Que día tan feo, feo y frío, frío y húmedo, va de acuerdo con mis ojos. Ayer todo el día dolieron y hoy me costó abrirlos. ¿Qué relación tiene la situación de ayer con el estado anhímico de hoy? Yo pensaría que nada, pero es todo lo contrario, es un recordatorio a que uno no ha terminado de revisar ese pendiente que provocó dolor en lo que se ve. Alguien me dijo "vos no aceptás tu destino" y yo reclamé "¿de que hablás?, no hay otra forma de afrontarlo". Sin embargo cuando le toco a ella expresar su opinión descubrí que se estaba proyectando y era ella la que no aceptaba. Le pareció muy simple lanzarme su propia pelota para que yo le resolviera su asunto. Sin embargo "lo que te checa, te checa" y tal vez si tenga razón, "me niego a aceptar mi destino porque no me agrada porque me parece tedioso porque es aburrido, es rutinario". Es verdad que la vida en general es aburrida para que a partir de la rutina sepamos como resolver lo que no es una rutina. Los problemas son como las tormentas, son necesarios para limpiarnos, pero a veces es aburrido resolver un problema, resolver una duda. Disfruto más contar un cuento, dejar que pase el tiempo y con el cuento resolverlo, se torna divertido y entretenido.
"cuenta la historia de un campesino que habló con Dios y le dijo que le permitiera hacer lluvia cuando sus plantas lo requirieran, que le permitiera regar de esa forma. Dios se lo concedió. Así cuando las plantas requerían agua, el campesino hacía lluvia, cuando no necesitaban, dejaba la tierra secar. Al final del temporal, las plantas no se dieron. Confundido fue con Dios y le preguntó qué había hecho mal, por qué las plantas no se habían dado si el había regado con lluvia y fertilizado en el momento indicado. Entonces Dios le respondió "te faltaron tormentas, te faltaron sequías, te faltaron los detalles que le ayudan a la planta a crecer fuerte. Las tormentas que vienen con vientos, granizo, truenos, rayos, hacen que la planta se aferre con sus raíces a la tierra, hace que se vayan las plagas, porque estos no pueden permanecer en una hoja que esta mojada y movida por el viento. Le faltó sequía para que la planta aprendiera a guardar agua y a buscarla más abajo fortaleciendo así sus raíces. El campesino comprendió que Dios sabe el momento en que le corresponde a cada parcela recibir tormentas y que el por más conocimiento que tuviera de la tierra, no lograría lo mismo que Dios con sus tormentas."
De igual forma al ser humano. Tal vez prefiera vivir en tormentas, porque ello le hace luchar esforzarse a estar y hacer para que su vida sea tan aburrida y rutinaria. Cuando uno vive tormentas y las resuelve, estará preparado para la siguiente; de otra forma si llega una tormenta que deja que se lleve la parcela, cuando llega la siguiente el problema es tan grande, que no encuentra el origen ni el principio, no encuentra el cabo para armar la madeja.
Tal vez, el hecho de que ella se hubiera molestado en decirme eso, sea porque es más divertido para mi vivir en la tormenta, de otra forma es muy aburrida la vida, ir en camino recto todo el tiempo, ir a pleno sol. Tal vez sea mejor vivir en lluvias y tormentas porque así se la pasa uno resolviendo, luchando, fortaleciendose.
"cuenta la historia de un campesino que habló con Dios y le dijo que le permitiera hacer lluvia cuando sus plantas lo requirieran, que le permitiera regar de esa forma. Dios se lo concedió. Así cuando las plantas requerían agua, el campesino hacía lluvia, cuando no necesitaban, dejaba la tierra secar. Al final del temporal, las plantas no se dieron. Confundido fue con Dios y le preguntó qué había hecho mal, por qué las plantas no se habían dado si el había regado con lluvia y fertilizado en el momento indicado. Entonces Dios le respondió "te faltaron tormentas, te faltaron sequías, te faltaron los detalles que le ayudan a la planta a crecer fuerte. Las tormentas que vienen con vientos, granizo, truenos, rayos, hacen que la planta se aferre con sus raíces a la tierra, hace que se vayan las plagas, porque estos no pueden permanecer en una hoja que esta mojada y movida por el viento. Le faltó sequía para que la planta aprendiera a guardar agua y a buscarla más abajo fortaleciendo así sus raíces. El campesino comprendió que Dios sabe el momento en que le corresponde a cada parcela recibir tormentas y que el por más conocimiento que tuviera de la tierra, no lograría lo mismo que Dios con sus tormentas."
De igual forma al ser humano. Tal vez prefiera vivir en tormentas, porque ello le hace luchar esforzarse a estar y hacer para que su vida sea tan aburrida y rutinaria. Cuando uno vive tormentas y las resuelve, estará preparado para la siguiente; de otra forma si llega una tormenta que deja que se lleve la parcela, cuando llega la siguiente el problema es tan grande, que no encuentra el origen ni el principio, no encuentra el cabo para armar la madeja.
Tal vez, el hecho de que ella se hubiera molestado en decirme eso, sea porque es más divertido para mi vivir en la tormenta, de otra forma es muy aburrida la vida, ir en camino recto todo el tiempo, ir a pleno sol. Tal vez sea mejor vivir en lluvias y tormentas porque así se la pasa uno resolviendo, luchando, fortaleciendose.
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