una imagen pobre de si misma, ha perdido una oportunidad tras otra, pero su orgullo y desagrado hacia la gente le han impedido descubrirlo. Ella, desalentada por el mal trago de ese momento, molesta y perdida en su enojo escucha el timbre del teléfono, levanta el auricular para percibir la voz de Ray, quien enfadado la busca para contarle su gran malestar. Ella no es empática, su tensión le impide comprender la situación que su novio le ha expuesto.
- mi amor, ¿Cómo estás? - saluda Ray con la efusividad apagada.
-  estoy ocupada - responde Constanza seca.
- quiero contarte lo mal que estuvo mi presentación - solicita Ray angustiado.
 - Ray, tu siempre tan impertinente. ¿Cómo te atreves a hablarme a esta hora a la oficina?- ella le da como respuesta.
- Sólo intentaba encontrar tu apoyo, perdona la intromisión- se disculpa Ray como cada vez que se equivoca y descubre que no es bienvenido. 
Constanza, enojada cuelga el teléfono, se sumerge en su ordenador, intentando ser eficiente; en el fondo, se arrepiente por haber contestado de esa forma tan impulsiva, pero su orgullo le impide ver la importancia de regresar la llamada a Ray.

Estas dos personas, Ray y Constanza, que dicen quererse, ven nublado su sentimiento por su propia forma de vivir y de ser, Ray al ser pasivo y Constanza al ser agresiva viven en estrés, como hubieran vivido los antepasados prehistóricos más desarrollados y mejor logrados que les precedieron. Éstos vivían en la supervivencia atacando y defendiendo porque no podían desarrollar la comunicación no verbal. El ser humano que vive en estrés produce dos tipos de combinaciones uno es luchar-atacar, que provoca atacar o ser agresiva, como lo hace Constanza, lucha tanto por sus derechos y objetivos que ataca y ataca sin medir las consecuencias. Mientras que la otra es huida-escape que promueve la pasividad, como lo haría Ray al enfrentarse a un problema, no ataca sino que huye y escapa evitando resolver y haciendo más y más profundo el problema. La alternativa que queda en medio de estas dos reacciones es: LA ASERTIVIDAD que es la capacidad de razonar, sentir y expresar verbal y no-verbalmente, pero ese es de una especie más desarrollada que se manifiesta sin estrés, en la calma de un medio controlado. Al vivir metidos en el mundo virtual que caracteriza esta época, se pierden la oportunidad de comunicarse verbal y no-verbalmente y poder resolver sus problemas de manera asertiva, como seres superiores, la conquista progresiva de nuestra especie es la capacidad de razonar.

domingo, 10 de julio de 2016

SOMETIENDO A UN HOMBRE

10 julio

Un día más que amanece, mi cara y mi corazón con cierta sensación. La cara es aquello que el mundo ve, que está preocupada, que se refleja en la clavícula, que es el apoyo del hombro. Hoy tengo mucha responsabilidad por tener que dar la cara por quién me acompaña. Tengo un largo viaje por delante y mi corazón está preocupado, siento mucha ansiedad, mi estómago me pesa, como dice Eduardo Calixto, Neurólogo, "no son mariposas en el estómago, es la ínsula del cerebro que interpreta sensaciones, dolor, calor, caricias" Aquí es preocupación, ansiedad. Esa ínsula está viviendo, presintiendo mucha ansiedad, pero. ¿Qué problema puedo tener? Veo una carretera recta, sin problemas que llega al infinito, es sólo la incertidumbre por una nueva aventura. 

Quería verlo, pero tenía miedo, miedo a la incertidumbre de perder el control, de perderme e en la sensación, de entrar en el lugar equivocado. Pese a mi emoción de vernos, desde el día anterior, sabía que no nos veríamos, pero no me enojaba, era sólo una certeza fuera de mi control. Así sucedió, un accidente que nos impidió acercarnos. La imaginación femenina me llevó a muchas escenas, a diferentes resultados, pero nada trágicos, sólo una buena lección para un joven rebelde. Mi curiosidad me llevó a llamar. sin respuesta, mi intuición me decía que todo estaba bien, pero mi curiosidad insistía. Así tenaz obsesiva como suele ser una mujer, llamaba y buscaba, sin respuesta. "Está en la cueva" pensé. Esa famosa cueva que describió John Gray en su definición de las mujeres de Venus y los hombres de Marte. Entonces me remolqué a otro libro. "Seguir sin ti"  de Sylvia Salinas y Jorge Bucay. Es la historia de una mujer que recién divorciada, tiene citas con otros hombres, ella, como psicóloga renombrada, se comportaría a la altura de una profesional. Conoce a Diego, y él primero muy cercano, la engancha, pero se retira a su cueva, y allí permanece. Ella decide no buscarlo, pero ya está enganchada. La permanencia consistente de él en la cueva, la hace a ella terminar súper enamorada y a él, lejos de ella. 

Yo me pregunto, ¿En qué momento es que el hombre se "queda" para siempre en la cueva? ¿Cómo comprender que no es la cueva, sino soy yo quien ya no le interesa?  Para una chica es más fácil irse, simplemente ya no le contesta las llamadas, o siempre se negará a verlo. Pero cuando ella tiene cierto interés, curiosidad o se ha quedado en la mitad de algo ¿Cuando la curiosidad te llama a continuar en ese lugar y él ha decidido permanecer en su cueva?, ¿Cómo? ¿porque?  ¿Algo le pasó? ¿De qué me perdí? 

Mi mamá solía decirme  "no le interesás" para es enseñarme a distraer mi atención a algo que en verdad valiera la pena, pera mostrarme que si un hombre no te busca no pienses en él, pero de pronto volvía.  Hoy, eso me confunde más. Cuando a alguien le interesás te busca, está disponible, pero sí de pronto ya no está y tampoco se ha despedido, es una gran confusión. Lo más simple es despedirse francamente y decir "Gracias, fue un gusto conocerte" algo imposible en un hombre porque sabe que ella se tirará a las lágrimas, y le pedirá otra oportunidad. Y él con su cara tiesa, su sonrisa hecha un gesto de boca recta pensará "quien me manda andarme despidiendo, yo sabía que ella no lo aceptaría, ahora yo aquí en el tema de no quiero estar con vos, pero vos no lo has comprendido"  Asumo que por eso ellos deciden no despedirse y dejar enfriar la relación, pero no me parece justo. ¿Por qué ellos deben dejar y hacer? ¿por qué es su naturaleza? Justo ayer leía el génesis, me ha saltado la frase "de ahora en adelante como castigo por darle a Adán la fruta prohibida, te someterás a él". De esa forma es que Dios sembró en la naturaleza del hombre de ser el sometedor. Esa Eva vino a arruinar nuestra felicidad. Es verdad que los hombres y las mujeres pueden hacer lo que les plazca, que hoy con la libertad de género podés transformarte en hombre y ellos en mujeres, que hoy no hay reglas para las relaciones entre hombre y mujer, pero la eséncia es siempre eso. Aunque la mujer quiera someterlo, llegará el momento en que él diga, ."no gracias, mi eséncia, mi naturaleza, me dice que sos vos la que se someta" . 

No hay que hacerse tontas, no hay poder que transforme las leyes de Dios en la voluntad humana, creo que el problema es nuestro por entusiasmarnos, por poner el corazón y la emoción donde no hay el camino claro: si tiene buen principio, buen medio y buen fin entonces todo andará correctamente, entonces no habrá necesidad de arriesgar el corazón, ni de someterlo a él, al hombre de mis sueños, porque él solito saldrá de la cueva y regresará a mí. Esa es la única forma en que las cosas saldrán correctamente. 

Sin embargo a veces recuerdo en el significado yo siempre entendía que buen principio era empezar bien, buen medio era continuar bien, y buen fin era terminar bien. Eso es muy confuso. Los años me explicaron que buen principio es empezar las cosas con el valor que el mismo intento tiene, si rompe alguna regla, o alguna ley, es mal principio. Buen medio es el método en que se hace, nuevamente si rompe alguna regla o la conciencia se ve comprometida, o hay alguna duda, es mal medio. Buen fin es que el objetivo, tenga un sentido bueno para mí y para mi futuro, para ese momento de mi vida. Si el fin o el objetivo final es bueno, puedo arriesgar el corazón. 

Esa es la fuerza esencial de nosotras. Si vos tenés la curiosidad de someterlo porque no te presta atención, si ya has puesto el corazón y el sentimiento, y el hombre te encanta y no pensás dejarlo, la eséncia femenina es pensar en la regla Buen principio, buen medio y buen fin, para decidir si te quedas o te vas, si la obsesión tiene sentido, o mejor la dispersás en otros intereses.